ANTONIO MARTÍN ORTIZ: EL PAJARITO DE LESBIA (O DE CATULO)
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

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viernes, 19 de junio de 2009

EL PAJARITO DE LESBIA (O DE CATULO)




Gayo Valerio Catulo (87-54 aC)



Gayo Valerio Catulo nació en Verona, en la Galia Transpadana. Pertenecía a una familia acaudalada e influyente. Su padre era amigo de César, al que Catulo, sin embargo, despreciaba. Estudió en Roma, donde pasó largas temporadas, hasta que se estableció allí en el 62 aC, introduciéndose pronto en los ambientes de la nobleza. Quizá se afincó en Roma siguiendo a Clodia, la esposa del gobernador de la Galia Cisalpina. Clodia era una mujer de gran belleza y extremada desenvoltura que inspiró en Catulo una violenta pasión y un amargo desengaño de los que extrajo inspiración para sus versos, en los que la canta bajo el pseudónimo de Lesbia. Catulo era uno más, quizá el más joven, de los amantes de Clodia. La colección de sus poemas, que el propio poeta dedicó a su amigo Cornelio Nepote (el historiador), nos ha llegado bajo el título de “Catulli Veronensis liber”, y consta de 116 composiciones de diversa extensión, destacando las que relatan su azarosa relación con su amada Lesbia, un pseudónimo para Clodia, en honor a Safo de Lesbos, muy admirada por Catulo, y arremeten contra sus rivales. Catulo se revela como un verdadero maestro tanto para la expresión de lo más íntimo como para el improperio más grosero.

Los poemas de Catulo se recitaban en público y, claro, Catulo no podía aludir a Clodia, que era una mujer casada e influyente, siendo él uno más de sus amantes, quizá el más joven. Por eso adoptó el pseudónimo de Lesbia, en honor a Safo de Lesbos, a la que admiraba, y porque Lesbia encajaba en un verso perfectamente en lugar de Clodia.

A Lesbia se le murió un pajarito que tenía y se puso muy triste. El problema de algunos latinistas es si el tal pajarito, el gorrión, era un auténtico pajarito, o era una metáfora para referirse a algo con lo que Lesbia gustaba de entretenerse. Vamos, que el pajarito podría ser tanto de Lesbia, como de Catulo.



Aquí tenéis el poema. Juzgad vosotros mismos.




¡Llorad vosotros, Venus y Cupidos,

y todos los hombres sensibles!

Ha muerto el pajarito de mi amada,

el pajarito, delicia de mi amada,

a quien quería más que a sus propios ojos:

era dulce como la miel, conocía a su

dueña como una hija a su madre

y no se separaba de su regazo,

sino que, saltando de aquí para allá,

solamente a su dueña piaba.

Ahora va por un camino tenebroso

hacia un lugar de donde nadie regresa.

¡Enhoramala vosotras, malditas tinieblas

del Orco, que devoráis todas las cosas bellas:

me habéis robado a mi bello pajarito!

¡Qué desgracia, que ahora por tu culpa,

pobre pajarito, los ojos de mi amada

están rojos e hinchados de llorar.

(Catulo, Poema III)

(Trad. de A. Ramírez de Verger)

http://www.catulo.com/003.shtml


Lugete, o Veneres Cupidinesque

et quantumst hominum uenustiorum!

Passer mortuus est meae puellae,

passer, deliciae meae puellae,

quem plus illa oculis suis amabat:

nam mellitus erat suamque norat

ipsam tam bene quam puella matrem

nec sese a gremio illius mouebat,

sed circumsiliens modo huc modo illuc

ad solam dominam usque pipiabat.

Qui nunc it per iter tenebricosumilluc,

unde negant redire quemquam.

At uobis male sit, malae tenebrae

Orci, quae omnia bella deuoratis:

tam bellum mihi passerem abstulistis.

o factum male, o miselle passer,

tua nunc opera meae puellae

flendo turgiduli rubent ocelli.




