ANTONIO MARTÍN ORTIZ: CATULO: POEMA XXXIX. EGNACIO, UN CELTÍBERO MALEDUCADO
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

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Ejercicios de doma de caballos

domingo, 14 de junio de 2009

CATULO: POEMA XXXIX. EGNACIO, UN CELTÍBERO MALEDUCADO

Egnacio, un Celtíbero excesivamente adicto a la risa

Tenemos documentado por varios autores greco-latinos que los Celtíberos de la Hispania Romana tenían la costumbre de lavarse los dientes con los propios orines. Son éstos un buen desinfectante. Yo mismo he visto en zonas rurales que la gente, cuando se hace una herida y no tiene alcohol a mano, recurre a los propios orines para utilizarlos como desinfectante.

Un Celtíbero de la Hispania Romana, de nombre Egnacio, tenía la estúpida costumbre de reírse a diestro y siniestro, procediese o no procediese, tanto en situaciones alegres como en circunstancias luctuosas o dramáticas, para tener la oportunidad de exhibir sus blanqueados dientes. El poeta Romano Cayo Valerio Catulo (87-54 aC) le dedica un poema dándole una buena lección de urbanidad.


Egnacio, por tener blancos los dientes,
sonríe continuamente en todas partes.
Si se acerca al banquillo de un acusado,
cuando el orador provoca el llanto,
él sonríe.
Si hay lamentos
junto a la pira de un buen hijo,
cuando la madre, desolada,
llora a su único hijo,
él sonríe.
Sea lo que sea,
dondequiera que sea,
ocurra lo que ocurra,
él sonríe:
tiene esa enfermedad ni elegante,
según creo, ni educada.
Por eso, tengo el deber
de darte un consejo, buen Egnacio.
Si fueses de la Urbe, o sabino, o tiburtino,
o un ahorrador umbro, o un obeso etrusco,
o un lanuvino moreno y de buenos dientes,
o traspadano
(para mentar también a los míos),
o quienquiera que sea
que se lava los dientes aseadamente,
ni aun así querría yo que tú sonrieras
continuamente en todas partes:
pues no hay cosa más estúpida
que una risa estúpida.
Pero, eres celtíbero:
en tierra celtíbera,
con lo que cada cual meó,
con eso suele frotarse por la mañana
los dientes y las rojas encías,
de modo que,
cuanto más limpios están
esos vuestros dientes,
más cantidad de meado
proclamarán que tú has bebido.
(Traducción de Rosario González Galicia)
http://www.babab.com/biblioteca/books/rosario_gonzalez.pdf
Egnatius, quod candidos habet dentes,
renidet usque quaque. Si ad rei uentum est
subsellium, cum orator excitat fletum,
renidet ille. Si ad pii rogum fili
lugetur, orba cum flet unicum mater,
renidet ille. Quicquid est, ubicumque est,
quodcumque agit, renidet. Hunc habet morbum
neque elegantem, ut arbitror, neque urbanum.
Quare monendum est te mihi, bone Egnati.
Si urbanus esses aut Sabinus aut Tiburs
aut parcus Vmber aut obesus Etruscus
aut Lanuuinus ater atque dentatus
aut Transpadanus, ut meos quoque attingam,
aut quilubet, qui puriter lauit dentes,
tamen renidere usque quaque te nollem:
nam risu inepto res ineptior nulla est.
Nunc Celtiber es: Celtiberia in terra,
quod quisque minxit, hoc sibi solet mane
dentem atque russam defricare gingiuam,
ut quo iste uester expolitior dens est,
hoc te amplius bibisse praedicet loti.

14 comentarios:

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Egnacio recibe un "buen baño" de Catulo.

Me gusta... porque estaba pensando en la cantidad de personajillos de nuestros días a los que estos versos les vendrían como anillo al dedo. La vanidad es una nefasta consejera, provocando conductas irrisorias... que generalmente encubren carencias emocionales, afectivas o de inteligencia.

Por otra parte, me ha resultado muy curioso el blanqueamiento de los dientes con la orina. Si que conocía su uso como desinfectante -en Los Santos Inocentes, lo hacía el entrañable Azarías, para disgusto de Paco "el bajo"- y también he leído que la tribu Tuareg, en las largas travesías por el desierto, "reciclaba" la orina... bebiéndola.

Como siempre, pasarse por tu espacio es como hacer una visita a una bien surtida biblioteca... da gusto.

Y he querido acompañar la frase áurea que publicas hoy -muchas gracias por considerarla así-, publicando un poema sobre ella, sobre la amistad. Ya sabes que para mí es una alegría inmensa tenerte entre mis amigos.

Un beso, maestro.

Soledad.

Catalina Zentner Levin dijo...

La verdad, y aunque no tengo los dientes tan blancos, me he reido bastante con este poema tan original.

Un saludo cordial,

carmen dijo...

Fantástico!!

Desde que se llevan los blanqueos dentales con fundas raras, yo no veo más que dientes... con caras a veces deformadas.

Y me encanta que hace tantos años se afeara esa risa que no viene a cuento: "pues no hay una cosa más estúpida, que una risa estúpida"

Un abrazo!

Aristos Veyrud dijo...

Muy divertidas estas anécdotas que estás publicando, y que retratan el espíritu de una época en aspectos que generalmente no se conocen. Esto hace más interesante la historia y aporta material importante para otras ciencias y artes que se interesan en la historia de la construcción cultural de las civilizaciones.
Gran saludo Maestro!

