ANTONIO MARTÍN ORTIZ: LA SOLEDAD DE BRUTO III: el tormento y la angustia de la soledad que a Beethoven le provocaba su sordera
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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miércoles, 1 de abril de 2009

LA SOLEDAD DE BRUTO III: el tormento y la angustia de la soledad que a Beethoven le provocaba su sordera

HERBERT VON KARAJAN dirige la ODA A LA ALEGRÍA de LA NOVENA SINFONÍA:
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Llevamos, Soledad Sánchez M. y yo mismo, unos días hablando sobre la soledad y el suicidio, pero fundamente de la soledad del suicida. Hoy quiero hablar de otra soledad, con toda seguridad más angustiosa por lo prolongado de la situación y por las características especiales de la persona que la padeció. Ésta duró la mitad de la vida de un genio, Ludwig van Beethoven. Beethoven muy pronto comenzó a quedarse sordo, enfermedad que fue avanzando con el paso del tiempo, De todos es sabido que la Novena Sinfonía fue compuesta por un Beethoven totalmente sordo y que jamás pudo él escucharla, aunque dirigió él mismo el estreno en 1824, tres años antes de su muerte. Cuando la pieza terminó, él, como no oía los aplausos del público, no se giró inmediatamente, sino después de que un músico se levantase y le diese la vuelta. Él sólo podía ver, no oír. Esta sordera le provocaba que pareciese huraño en el trato con los demás. ¿Cómo alguien, para quien la música era todo, podía reconocer su sordera?

Esta situación de soledad angustiosa la dejó plasmada él en un documento que todavía conmueve y emociona a quien lo lee. Es el Testamento de Heiligenstadt.

Dejo el mismo título de LA SOLEDAD DE BRUTO, porque fue el sugerido por Soledad y a propósito del suicidio de Bruto. Y me parece un título muy adecuado. Éste es el tercer capítulo.

En Mayo de 1802, y por recomendación del Doctor Johann Adam Schmidt, Beethoven se trasladó a Heiligenstadt, para descansar en la temporada de verano, como era siempre su costumbre, y como lo fue a lo largo de toda su vida.

El verano en el campo era una etapa anual que Beethoven necesitaba de forma imprescindible. Añoraba la naturaleza, la sensación de libertad, las caminatas por senderos de bosque, etc. Era también muchas veces el período del año en el cual aparecían sus ideas musicales. Las anotaba en sus innumerables cuadernos de apuntes, y usaba el invierno en Viena para pasar en limpio y terminar las obras que habían surgido durante el verano.

Ese año en particular, Beethoven estaba atormentado por el aumento de su sordera, tenía ya la sensación de que era una enfermedad que no lo iba a abandonar fácilmente, y sentía amenazada toda su vida por ella. La indicación del Dr. Schmidt abría una esperanza de que, con soledad y silencio, con una temporada en el campo, podría descansar su oído, y recuperar él su salud.

Heiligenstadt era en ese momento un pueblito separado de Viena. No sólo un vecindario, parte de la misma ciudad, como en nuestra época. Se tardaba algún tiempo en llegar allí en carruaje.

Deprimido y ya incapaz de esconder su afección creciente, el 6 de Octubre de 1802, Beethoven escribió un documento que guardó luego cuidadosamente, y que fue llamado después "El Testamento de Heiligenstadt".

Es importante recordar que fue encontrado en el mismo escondite secreto de su escritorio, junto a la carta a la Amada Inmortal, escrita en 1812.

En este emocionante documento, Beethoven revelaba su enfermedad y su angustia frente a la misma. El escrito tiene una cualidad emocional verdaderamente impactante, cuando lo leemos hoy en día.

Una segunda parte del testamento fue escrita unos pocos días después, el 10 de Octubre de 1802, y tiene el sonido de un epilogo de lo escrito anteriormente.

La redacción misma del "Testamento" se encuentra llena de errores de sintaxis y luce una puntuación absolutamente personal. Las oraciones son largas, a veces de difícil realización y de bastante difícil comprensión. En la traducción se ha tratado de conservar, en lo posible, dichas características. Parecería completamente irrespetuoso corregir al maestro.

Evidentemente, el documento fue escrito bajo una fuerte presión emocional y tiene una cualidad de inmediatez e impacto muy alta. La personalidad de Beethoven es claramente perceptible. Esto es evidente, también, en la lectura de sus numerosísimas cartas. Pese a que el compositor decía a menudo que no tenia ninguna facilidad para escribir, se las arreglaba perfectamente para transmitir sus fuertes pensamientos y emociones, claro, no con la misma cualidad estética que en la música, aunque con una muy parecida cualidad emocional.

