ANTONIO MARTÍN ORTIZ: octubre 2009
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
PINCHA EN UNO DE LOS ENLACES SIGUIENTES:

1) Spanish Riding School Vienna
2) Spanische Hofreitschule
3) Beliebte Annen-Polka
4) Best Equestrian Art School of Europe 251107.
Ejercicios de doma de caballos

sábado, 31 de octubre de 2009

UNA RECREACIÓN DE LA ODISEA DE HOMERO: EL POEMA ÍTAKA (ΙΘΆΚΗ) DE KAVAFIS (Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης)




Yo, que tantas horas he dedicado a la ODISEA, y tantos comentarios y estudios he leído sobre ella, nunca me había percatado de su auténtico sentido y de su Universalidad absoluta, hasta que he leído este magnífico comentario de mi querida amiga Elena Pascual, Ἑλένη, que unifica ODISEA DE HOMERO E ÍTAKA DE KAVAFIS, y da una visión totalmente esperanzadora de ambas. Es de rigor y justicia que este comentario aparezca como introducción y no como epílogo al poema de Kavafis. Aquí lo tenéis, para que podáis disfrutar con mejor criterio del poema de Kavafis. Muchas gracias, mi querida Elena, Φίλη Ἑλένη, por lo genial que eres en todo lo que haces.

Mi queridísimo Antonio:

Todavía me hallo emocionada ante uno de los poemas más maravillosos seguramente jamás escritos, que nos hace ver la vida y la muerte como conceptos tan hermosos, etapas llenas de perfumes voluptuosos, de adornos bellos y eróticos, del goce profundo, pues todo lo vivido perdurará en una esencia de rosas, jazmines, heliotropo, patchouli...

"No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes, ni al salvaje Poseidón", es decir que sólo son seres que existen en nuestros temores, en nuestro espíritu, que sólo los mortales los creamos, son una proyección de nuestros miedos. Todo el viaje a Ítaca, nos explica, pues, Kavafis, supone una comprensión de nosotros mismos:

Pues alabados sean Escila y Caribdis ahora que ya los conocemos, sus peligros se acabarán en cuanto dejemos de temerlos; como astuto Ulises que finalmente comprendió que la tentación de complacer a las sirenas y la eterna aniquilación estaban en él y no en ellas.

Ese camino, a veces tan lleno de estridentes palabras, que bello sería adornado de mercancías como el ámbar y el ébano, y elevados danzarines en el baile de la vida, escucháramos a los sabios, sumidos en el goce del placer intelectual y extasiados ante el conocimiento nos estremeciéramos también ante los perfumes que adornaran nuestra piel y supiéramos percibir el lenguaje de la piel cercana y de la silueta desconocida que corre desenfrenada a nuestro ardiente deseo.

Cuando sepamos deleitarnos en ese goce supremo, sin alterarnos ante tales metafóricos obstáculos, nuestro viaje habrá sido fructífero.

Pasear por este blog es una de esas paradas en los puertos iluminados y llenos de barcos cargados de libros clásicos, de conocimientos, de sabiduría, de perfumes exóticos, de piedras preciosas y de velos que se dejan mecer por el viento de la música, de la poesía y nos estremecen.

He de felicitarte, mi querido amigo y Maestro, cómo no, también por todos los vídeos maravillosos que aportas con diversos recitales y acompañamiento de música e imágenes.

Mi querido Maestro, es como siempre un placer y una maravilla asistir a una parada más en este puerto, en el cual espero demorarme durante prolongado tiempo, pues mucho es el deleite e intensa es la luz en estas aguas ...

Un besazo, amigo del alma, de tu admiradora Ἑλένη.


Hace un par de semanas, el día 12 de Octubre, mi amiga Soledad Sánchez Mulas publicaba un poema de Kavafis. Ello me ha refrescado la memoria y me ha hecho interesarme nuevamente por el mejor poeta Griego del siglo XX. Aquí tenéis otro poema suyo, el más conocido.