Elena Pascual, Ἑλένη, con su blog Elena Clásica, ha dejado un comentario tan sabroso y tan profundo de este poema, que no puedo abstenerme de publicarlo aquí, en primera página. Muchas gracias, amiga Elena, por tu sabiduría y tu penetrante comprensión del mundo poético.
Antonio, uno de tus admiradores.
"Mi querido Antonio:
Gracias, gracias mil veces por esta entrada sobre Catulo y por este poema, seguramente uno de los más bellos de su colección y también de toda la historia de la literatura.
Ese delicioso pajarito sea quizás el dulce gorrión que nos ofreces, sea quizás otra especie de dulzura más mundana. La ambigüedad que nos explicas es especialmente arrebatadora, pues la vemos reflejada en las manos y en el dolor de Lesbia que así llora la perdida de su adorado ¿pajarito?
La metáfora que podamos alcanzar a vislumbrar refleja ese violento amor del que nos hablas y cómo esta terrible mujer había encandilado al poeta de Verona. La última estrofa por su desgarro bien pudiera ser la venganza disimulada a su amada Lesbia ante la colección de amantes que ella tenía en su haber.
Es Lesbia la que parece asumir la exclamación hacia las tinieblas del Orco, en un grito del poeta que parece pretender decididamente alejarse de ella.
Así pues, reitera su aseveración en esos ojos hinchados y enrojecidos que no tendrán el cariño, labios de Catulo, reflejado en un vuelo amoroso hacia los párpados.
Y es que la propia afirmación, el tono vehemente, la imaginación del rostro congestionado parecen desmentir la metonímica huida definitiva del pajarito hacia el oscuro reino del Hades, pues en él también mora el amor por obra y gracia de la bella y tenebrosa Proserpina que ocupa su corazón.
La imprecación con la que se abre el extraordinario poema dirigida hacia Venus y Cupido nos conmueve, pues el amor del de Verona rasga sus fibras íntimas, y en todos los lectores se apoya, sin vislumbrar quizás, en tan vívido momento de agitada pasión, la repercusión que podían representar sus palabras a través de los siglos hacia aquéllos que creemos tener un alma sensible hacia la poesía.
Sigamos llorando todos los que amamos el amor, todos los que amamos la poesía y tan preciosa gracia encontramos en los presentes y actuales, ¡actuales! versos de Catulo.
Maravillosa y artística exposición, como es habitual desde la mente del sabio, de nuestro Antonio.
Recibe todo mi entusiasmo, un besazo.Ἑλένη"




11 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

No han faltado las referencias jocosas al "pájarito de Catulo". También yo colgué este poema en mi página, en traducción de Juan Manuel Rodríguez Tobal. Te dejo aquí el enlace por si te apetece leer esta versión.

http://mujeresderoma.blogspot.com/search/label/Escritores%20cl%C3%A1sicos.%20Catulo.

En cuanto a los amores de Catulo y Lesbia, escribí una serie de entradas que están bajo la etiqueta "La muchacha de Catulo", por si te apetece también echarles un vistazo. Ya ves que es un tema que me gusta y me enamora. Admiro mucho al poeta Catulo, aunque como persona quizá fuera menos admirable. Un abrazo, querido amigo, me ha encantado hallar a Catulo aquí.

carmen dijo...

Lesbia lloraba por un pajarito y Cátulo se apenaba por ver sus ojos hinchados por el llanto...

Y yo me pregunto si el corazón de Lesbia era igual de tierno y sentido con sus amantes. Y lo dudo.
Ay los llantos por los pajaritos y los ojos secos por quienes habría que llorar...

elena clásica dijo...

Mi querido Antonio:

Gracias, gracias mil veces por esta entrada sobre Catulo y por este poema, seguramente uno de los más bellos de su colección y también de toda la historia de la literatura.
Ese delicioso pajarito sea quizás el dulce gorrión que nos ofreces, sea quizás otra especie de dulzura más mundana. La ambigüedad que nos explicas, es especialmente arrebatadora pues la vemos reflejada en las manos y en el dolor de Lesbia que así llora la perdida de su adorado ¿pajarito?

La metáfora que podamos alcanzar a vislumbrar refleja ese violento amor del que nos hablas y cómo esta terrible mujer había encandilado al poeta de Verona. La última estrofa por su desgarro bien pudiera ser la venganza disimulada a su amada Lesbia ante la colección de amantes que ella tenía en su haber.
Es Lesbia la que parece asumir la exclamación hacia las tinieblas del Orco, en un grito del poeta que parece pretender decididamente alejarse de ella. Así pues, reitera su aseveración en esos ojos hinchados y enrojecidos que no tendrán el cariño, labios de Catulo, reflejado en un vuelo amoroso hacia los párpados. Y es que la propia afirmación, el tono vehemente, la imaginación del rostro congestionado parecen desmentir la metonímica huida definitiva del pajarito hacia el oscuro reino del Hades, pues en él también mora el amor por obra y gracia de la bella y tenebrosa Proserpina que ocupa su corazón.

La imprecación con la que se abre el extraordinario poema dirigida hacia Venus y Cupido nos conmueve, pues el amor del de Verona rasga sus fibras íntimas, y en todos los lectores se apoya, sin vislumbrar quizás, en tan vívido momento de agitada pasión, la repercusión que podían representar sus palabras a través de los siglos hacia aquéllos que creemos tener un alma sensible hacia la poesía.

Sigamos llorando todos los que amamos el amor, todos los que amamos la poesía y tan preciosa gracia encontramos en los presentes y actuales, ¡actuales! versos de Catulo.

Maravillosa y artística exposición como es habitual desde la mente del sabio, de nuestro Antonio.

Recibe todo mi entusiasmo, un besazo.