Podemos notar que tres veces en la redacción el compositor omitió el nombre de pila de su hermano menor, Nikolaus Johann. Podría ser una duda acerca de la forma de cómo nombrarlo (se le llamaba Nikolaus o Johann indistintamente), o alguna pelea con su hermano ocurrida por aquellos momentos. Más allá de diferentes hipótesis que sus biógrafos han pergeñado, no lo sabemos realmente.

Beethoven escribió después dos testamentos más, en 1824 y pocos días antes de su muerte, en 1827. Estos fueron documentos mayormente formales, redactados por un abogado, y racionalmente dedicados a legar sus – pocos – bienes.


Texto del Testamento de Heiligenstadt
“Para mis hermanos Carl y ….... (Johann) van Beethoven:

¡Oh, hombres que me juzgáis malevolente, testarudo o misántropo! ¡Cuán equivocados estáis! Desde mi infancia, mi corazón y mi mente estuvieron inclinados hacia el tierno sentimiento de bondad, inclusive me encontré voluntarioso para realizar acciones generosas, pero, reflexionad que hace ya seis años en los que me he visto atacado por una dolencia incurable, agravada por médicos insensatos, estafado año tras año con la esperanza de una recuperación, y finalmente obligado a enfrentar el futuro una enfermedad crónica (cuya cura llevará años, o tal vez sea imposible); nacido con un temperamento ardiente y vivo, hasta inclusive susceptible a las distracciones de la sociedad, fui obligado temprano a aislarme, a vivir en soledad, cuando en algún momento traté de olvidar, ¡oh!, qué duramente fui forzado a reconocer la entonces doblemente realidad de mi sordera, y aún entonces, era imposible para mi decirle a los hombres, habla más fuerte!, grita!, porque estoy sordo. ¡Ah! ¿Cómo era posible que yo admitiera tal flaqueza en un sentido que en mí debiera ser más perfecto que en otros, un sentido que una vez poseí en la más alta perfección, una perfección tal como pocos en mi profesión disfrutan o han disfrutado? ¡Oh!, no puedo hacerlo, entonces perdonadme, cuando me veáis retirarme, cuando yo me mezclaría con vosotros con agrado. Mi desgracia es doblemente dolorosa, porque forzosamente ocasiona que sea incomprendido. Para mi no puede existir la alegría de la compañía humana, ni los refinados diálogos, ni las mutuas confidencias. Sólo me puedo mezclar con la sociedad un poco cuando las más grandes necesidades me obligan a hacerlo. Debo vivir como un exiliado. Si me acerco a la gente, un ardiente terror se apodera de mí, un miedo de que puedo estar en peligro de que mi condición sea descubierta. Así ha sido durante el año pasado que pasé en el campo, ordenado por mi inteligente médico a descansar mi oído tanto como fuera posible, en esto coincidiendo por mi natural disposición, aunque algunas veces quebré la regla, movido por mi instinto sociable, pero ¡qué humillación!, cuando alguien se paraba a mi lado y escuchaba una flauta a la distancia, y yo no escuchaba nada, o alguien escuchaba cantar a un pastor, y yo otra vez no escuchaba nada. Estos incidentes me llevaron al borde de la desesperación. Un poco más y hubiera puesto fin a mi vida, sólo el arte me sostuvo, ¡ah!, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir. Y entonces soporté esta existencia miserable, verdadera mente miserable, una naturaleza corporal hipersensible a la que un cambio inesperado puede lanzar del mejor al peor estado. Paciencia. Está dicho que ahora debo elegirla para que me guíe. Así lo he hecho. Espero que mi determinación permanecerá firme para soportar hasta que a las inexorables Parcas les plazca cortar el hilo. Tal vez mejoraré, tal vez no, estoy preparado. Forzado ya a mis 28 años a volverme un filósofo, ¡oh!, no es fácil, y menos fácil para el artista que para otros. Ser Divino, Tú que miras dentro de lo profundo de mi alma, Tú sabes, Tú sabes que el amor al prójimo y el deseo de hacer el bien, habitan allí. ¡Oh, hombres!, cuando algún día leáis estas palabras, pensad que habéis sido injustos conmigo, y dejad que se consuele el desventurado al descubrir que hubo alguien semejante a él, que, a pesar de todos los obstáculos de la naturaleza, igualmente hizo todo lo que estuvo en sus manos para ser aceptado en la superior categoría de los artistas y los hombres dignos.