SI QUERÉIS REPRODUCIR ALGÚN VÍDEO, PONED PRIMERO EN PAUSA EL REPRODUCOR DE MÚSICA, APRETANDO ║║









ÍTACA



Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes,
ni al colérico Poseidón:
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes voluptuosos,
cuantos más abundantes perfumes voluptuosos puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu pensamiento.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje,
mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino,
sin aguardar a que Itaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

Konstantínos Kaváfis

TRADUCCIÓN Y VIDA DE KAVAFIS, PINCHANDO AQUÍ







TEXTO ORIGINAL GRIEGO

Ιθάκη Αναγνωρισμένα

Σα βγεις στον πηγαιμό για την Ιθάκη,
να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος,
γεμάτος περιπέτειες, γεμάτος γνώσεις.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον θυμωμένο Ποσειδώνα μη φοβάσαι,
τέτοια στον δρόμο σου ποτέ σου δεν θα βρεις,
αν μέν’ η σκέψις σου υψηλή, αν εκλεκτή
συγκίνησις το πνεύμα και το σώμα σου αγγίζει.
Τους Λαιστρυγόνας και τους Κύκλωπας,
τον άγριο Ποσειδώνα δεν θα συναντήσεις,
αν δεν τους κουβανείς μες στην ψυχή σου,
αν η ψυχή σου δεν τους στήνει εμπρός σου.

Να εύχεσαι νάναι μακρύς ο δρόμος.
Πολλά τα καλοκαιρινά πρωιά να είναι
που με τι ευχαρίστησι, με τι χαρά
θα μπαίνεις σε λιμένας πρωτοειδωμένους•
να σταματήσεις σ’ εμπορεία Φοινικικά,
και τες καλές πραγμάτειες ν’ αποκτήσεις,
σεντέφια και κοράλλια, κεχριμπάρια κ’ έβενους,
και ηδονικά μυρωδικά κάθε λογής,
όσο μπορείς πιο άφθονα ηδονικά μυρωδικά•
σε πόλεις Aιγυπτιακές πολλές να πας,
να μάθεις και να μάθεις απ’ τους σπουδασμένους.

Πάντα στον νου σου νάχεις την Ιθάκη.
Το φθάσιμον εκεί είν’ ο προορισμός σου.
Aλλά μη βιάζεις το ταξείδι διόλου.
Καλλίτερα χρόνια πολλά να διαρκέσει•
και γέρος πια ν’ αράξεις στο νησί,
πλούσιος με όσα κέρδισες στον δρόμο,
μη προσδοκώντας πλούτη να σε δώσει η Ιθάκη.

Η Ιθάκη σ’ έδωσε τ’ ωραίο ταξείδι.
Χωρίς αυτήν δεν θάβγαινες στον δρόμο.
Άλλα δεν έχει να σε δώσει πια.

Κι αν πτωχική την βρεις, η Ιθάκη δεν σε γέλασε.
Έτσι σοφός που έγινες, με τόση πείρα,
ήδη θα το κατάλαβες η Ιθάκες τι σημαίνουν.

(Από τα Ποιήματα 1897-1933, Ίκαρος 1984)

PÁGINA WEB DE KAVAFIS, PINCHANDO AQUÍ








lunes, 19 de octubre de 2009

EL POEMA DEL OLVIDO DE ELENA PASCUAL DA ORIGEN A DOS POEMAS MÁS, UNO, DE SOLEDAD SÁNCHEZ MULAS



Para la exposición de hoy, me refugio en Ovidio, ¿cómo no?, que en sus Amores (II, X, 1-14) dice:


Tu mihi, tu certe, memini, Graecine, negabas
uno posse aliquem tempore amare duas.
Per te ego decipior, per te deprensus inermis:
Ecce, duas uno tempore turpis amo!
Vtraque formosa est, operosae cultibus ambae;
artibus in dubio est haec sit an illa prior.
Pulchrior hac illa est, haec est quoque pulchrior illa;
et magis haec nobis, et magis illa placet!
Erro, uelut uentis discordibus acta phaselos,
diuiduumque tenent alter et alter amor.
Quid geminas, Erycina, meos sine fine dolores?
Non erat in curas una puella satis?
Quid folia arboribus, quid pleno sidera caelo,
in freta collectas alta quid addis aquas?