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Soledad,

Como siempre, es una delicia leer tus comentarios, estén donde estén. Me refiero ahora al comentario que has hecho en mi espacio al poema de Catulo. Está redundante de nuevas ideas, detalles que yo desconocía, y de afecto y “empatía” hacia todo lo que se te pone enfrente. Eres toda una delicia, tanto al escribir, como al transmitir tus sensaciones sobre lo escrito por otros, en este caso, por mí.

Muchas gracias por ser como eres.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Catalina Zentner,

Me ha encantado tu poema con el mensaje de "quererte", con ese deje argentino que tanto me gusta. Yo estuve en vuestra Córdoba hace unos años y hablaba ya con ese deje que utilizas tú en tu poema. Precioso.

Si te has reído con el poema de Catulo que he publicado en mi espacio, una buena parte del objetivo ya está conseguido: que la gente se ría, aunque no tenga los dientes blancos como la nieve.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Yo lo ves, amiga Carmen,

Tú, hablando de cosas serias y profundas, como esa pasión que anima todas las cosas; y yo, con la risa imbécil de un imbécil compaisano nuestro que era capaz de reirse hasta en la presencia de un muerto.

Te envió un beso y una sonrisa sincera,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Ya lo ves, amigo Dilman:

Tú explicándonos la esencia del ser y los fundamentos de la Filosofía de Occidente, con tu iniciativa para que conservemos bien esta nuestra Tierra, y yo, aludiendo a cosas que casi nadie se imaginaba que ocurrían, pero ocurrían, y ocurren. Buen entrecruzamiento de ideas en tu espacio y en el mío.

Un abrazo,

Antonio

Unknown dijo...

Hay personas que por querer sobresalir siempre no saben ubicarse, y como no saben ubicarse quedan siempre en falta. Este tipo de personas no piensan más que en ellos, por lo tanto suelen estar solos, aunque la realidad los engañe o ellos crean ver otra cosa.

Triste reír cuando no hay porque reírse, triste que no sepa llorar.

Interesante entrada, como la que me estoy acostumbrando a leer aquí.

Un saludo.

HologramaBlanco

Isabel Barceló Chico dijo...

Ciertamente, no dan muchas ganas de besar a Egnacio... Hay costumbres que, por justificadas que puedan estar, nos resultan repugnantes. Y de eso sabe aprovecharse muy bien Catulo, pues logra ponernos contra ese Egnacio tonto y presumido. Genial recordatorio, querido amigo.

elena clásica dijo...

Catulo, Catulo ante todo. La vida es el propio Catulo, la sangre fluía por sus venas a alta temperatura, y sus palabras tampoco escatimaban tanto poemas de puro erotismo, cuanto composiciones cual arma arrojadiza hacia muchos oscuros objetivos de la sociedad romana en la que le tocó vivir.
Cómo desgrana ese patetismo de la risa que no ha lugar, cuán absurda aparece a nuestros ojos la mueca de Egnacio, pues su lucimiento es hueco.
Qué brutal poema, qué certera descripción sobre fingimientos y poses, cuán actual también ante nuesta mirada.
Terrible losa además la de ser celtíbero con esas rudas y "bárbaras" costumbres.

Qué grande y qué vivaz Catulo, que impenitente y qué terribles labios dirigos a este Egnacio sonriente, sonrisa de bobalicón adormecido. Una cosa debes, en cambio, Egnacio agradecerle a Catulo, pues te hizo blanco de terribles comentarios e inmortalizado fuiste.

En el otro lado de Catulo, resuenan las palabras dedicadas a Lesbia y al pajarillo. Amigo y maestro Antonio, abusando de tu generosidad, aquí lo dejo caer: ¿nos deleitarás con un comentario sobre este poema? Ah el amor de Catulo explicado por tu pluma...

Disculpa mi atrevimiento, y recibe mi más cariñoso abrazo.

Tu admiradoraἙλένη.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena, Ἑλένη,

Sabroso y profundo comentario el tuyo, el que haces en mi espacio, al poema sobre ese Celtíbero llamado Egnacio. No tengo nada que añadir a lo comentado por ti: simplemente decirte que estoy de acuerdo con todas tus opiniones, en las que demuestras un más que completo conocimiento de Catulo y su forma de escribir.

Por supuesto que recojo la señal que me envías y próximamente tendrás el poema correspondiente al pajarillo de Lesbia, o de Catulo, porque vete tú a saber de qué pajarillo se trataba. Igual resulta que el tal gorrión no tenía alas y es una metáfora. En eso andan preocupados algunos latinistas. Yo también.

Si añadimos que la relación de Catulo con Lesbia fue una relación apasionada, con sus vaivenes, y que la tal Lesbia, en realidad, era una Romana, mujer y esposa del Gobernador de la Galia Cisalpina, región donde nació Catulo, de nombre Clodia, que ocupa en un verso el mismo lugar que Lesbia, ya tenemos todos los indicios de que aquí hay algo que tenemos que suponer, porque no lo sabemos.

Es que los poemas de Catulo se recitaban en público y él no podía arriesgarse a que el marido de Lesbia/Clodia viniese un día y pusiese a Catulo en su lugar correspondiente. Y eso que Catulo era uno más, quizá el más joven, de los amantes de esa mujer de mundo.

Estoy en ello.

Un beso y un abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Edgardo,

Tienes toda la razón del mundo: hay quienes son capaces de hacer milagros para sobresalir y lo que hacen entonces es el redículo. Lo mejor que puede hacer una persona es presentarse tal como es y mostrar sus sentimientos auténticos, caso de que los tenga. En caso contrario, el que tiene enfgrente percibe una realidad falsa: no existe comunicación alguna.

Un abrazo,

Antonio

Isabel dijo...

Querido amigo Antonio, es para mí un honor otorgarte un premio a la amistad.
Puedes pasar a recogerlo por mi blog.
Un saludo