ANTONIO MARTÍN ORTIZ: IDVS MARTIAS (III) [IDUS DE MARZO]: Prodigios siniestros
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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Ejercicios de doma de caballos

lunes, 19 de enero de 2009

IDVS MARTIAS (III) [IDUS DE MARZO]: Prodigios siniestros




Decía hace unos días que Ovidio, al final de LAS METAMORFOSIS, nos describe los presagios siniestros que anunciaron el asesinato de Julio César; y que Virgilio, en el libro primero de LAS GEÓRGICAS, nos describe los prodigios que se sucedieron tras el asesinato de César.

Otro autor Romano, Suetonio, también nos cuenta en LA VIDA DE JULIO CÉSAR los prodigios que anunciaron el tiranicidio. Suetonio vivió entre el 70 y el 150 dC. De lo mucho que él escribió, lo más importante que nos queda son LAS VIDAS DE LOS DOCE CÉSARES, es decir, de los doce Emperadores del siglo primero antes de Cristo. No tiene la maestría de Virgilio ni la de Ovidio, pero sus VIDAS nos dan datos que, de no ser por él, se habrían perdido.

Aquí tenéis los capítulos LXXXI, LXXXII y el comienzo del LXXXIII de LA VIDA DE JULIO CÉSAR.


LXXXI [1] Sed Caesari futura caedes euidentibus prodigiis denuntiata est. paucos ante menses, cum in colonia Capua deducti lege Iulia coloni ad extruendas uillas uetustissima sepulcra dis[s]icerent idque eo studiosius facerent, quod aliquantum uasculorum operis antiqui scrutantes reperiebant, tabula aenea in monimento, in quo dicebatur Capys conditor Capuae sepultus, inuenta est conscripta litteris uerbisque Graecis hac sententia: quandoque ossa Capyis detecta essent, fore ut illo prognatus manu consanguineorum necaretur magnisque mox Italiae cladibus uindicaretur. [2] Cuius rei, ne quis fabulosam aut commenticiam putet, auctor est Cornelius Balbus, familiarissimus Caesaris. proximis diebus equorum greges, quos in traiciendo Rubiconi flumini consecrarat ac uagos et sine custode dimiserat, comperit pertinacissime pabulo abstinere ubertimque flere. et immolantem haruspex Spurinna monuit, caueret periculum, quod non ultra Martias Idus proferretur. [3] Pridie autem easdem Idus auem regaliolum cum laureo ramulo Pompeianae curiae se inferentem uolucres uarii generis ex proximo nemore persecutae ibidem discerpserunt. ea uero nocte, cui inluxit dies caedis, et ipse sibi uisus est per quietem interdum supra nubes uolitare, alias cum Ioue dextram iungere; et Calpurnia uxor imaginata est conlabi fastigium domus maritumque in gremio suo confodi; ac subito cubiculi fores sponte patuerunt. [4] Ob haec simul et ob infirmam ualitudinem diu cunctatus an se contineret et quae apud senatum proposuerat agere differret, tandem Decimo Bruto adhortante, ne frequentis ac iam dudum opperientis destitueret, quinta fere hora progressus est libellumque insidiarum indicem ab obuio quodam porrectum libellis ceteris, quos sinistra manu tenebat, quasi mox lecturus commiscuit. dein pluribus hostiis caesis, cum litare non posset, introiit curiam spreta religione Spurinnamque irridens et ut falsum arguens, quod sine ulla sua noxa Idus Martiae adessent: quanquam is uenisse quidem eas diceret, sed non praeterisse.



LXXXII [1] Assidentem conspirati specie officii circumsteterunt, ilicoque Cimber Tillius, qui primas partes susceperat, quasi aliquid rogaturus propius accessit renuentique et gestu[m] in aliud tempus differenti ab utroque umero togam adprehendit: deinde clamantem: ista quidem uis est! alter e Cascis auersum uulnerat paulum infra iugulum. [2] Caesar Cascae brachium arreptum graphio traiecit conatusque prosilire alio uulnere tardatus est; utque animaduertit undique se strictis pugionibus peti, toga caput obuoluit, simul sinistra manu sinum ad ima crura deduxit, quo honestius caderet etiam inferiore corporis parte uelata. atque ita tribus et uiginti plagis confossus est uno modo ad primum ictum gemitu sine uoce edito, etsi tradiderunt quidam Marco Bruto irruenti dixisse: καὶ σὺ τέκνον; [3] Exanimis diffugientibus cunctis aliquamdiu iacuit, donec lecticae impositum, dependente brachio, tres seruoli domum rettulerunt. nec in tot uulneribus, ut Antistius medicus existimabat, letale ullum repertum est, nisi quod secundo loco in pectore acceperat. [4] Fuerat animus coniuratis corpus occisi in Tiberim trahere, bona publicare, acta rescindere, sed metu Marci Antoni consulis et magistri equitum Lepidi destiterunt.

LXXXIII [1] Postulante ergo Lucio Pisone socero testamentum eius aperitur recitaturque in Antoni domo, quod Idibus Septembribus proximis in Lauicano suo fecerat demandaueratque uirgini Vestali maximae.



