jueves, 27 de agosto de 2009

NUESTRA ESTANCIA EN ESTAMBUL, LA ANTIGUA CONSTANTINOPLA, EN AGOSTO DE 2009. Imágenes escogidas

Estambul no es una ciudad como otra cualquiera, ni es lo que uno puede imaginarse antes de visitarla. Es una ciudad diferente a todas las que conozco. Allí la gente es amable, pero pegajosa, sobre todo los hombres, porque las mujeres es como si no existiesen: discreción total. Uno diría que las nativas son mudas e inexpresivas. El tranvía, en la calle principal, convive con toda clase de vehículos, y, como las aceras son estrechas, pasa rozando a los paseantes. Hay que tener mucho cuidado para no ser atropellado. Los pasos de peatones es como si no existiesen. Ahora eso sí: los monumentos son impresionantes. Se acumula allí todo un pasado de civilizaciones que dejaron su huella, huella en forma de restos arqueológicos y monumentos que todavía cumplen una función social. Quizá el mejor de todos sea la Catedral de Santa Sofía, convertida ahora en Museo. El turco no es violento, sino que es muy amable, pero tiene una especialidad que no es superada por ningún otro pueblo: los carteristas de allí son auténticos artesanos. Cuando uno se cree que lo están rozando, o sobando, lo que están haciendo es hacer que su billetera cambie de bolsillo. Por eso es aconsejable llevar encima sólo lo imprescindible: el dinero para el gasto del día y ninguna documentación. Así se evitan sobresaltos inesperados. Si preferís quedaros en esta página podréis disfrutar de las imágenes y el fondo musical.

Si preferís ver TODAS las imágenes, pincháis aquí mismo, y luego sobre el signo . que es el PLAY del reproductor de diapositivas. Lo que pasa es que entonces veréis la tira de TODAS las diapositivas, pero os quedaréis sin el fondo musical.