Ustedes, mis hermanos Carl y ……, tan pronto como esté muerto, si el Dr. Schmidt aún vive, pídanle en mi nombre que describa mi enfermedad y guarden este documento con la historia de mi enfermedad, de modo que, en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconcilie conmigo después de mi muerte. Al mismo tiempo los declaro a los dos como herederos de mi pequeña fortuna (si puede ser llamada de esa forma), divídanla justamente, acéptense y ayúdense el uno al otro, cualquier mal que me hayáis hecho, lo sabéis, hace tiempo que fue olvidado. A ti, hermano Carl, te doy especialmente las gracias por el afecto que me has demostrado últimamente. Es mi deseo que vuestras vidas sean mejores y más libres de preocupación que la mía, recomendad la virtud a vuestros hijos, ésta sola puede dar felicidad, no el dinero, hablo por experiencia, sólo fue la virtud la que me sostuvo en el dolor, a ésta y a mi arte solamente debo el hecho de no haber acabado mi vida con el suicidio. Adiós, y quiéranse uno al otro. Doy mi agradecimiento a todos mis amigos, particularmente al Príncipe Lichnowsky y al Profesor Schmidt. Deseo que los instrumentos del Príncipe L, sean conservados por uno de ustedes, pero que no resulte una pelea de este hecho, si pueden serviros de mejor fin, véndanlos, me sentiré contento si puedo seros de ayuda desde la tumba, con alegría me acerco hacia la muerte, si ésta llega antes de que tenga la oportunidad de mostrar todas mis capacidades artísticas, habrá llegado demasiado temprano, no obstante mi duro destino y probablemente desearé que hubiera llegado más tarde, pero aún así estaré satisfecho. ¿No me liberaré entonces de mi interminable sufrimiento? Vengas cuando vengas, te recibiré con valor. Adiós y no me olvidéis completamente cuando esté muerto, merezco eso de ustedes, habiendo yo pensado en vida tantas veces acerca de cómo hacerlos felices, sedlo.

Heiglnstadt, Octubre 6, 1802
Ludwig van Beethowen

Para mis hermanos Carl y …………….
Para ser leído y ejecutado después de mi muerte

Heiligenstadt, 10 de Octubre de 1802, entonces de esta forma me despido de ustedes y tristemente en verdad, si esa amada esperanza que traje conmigo cuando llegué de curarme al menos en parte, debo abandonarla completamente, igual que las hojas de otoño caen y se marchitan, así se ha destruido la esperanza, me voy, hasta el alto coraje, que a menudo me inspira en los bellos días de verano, ha desaparecido. ¡Oh, Providencia!, otórgame al menos un día de pura felicidad, hace tanto tiempo desde que la verdadera felicidad resonó en mi corazón, ¡oh! ¿cuándo?, ¡oh! ¿cuándo? ¡Oh, Divinidad!, la encontraré otra vez, en el templo de la naturaleza y de los hombres. ¿Nunca? No. ¡Oh! ¡Eso seria demasiado duro! “

Texto original, en Alemán:

“Für meine Brüder Carl und [Johann] Beethoven.
[8≡] O ihr Menschen die ihr mich für feindselig störrisch oder / Misantropisch haltet oder erkläret, wie unrecht thut ihr mir / ihr wißt nicht die geheime urßache von dem; was euch so / scheinet, mein Herz und mein Sinn waren von Kindheit / an für das Zarte Gefühl des wohlwollens, selbst große / Handlungen Zu verrichten dazu war ich immer aufgelegt, / aber bedenket nur daß seit 6 jahren ein heilloser / Zustand mich befallen, durch unvernünftige ärzte verschlimmert / von Jahr zu Jahr in der Hoffnung gebessert zu werden, / betrogen, endlich zu dem uberblick eines dauernden / Übels [daß durchstrichen] (dessen Heilung vielleicht jahre dauern oder / gar unmöglich ist) gezwungen, mit einem feuerigen / Lebhaften Temperamente gebohren selbst empfäng- / lich für die Zerstreuungen der Gesellschaft, muste ich früh / mich absondern, einsam mein Leben zubringen, wollte / ich auch Zuweilen mich einmal über alles das hinaussetzen, / o wie hart wurde ich dur[ch] die verdoppelte trauerige / Erfahrung meines schlechten Gehör's dann Zurück- / gestoßen, und doch war's mir noch nicht möglich den / Menschen zu sagen: sprecht lauter, schrejt, denn / ich bin taub, ach wie wär es möglich daß ich dann die / Schwäche eines Sinnes angeben sollte; der bej mir in / einem vollkommenern Grade als bej andern sein sollte, / einen Sinn denn ich einst in der größten Vollkommenheit / besaß, in einer Vollkommenheit, wie ihn wenige von / meinem Fache gewiß haben noch gehabt haben – o ich / kann es nicht, drum verzeiht,