Ἑλένη

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Carmen,

Estupendo homenaje el que haces en tu espacio a Vicente Ferrer. Tú sabes estar allí donde hay que estar: siempre oportuna y comentando los temas más importantes. Sabes reconocer la grandeza allí donde existe.
¡Bravo!

En cuanto a lo que dices de la lágrimas y la ternura de Lesbia/Clodia, en el comentario que haces en mi espacio, yo creo que esta mujer era insensible al amor: sólo le interesaba el momento de la efusión erótica. Si no fuese así, ¿cómo podría haber adornado tan generosamente de atributos taurinos a su esposo y cómo podía tener tantos amantes como tuvo?

Un beso,

Antonio

elena clásica dijo...

Gracias por todos tus detalles y la sapiencia que brindas a cada paso.
Tu admiradora Ἑλένη

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Antonio:

Delicioso poema el que nos traes.

Yo, desde luego, me quedo con los versos ocultos.

Imagino a Catulo pensando en la forma de "hilar" este poema para exponer sus sentimientos y dañar a Clodia con su afilada pluma.

También quiero imaginar la rabia de Lesbia-Clodia cuando llegaran a sus oídos... y también su tristeza al recordar las delicias del pajarito ya perdido.

La pasión encendida siempre ha sido inspiración para los poetas y el desamor, la fuente de muchos de los más hermosos versos.

Siempre es un auténtico placer pasearse por tu casa para aprender y deleitarse con tanta belleza.

Y como siempre, nuestra Elena ha comentado magníficamente tu entrada, doblando su hermosura.

Enhorabuena, maestro, y feliz semana.

Un beso.

Soledad.

Aristos Veyrud dijo...

Creo que leyendo un poco más sobre el poeta y la dama se puede llegar a una respuesta más cercana a los hechos. Personalmente creo que el pajarito sobre el que gira el poema sí es un pajarito de pico, plumas y además volador, ya que la sensibilidad del artista puede llegar a captar lo más sublime de la amada y traducirlo en hermosos cantos. Tal vez por eso Lesbia se fijó en el joven o tal vez por eso mismo el joven amante enfatiza en un afecto tan tierno para resaltar el valor de su amada.
Gran saludo Antonio!!!

elena clásica dijo...

Querido Antonio:

Muchas gracias por tu maravilloso comentario que me ha llenado de alegría. Comparar a mis personajes con aquéllos del mundo clásico que tú tan magistralmente conoces es algo más que un orgullo para mí.
Feliz noche mágica, recibe en vuelo ancestral los mejores deseos de todos los deseos del mundo y los abrazos más abrazos de todos los
abrazos cariñosos del mundo.
Maestro, tu admiradoraἙλένη

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Dilman,

Es toda una enciclopedia de sabiduría y conocimientos la explicación que nos das en tu espacio del famoso “Conócete a ti mismo”. No tengo nada que añadir, salvo decirte que comparto todas tus opiniones al respecto y estoy totalmente de acuerdo contigo. Es que, cuando tú tocas algún tema, lo haces de forma total y fundamentada. Serán, y somos, muchos los que disfrutarán leyendo este sabroso texto tuyo, como ha sido mi caso.

Felicidades por acumular en unas densas líneas buena parte del conocimiento que nos precedió, desde la Grecia Antigua.
Da gusto entrar en tu espacio, porque es un jardín lleno de frondosa sabiduría, como todo lo que tú tocas.

En cuanto al gorrión de Lesbia/Clodia y el comentario que haces en mi espacio, también comparto tu opinión. Personalmente creo que Catulo dejó así el poema, sin especificar si el pajarito tenía pico y alas o no, para que los comentaristas y lectores, si no teníamos otra cosa que hacer, nos pasáramos unos buenos momentos disertando sobre ello.

Te envío un caluroso saludo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Soledad,

Me ha encantado tu comentario en mi espacio al pajarito de Lesbia/Clodia, y esa referencia que haces al desamor, al desamor de Catulo por Lesbia y de Lesbia por Catulo. Tú tienes siempre la capacidad de leer más allá de lo que hay escrito, lo mismo que, cuando publicas un poema, haces al emitir dos corrientes de pensamientos: los implícitamente supuestos y los expresamente manifestados. Es una capacidad que tienes y una sensibilidad de la que eres dueña soberana. Éste es uno de los motivos por los que todo lo que escribes hay que leerlo unas cuantas veces y de forma pausada siempre.

Muchas veces el mensaje que hay detrás de tus líneas es tanto o más interesante y atractivo que el mensaje tecleado en el ordenador.

Siempre es un placer grande leerte y compartir tus pensamientos…, y sentimientos.

Te envío un enorme abrazo,

Antonio

Aristos Veyrud dijo...

Antonio muchas gracias por tus comentarios que tomo como estímulo para seguir en este camino entusiasta del diálogo e intercambio de propuestas para construir y ver un mundo que algún día ha de ser eso, mundo.
Un gran saludo Maestro!!!