[LXXXI. Prodigios evidentes anunciaron a César su próximo fin. Escasos meses antes, los colonos a quienes la ley Julia había otorgado terrenos en la Campania, para construir casas de campo, destruyeron antiquísimos sepulcros, y con tanto más afán cuanto que en las excavaciones que hacían solían encontrar vasos de labores antiguas. En un sepulcro que guardaba, según decían, los restos de Capys, fundador de Capua, encontraron una plancha de bronce que conservaba en caracteres y palabras griegas la siguiente inscripción: Cuando se descubran las cenizas de Capys, un descendiente de Iulo perecerá a manos de sus deudos, pero no tardará en ser vengado por las desgracias de Italia y para que no se crea que esto es fábula inventada a capricho, citaré en mi apoyo a Cornelio Balbo, intimo amigo de César. Pocas fechas antes de su muerte supo que los caballos consagrados por él a los dioses antes de pasar el Rubicón, y que habían dejado vagar sin amo, se negaban a comer y lloraban; por su parte, el arúspice Spurinna le advirtió, durante un sacrificio, que se guardase del peligro que le amenazaba para los idus de marzo. La víspera de estos mismos idus, habiendo penetrado en la sala del Senado, llamada de Pompeyo, un reyezuelo con una rama de laurel en el pico, aves de diferentes clases, salidas de un bosque vecino, se lanzaron sobre él y lo despedazaron. Por último, la noche que precedió al día de su muerte, creyó en sueños que se remontaba sobre las nubes y ponía su mano en la de Júpiter; y a su vez su esposa Calpurnia soñó que se desplomaba el techo de su casa y que mataban a su esposo en sus brazos, mientras las puertas de su habitación se abrían violentamente por sí mismas. Todos estos presagios y el mal estado de su salud le hicieron vacilar por largo tiempo acerca de si permanecería en su casa aplazando para el día siguiente lo que había propuesto al Senado; pero exhortado por Décimo Bruto a no hacer aguardar inútilmente a los senadores que estaban reunidos desde temprano salió de casa hacia la hora quinta. En el camino un desconocido le presentó un escrito en el que le revelaba la conjuración; César le cogió y lo unió a los demás que llevaba en la mano izquierda con la intención de leerlos luego. Las víctimas que se inmolaron en seguida dieron presagios desfavorables; pero, dominando sus escrúpulos religiosos, entró en el Senado y dijo burlándose a Spurinna que eran falsas sus predicciones porque habían llegado los idus de marzo sin traer ninguna desgracia, a lo que éste le contestó que hablan llegado, pero no habían aún pasado.

LXXXII. En cuanto se sentó, le rodearon los conspiradores con pretexto de saludarle; en el acto Cimber Telio, que se había encargado de comenzar, acercósele como para dirigirle un ruego; mas negándose a escucharle e indicando con el gesto que dejara su petición para otro momento, le cogió de la toga por ambos hombros, y mientras exclamaba César: Esto es violencia, uno de los Casca, que se encontraba a su espalda, lo hirió algo más abajo de la garganta. Cogióle César el brazo, se lo atravesó con el punzón y quiso levantarse, pero un nuevo golpe le detuvo. Viendo entonces puñales levantados por todas partes, envolviese la cabeza en la toga y bajóse con la mano izquierda los paños sobre las piernas, a fin de caer más noblemente, manteniendo oculta la parte inferior del cuerpo. Recibió veintitrés heridas, y sólo a la primera lanzó un gemido, sin pronunciar ni una palabra. Sin embargo, algunos escritores refieren que viendo avanzar contra él a M. Bruto, le dijo en lengua griega: ¡Tú también, hijo mío!. Cuando le vieron muerto, huyeron todos, quedando por algún tiempo tendido en el suelo, hasta que al fin tres esclavos le llevaron a su casa en una litera, de la que pendía uno de sus brazos. Según testimonio del médico Antiscio, entre todas sus heridas sólo era mortal la segunda que había recibido en el pecho. Los conjurados querían arrastrar su cadáver al Tíber, adjudicar sus bienes al Estado y anular sus disposiciones; pero el temor que les infundieron el cónsul M. Antonio y Lépido, jefe de la caballería, les hizo renunciar a su designio.

LXXXIII. A petición de su suegro L. Pisón fue abierto su testamento, dándose lectura de él en casa de Antonio. César lo había hecho en los últimos días de septiembre, en su posesión de Lavícum, encargando después su custodia a la superiora de las vestales].






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, pues ya estoy aquí leyendo y aprendiendo.
:)

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

winsta,

Ya he dejado más frases de LAS GEÓRGICAS.

Otra cosa: si haces "click" sobre el título de las ENTRADAS, podrás escuchar una maravillosa música de BACH.

Isabel Barceló Chico dijo...

Me he leído los tres posts y son, desde luego, bellísimos y escalofriantes al mismo tiempo. Tengo la impresión de que pocos magnicidios han conmocionado tanto como éste, cuyos detalles, aunque los oigamos repetir mil veces, nos siguen apasionando y emocionando. Muchas gracias por tus comentarios, me alegra que te gusten mis textos que, como ves, están escritos con gran cariño y pasión, aunque a veces pueda tener fallos y cometer errores. Mi conocimiento del latín es muy limitado, así que son bienvenidas las informaciones y las aclaraciones. Un abrazo enorme.