[9≡] wenn ihr mich da zurück- / weichen sehen werdet, wo ich mich gerne unter euch mischte / doppelt wehe thut mir mein unglück, indem ich dabej verkannt / werden muß, für mich darf Erholung in Menschlicher Gesell- / schaft, feinere Unterredungen, wechselseitige Ergießun- / gen nicht statt haben, ganz allein fast nur so viel / als es die höchste Notwendigkeit fodert, darf ich mich in gesell- / schaft, einlassen, wie ein Verbannter muß ich leben, nahe ich mich / einer Gesellschaft, so überfällt mich eine heiße ängstlich- / keit, indem ich befürchte in Gefahr gesetzt zu werden, meinen / Zustand merken zu laßen – so war es denn auch / dieses halbe jahr, was ich auf dem Lande zubrachte, / von meinem vernünftigen Arzte aufgefordert, so viel / als möglich mein Gehör zu schonen, kamm er [nur durchstrichen] fast meiner / jetzigen natürlichen Disposizion entgegen, obschon, vom Triebe / zur Gesellschaft manchmal hingerissen, ich mich dazu verleiten / ließ, aber welche Demüthigung wenn jemand neben mir / stund und von weitem eine flöte hörte und ich nichts hörte; / oder jemand den Hirten Singen hörte, und ich auch nichts hörte, [Seite 2] solche Ereignüsse brachten mich nahe an Verzweiflung, / es fehlte wenig, und ich endigte selbst mein Leben + nur sie die Kunst, sie hielt mich / zuruck, ach es dünkte mir unmöglich, die welt / eher zu verlassen, bis ich das alles hervorgebracht, / wozu ich mich aufgelegt fühlte, und so fristete / ich dieses elende Leben – wahrhaft elend; einen / so reizbaren Körper, daß eine etwas schnelle / Verändrung mich aus dem Besten Zustande in / den schlechtesten versezen kann – Geduld – / so heist es, Sie muß ich nun zur führerin / wählen, ich habe es – dauernd hoffe ich, soll mein

[10≡] Entschluß / sejn, auszuharren, bis es den unerbittlichen parzen / gefällt, den Faden zu brechen, vielleicht geht's besser, / vielleicht nicht, ich bin gefaßt – schon in meinem 28 Jahre gezwungen Philoßoph zu werden, / es ist nicht leicht, für den Künstler schwerer als / für irgend jemand – gottheit du siehst herab auf / mein inneres; du kennst es, du weißt, daß menschenliebe / und neigung zum wohlthun drin hausen, – o Menschen, / wenn ihr einst dieses leset, so denkt, daß ihr mir unrecht / gethan, und der unglückliche, er tröste sich, einen seines / gleichen zu finden, der trotz allen Hindernissen der Natur, / doch noch alles gethan, was in seinem Vermögen stand, / um in die Reihe würdiger Künstler und Menschen / aufgenommen zu werden – ihr meine Brüder / Carl und [Johann], sobald ich tod bin und professor schmid / lebt noch, so bittet ihn in meinem Namen, daß er meine Krankheit / beschreibe, und dieses hier geschriebene Blatt / füget ihr dieser meiner Krankengeschichte bej, [ein unleserliches Wort durchstrichen] damit / wenigstens so viel als möglich die welt nach meinem Tode / mit mir versöhnt werde – Zugleich erkläre ich euch / beide hier für [meinen durchstrichen] die Erben des kleinen Vermögens, / (wenn man es so nennen kann) von mir, theilt es redlich, / und vertragt und helft euch einander, was ihr mir / zuwider gethan, das wist ihr, war euch schon längst ver- / ziehen, dir Bruder Carl danke ich noch insbesondere für / deine in dieser letztern spätern Zeit mir bewie- / sene Anhänglichkeit, Mein wunsch ist, daß [ich durchstrichen] euch / ein bessers sorgen[volleres durchstrichen] loseres Leben, als mir, werde, / emphelt euren [nach durchstrichen] Kindern Tugend, sie nur allein kann /

[11≡] glücklich machen, nicht Geld, ich spreche aus Erfahrung, / sie war es die mich selbst im Elende gehoben, ihr danke / [Seite 3] ich nebst meiner Kunst, daß ich durch keinen selbst- / mord mein Leben endigte – lebt wohl und / liebt euch, – allen Freunden danke ich, besonders Fürst Lichnowski und Professor Schmidt. – Die / Instrumente von Fürst L. wünsche ich, daß sie doch / mögen aufbewahrt werden bej einem von euch, doch / entstehe des wegen kein Streit unter euch, sobald / sie euch aber zu was nüzlicherm dienen können, / so verkauft sie nur, wie froh bin ich, wenn ich auch / noch unter meinem Grabe euch nützen kann – / so wär's geschehen – mit freuden eil ich dem Tode / entgegen – kömmt er früher als ich Gelegenheit / gehabt habe, noch alle meine Kunst-Fähigkeiten zu entfalten, so wird er mir trotz meinem Harten / Schicksal doch noch zu frühe kommen, und ich würde / ihn wohl später wünschen – doch auch dann / bin ich zufrieden, befrejt er mich nicht von einem / endlosen Leidenden Zustande? – komm, wann du / willst, ich gehe dir muthig entgegen – lebt wohl / und vergeßt mich nicht ganz im Tode, ich habe es / um euch verdient, indem ich in meinem Leben / oft an euch gedacht, euch glücklich zu machen, sejd es –



Ludwig van Beethoven
Heiglnstadt
am 6ten ot october
1802



Heiglnstadt [sic] den 10ten Oktober 1802 — so nehme ich den [sic] Abschied von dir — und zwar traurig — ja die geliebte Hofnung [sic] — die ich mit hieher nahm — wenigstens bis zu einem gewissen Punkt [sic] geheilet zu seyn — sie muß mich nun gänzlich verlassen, wie die Blätter des Herbstes herabfallen, gewelkt sind, so ist — auch sie für mich dürr geworden, fast wie ich hieher kamm [sic (mit Verdoppelungs-Strich)] — gehe ich fort — selbst der Hohe Muth — der mich oft in den Schönen [sic] Sommertägen [sic (+ „Sommer“ mit Verdoppelungs-Strich: kleines „m“ nur 1×)] beseelte — er ist verschwunden — o Vorsehung — laß einmal einen reinen Tag der Freude [„Freude“ unterstrichen] mir erscheinen — so lange schon ist der wahren Freude inniger Widerhall mir fremd — o wann — o wann o Gottheit — kann ich im Tempel der Natur und Menschen ihn widerfühlen [sic] — Nie? — nein — o es wäre zu hart v [„v“? Wer kennt diese Sigle?]”


Fecha de publicación: 1957, 2ª Ed. 1975
Editorial: Verlag Doblinger, Wien – München


HEILINGESNTAT, casa donde Beethoven escribió su célebre testamento

Al mismo tiempo que aparece este artículo dedicado a la soledad trágica de Beethoven por su sordera, aparece un poema de Soledad Sánchez M., donde, de una forma magistral, como es habitual en ella, nos transmite con la musicalidad y la armonía de sus palabras, lo que debía sentir Beethoven en su misma intimidad en esos momentos. El poema de Soledad Sánchez M. es como una Sinfonía en palabras. Os recomiendo que hagáis "click" en su nombre para trasladaros a su "locus amoenus".

20 comentarios:

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Sublime, excelente paseo por el tormento de un genio...

Hoy me rindo ante tan exquisita entrada, aprendo a pasos agigantados con tus dulces y extraordinarias enseñanzas..así se puede...así me puedo quedar con la retina y el alma atrapadas en tu rincón.

Gracias Antonio.

Aristos Veyrud dijo...

De este testamento me llama la atención esa sed de felicidad y la claridad de una misión que debe ser cumplida a pesar de los impedimentos de salud. Revela una grandeza en su deseo de que sus parientes sean justos y felices apoyándose en la virtud. Parece que la molestia de ser incomprendido era mayor que la misma sordera. Una nota realizada con mucha dedicación y que dibuja con mucha claridad parte de esa indagación sobre la soledad que con tanto interés llevas a cabo en compañía de la posía.
Grandísimo saludo!

Aristos Veyrud dijo...

quise escribir al final "de la poesía" y no de la posía

winsta dijo...

Antonio, ha sido la de hoy una lectura muy emotiva tanto por la introducción que haces como por el testamento de Beethoven que la acompaña.
Gracias de nuevo.
Besos.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Hola, Antonio:

Siempre me sorprendes... muy gratamente. Si ayer el post era ¡impresionante! hoy aún más. Enriquecido por las imágenes (me encanta el retrato de niño) y el magnífico testamente -nunca lo había leído entero- es una maravilla.

Es el complemento perfecto y NECESARIO para mi poema.

Un beso, maestro.

Sole.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

(Hoy se me van los dedos -las prisas-: obviamente testamento).

Y otro beso, maestro.

Sole.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Sole,

He escuchado, porque es música, tu poema, al tiempo que oía, como música de fondo el final de la Novena Sinfonía, La Oda a la Alegría de Schiller, con las notas sublimes que le puso nuestro Beethoven. Ha sido una sensación especial, única: la comunión de la música de Beethoven, la armonía del poema de Schiller y, para mí el más importante, aunque esté citado en tercer lugar, el poema tuyo.

Esto es sublime.

Un beso,

Antonio

PS.: Cortesía para todas nuestras amigas y amigos: como podréis comprobar, Soledad Sánchez M. y yo mismo, de una forma sincrónica, le hemos dedicado un recuerdo a la soledad trágica de Beethoven, cada uno a su manera.

Isabel Barceló Chico dijo...

Es conmovedor ese texto, se siente que de verdad ha salido de un corazón en carne vive, de un dolor muy profundo. No hay como escuchar directamente la voz de un ser humano para sentirlo cerca y comprensible. La sordera condena al aislamiento a muchas personas, pero cuando la padece un músico, nos parece doblemente cruel. Y cuando no se atreve a reconocerla en público, nos hacemos una idea de la dimensión de su angustia, de su miedo invencible al fracaso social. Y aún es más admirable que, pese a su sordera, fuera capaz de componer una sinfonía tan maravillosa, lo que viene a demostrar que el arte reside principalmente en el alma, y no en los sentidos. Una entrada preciosa y emocionante. Y tu combinación con Soledad es perfecta. Pensaré lo de esa entrada de la que hablamos y te diré. Un abrazo muy fuerte.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Carmen,

Deliciosa y muy cuidada, casi exhaustiva, es la exposición que nos presentas de Vlaminck EN TU ESPACIO. De esta forma ya no hace falta que vayamos al Museo del Prado. Realmente es una entrada muy cuidada y muy completa. Tendré que pasarme horas admirando esos cuadros. Esto parece una tesis doctoral en germen. Realmente precioso todo.

Gracias por el comentario que has dejado aquí. Hablar de Beethoven y emocionarse es fácil. Ante un genio no cabe más que la admiración. Difícilmente puede uno comprender toda su esencia.
Un abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Dilman,

Muchas gracias gracias por tu comentario. Es que el genio es bueno por naturaleza. La genialidad y la bondad van juntos. Para una persona con personalidad y con humanismo seguramente no hay nada más trágico que tener que contener sus pensamientos por no poder expresarlos. Pero Beethoven tenía la música para expresarse, aunque continuaba en su soledad porque no tenía interlocutores que le hablaran a él.

Tengo pendiente un comentario para ti: ya llegará.

Un abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

winsta,

Eres una delicia de mujer. Si tú fueras la única seguidoa de mi Blog, yo seguiría escribiendo, porque tú eres fiel. Tú te lo lees todo.

Gracias por estar aquí.

Un beso y, ya va siendo hora, un abrazo también,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Isabel,

Tú, que eres la que más entiendes del mundo clásico, comprendes perfectamente a Beethoven. Exquisito tu comentario. A mí la situación de Beethoven me parece comparable a la mejor tragedia Griega. Si Esquilo o Sófocles (Eurípides es el que menos me gusta) hubiesen vivido en el siglo XIX, con toda seguridad que habrían escrito una buena tragedia sobre Beethoven, comparable a cualquiera de las suyas.

Un beso y uun abrazo,

Antonio

PS.: A ver si conviertes en realidad esa intención de presentarnos a alguna mujer romana que tuviese una vida trágica. Aquí andamos muy unidos con la "soledad" y la "Soledad".

Rosario dijo...

Antonio, va dirigido a Soledad, ya que me es imposible colocarlo en sus blo, Yo se que aqui ella lo leerá.
Sol. edad, con tu nombre , ya tus padres, que te dieron la vida auguraron algo grande para ti, ser eso, única, así definiría yo ,en parte algo de la soledad, algo único, no siempre se ha de ver , pienso yo, la soledad como algo trágico y tenebroso, como un aspecto de la vida que puede ser muy doloroso, escalofriante, sensaciones y sentimientos vividos de una forma angustiosa, pero como yo soy persona que intento ver la dualidad de las cosas y la parte positiva, también existen esos momentos en los que uno se siente bien consigo mismo, pues también se disfruta y valora la compañía con los demás. Yo te diría Soledad que tu nombre y con ello tu persona me inspira pensar en esa sol. edad, que nos acompaña en esos momentos en los que nos sentimos muy bien y somos capaces de crear algo único , así lo haces tu con tu poesía, con tu admiración y pasión por la pintura que te conmueve, por la gran capacidad que tienes en asociar ideas, de las cuales te surgen otras nuevas y en especial que eres capaz de compartir las tuyas con los otras personas, regalándonos a todos algo hermoso en la vida , la capacidad de sorprender continuamente. Soledad, eres: Sol, que alumbra la vida en cualquier Edad del ser humano y en cualquier época de la humanidad. Soledad, simplemente te digo, "gracias por ser como eres"

Abrazos

elena clásica dijo...

¿Qué se puede decir ante el testamento de un genio? La fuerza del dolor acompaña necesariamente el extraordinario vigor del genio. Sírvanos de revulsivo la mención hacia los lectores que en el futuro nos estremeceremos con sus palabras. ¿Y si pensáramos que hubiera sido sordo de nacimiento? ¿Cómo habría creado su sinfónico mundo interior? Pocas palabras más puedo añadir, la emoción me invada. Gracias por la versión alemana, danke scchOn.
Maravillosa página. Es su verdadero placer conocerte. Un abrazo.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

elena clásica,

Elena,

Aprovecho tu estupendo comentario en mi Blog para conocerte. Me he trasladado al tuyo. Me ha gustado ese relato-cuento que nos explicas, con todo lujo de detalles. Es todo un sueño. Es que "la vida es sueño", como decía nuestro Calderón de la Barca que tú conoces mejor que yo.

Me gusta la letra grande de tu espacio, porque tú debes tener también un corazón y un alma grandes. Me parece a mí que ese Sebastián es de carne y hueso, vamos, que tu cuento no es un cuento, sino la expresión de algo vivido realmente.

Me encantó tu profundo comentario sobre Beethoven y te haré una confesión: yo, cuando ya hace unos 20 años, lei el Testamento en la Biblioteca de la Universidad, se me cayeron unas lágrimas de verdad encima del testamento. Y esto también es verdad.

Sobre tu nombre: yo, que soy de Clásicas, le habría puesto una "H" al inicio, porque es más etimológico.

Resumiendo: precioso espacio el tuyo. Ya tengo un lugar más para visitar asiduamente.

Ha sido un placer.

Si me lo permites, te envío un beso de amistad,

Antonio,

Estela dijo...

Es increible como un genio que hizo esa musica que no podia escuchar y que sin embargo nosotros todavia la gozamos.

Gracias por enseñarnos historia amigo a veces,sabemos lo superficial de estos personajes, que han dado tanto y se les ha reconocido tan poco..

Un abrazo!!

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Estela,

Describes en tu "post" exactamente la situación actual. Siempre es el pobre el que tiene que pagar los platos rotos. Es una vergüenza la forma de actuar de mucha gentuza que hay en este país, y ya sabes a quiénes me refiero.

Gracias por tu comentario en mi Blog. Realmente los grandes genios han sido en su vida personas infelices, incomprendidas. En eso reside parte de su genio. Es la condradicción de esta vida que tenemos.

Un beso,

Antonio

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Para Rosario:

GRACIAS, con grandes mayúsculas, por este comentario que Antonio me hizo llegar, y que te contesto públicamente. Yo he tenido suerte. Muchísima suerte. En este mundo aséptico y anónimo de píxeles y alta tecnología, he conocido a una familia maravillosa: vosotros.
Tú también, Rosario, tienes el "don" de Antonio: sabes ver con el corazón. En un principio mi blog se llamó "Mis manos abiertas" porque de esa forma ofrecía mis palabras a quienes las quisieran descubrir. Problemas de identidad con una ONG del mismo nombre, me obligó, de alguna forma, a identificarme de cara a los demás. Y tienes, Rosario toda la razón. La soledad es necesaria para conocerse y crecer. Y si has crecido fuerte y robusto, siempre, quienes te rodean, se beneficiarán de tu sombra y de tus frutos. Ese es mi deseo, siempre, y me alegra infinito haberos conocido, porque todos vosotros lo habéis conseguido: se está muy, muy bien, bajo vuestra frondosa vida.
Mis palabras son imperfectas, pero llevan siempre lo mejor de mí, mi ilusión, mi esfuerzo, mi alegria... y por eso disfruto tanto colaborando con Antonio. Porque él también ama las palabras y tiene una energía contagiosa. Creo que ninguno buscamos reconocimiento. Es el propio trabajo el que nos llena.
Así que aquí seguiré, espero, contando las cosas que me salen de dentro, más feliz todavía al saber que tú también me sigues.

Y por todo ésto, UN BESO INMENSO, Rosario, y gracias de nuevo.

Sole.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Y para mi maestro:

Todas las mujeres que se acerquen a tu blog, deberían aplaudir. Ya lo dice tu lema, lo sé. Pero has hecho un bello monumeto a la mujer en tu barra lateral.

Comienza tu Ana (que está presente en TODO tu espacio, porque es tu mitad)la cúspide de esta maravillosa pirámide, tu faro.

Y luego tu jardín, siempre radiante y renovado, para las madres que ya se marcharon -seguro que extensivo para todas-.

Y un texto conmovedor para Gracia, escrito en uno de los momentos más tristes de tu vida, y que generosamente compartes con nosotros.

Yo, particularmente, te aplaudo: has tenido la enorme gentileza de publicar algunos de mis poemas -y un escrito también muy duro, nacido en esa soledad que antes le comenté a Rosario-.

Me gustaría que esta deferencia tuya sirva de homenaje a todas las mujeres que vivimos, soñamos, amamos, sufrimos, recordamos... y escribimos. Y también a la amistad en la red, que es posible. Que se puede conocer a personas maravillosas, con intereses comunes, con quienes se puede compartir el amor por la literatura. Y también a la honestidad y a la fraqueza. A mostrarse uno tal cual es. Humano.

Sí. Tu barra lateral, y todo tu blog, son un homenaje a la humanidad.

Un beso, maestro.

Sole.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Sole, amiga Soledad, mi Musa,

Uno, y yo, se queda satisfecho y orgulloso, después de leer el delicioso comentario que has hecho en esta página de mi columna lateral. Es que a ti no te falta nada: tienes capacidad para poner las palabras en pentagramas y crear así poemas musicales. Tus poemas tienen forma y fondo: transmiten ideas y sensaciones, percepciones, emociones, y también entusiasmo estético.

Igual pasa contigo: tienes la capacidad de leer lo que se escribe y percibir más allá de lo escrito, percatarte de lo que se dice y de lo que se pretende transmitir. Has captado perfectamente, de forma genial, el contenido y la forma de esa columna. Es que he intentado poner cada cosa en su sitio y en el orden que me ha inspirado el afecto, la amistad, el reconocimiento, el amor incluso, de todas las mujeres aludidas, y cada una en su lugar. Es que en esa columna no hay nada casual: todo ha sido meditado y bien meditado. Cada detalle tiene una intencionalidad, intencionalidad que tú has visto con la clarividencia que es te innata.

Pasa como con tus Poemas: si uno los lee a conciencia, si escucha su música, que es lo que hago yo, por ejemplo, uno percibe mucho más de lo que dicen las palabras. Yo, por lo menos, en tus poemas percibo más allá de la forma física, que es preciosa. Acostumbrado a leerte ya como estoy, tus Poemas son para mí como una sinfonía con contenido y forma, bellas ambas. La forma es bellísima y el contenido es entrañable.

No me pasa a mí como les pasa a algunas personas que, escuchando una sinfonía, la Novena, pongamos por caso, sólo perciben los acordes y las melodías. Yo percibo la Totalidad de la Sinfonía, igual que percibo la Totalidad de tus Poemas, sean en verso o sean en prosa.

Tú, por lo que he podido comprobar, tienes esa capacidad de transmitir mensajes sublimes y de percibir lo totalidad de lo que los demás, humildemente, escribimos, cual es mi caso.

Quiero que sepas, y te lo digo en público, porque me parece que lo mejor es mostrarse tal como es uno, quiero que sepas, decía, que estoy muy agradecido con el comentario que haces en este espacio, que estoy totalmente de acuerdo con lo que dices –aunque pueda sonar a inmodestia por mi parte-, y que considero tu amistad como una de las cosas más preciosas que están a mi alcance.

Aún así, espero y deseo que mi capacidad para leerte y gozar de tus Poemas pueda ir en aumento cada día, porque al Genio, a las Musas, como lo eres tú, nunca se les comprende del todo, siempre hay algo que uno puede percibir al leerlos otra vez.

Te envío un beso de amistad y reconocimiento y te hago manifiesto un deseo: sigue escribiendo, porque, si lo haces, tenemos todos la suerte de ser más felices cada día.

Antonio