Tú me decías, Grecino, tú me decías, yo me acuerdo bien, que era imposible amar a dos mujeres al mismo tiempo. Por tu culpa yo he caído en la trampa, yo he sido sorprendido sin defensa. Sí: yo amo a dos mujeres al mismo tiempo, y no me avergüenzo. Una y otra son hermosas, ambas están igualmente preocupadas por su elegancia, y es difícil de decir si es la primera o la segunda la que tiene más talento. La primera es más hermosa que la segunda, pero, a su vez, la segunda es más hermosa que la primera. Es ya la primera, ya la segunda, la que me gusta más. Mi corazón, como una ligera barca con velas empujadas por vientos opuestos, flota incierta entre estos dos amores que se lo disputan. ¿Por qué, diosa del monte Erix, duplicar mis tormentos, de los que no veo fin? ¿Por qué hacerme preocupar? ¿No era suficiente una sola belleza? ¿Por qué añadir hojas a los árboles, estrellas al cielo que está lleno, aguas nuevas a los mares profundos?

Resulta que el 30 de Septiembre, mi gran amiga Elena Clásica, que es el pseudónimo de Elena Pascual, publica en su espacio un poema profundo y bien construido, lleno de inspiración, que podéis encontrar en su blog, adornado de sugestivas imágenes, y que, con su permiso, presento aquí:


Poema del olvido

Es prioritario olvidarlo todo,
olvidar la misma lectura de Cortázar,
olvidar a Polanski,
el Dakota, a Mr.X
olvidar a Buñuel,
así reza una película suya, ¿no?
olvidar tus aciertos,
¡qué gracia!
olvidar tus errores,
-mejor-,
olvidar tus sonrisas,
pues anda que tu crueldad...

Olvidar tus manías,
olvidar los paraguas
negros en una tarde mística.
Olvidar los sueños: los sueños todos,
olvidar el azar: olvidarlo también.

Olvidar la magia, sí, sí, olvidarla,
y ni resto de poemas:
fuera los polacos que conmueven,
los salvadoreños que sacuden,
fuera para siempre los suicidas,
ni hablar de la Pizarnik,
ni saber de la Peri Rossi,
ni asomarse el de Cuenca.

Olvidar que un día te inventaste
mermelada en la comisura de mis labios y la saboreaste.

Olvidar que protegías mis medias
de las nubes y las apartabas de la lluvia.

Olvidar las trazas de las líneas
que decoran tu cuerpo y te dejan plasmado en carboncillo.

Olvidar mi sujetador en el tendedero
cuando lo recogías.

Olvidar mil veces que la luna sonreía.

Olvidar, por Dios, el placer en tu rostro.

Olvidar, ¡por caridad!
la música de Schubert sobre el volcán.

Olvidar, ¡sí, carajo!
quién era Simone Choule
y quién Rosemary
y quién era la maga
y Rocamadour, y Mimi y Carol,

¡basta,
prioritario olvidar,
ya basta!

Y entonces: olvidar,
hasta la misma entraña
hasta el hueso del olvido.

Olvidarlo todo, olvidarlo otra vez y otra
y olvidarlo otra,

y morir de olvido, y morir de
traza y morir de cuerpo y morir de sonrisa
y morir de carboncillo y de carbunclo y de medias
y de perfumes y labios,
y morir de lluvia.

Y cuando haya muerto de olvido
que el olvido ya no viva má
s,
que ya no viva más...

Firmado: Elena Pascual






Conmovido e iluminado por tan fecundo poema, el día 2 de Octubre yo le hago un comentario que podéis leer a continuación:



Quisiera,
pero me es imposible.
A lo mejor es que no quiero,
o no puedo.

¿Qué pasa con tus manías?
Mi paraguas y la lluvia,
la mística presencia,
mis sueños, y los tuyos
los nuestros:
¿Fueron sólo puro azar,
o van a ser reales?
¿Tanto como lo fueron,
o lo son,
quienes nos rodean,
los que no son,
porque son diferentes,
o porque eligieron lo otro?

Y ¿por qué olvidar
esa tarde que pasé contigo?

Tú,
con tus labios sensuales,
granates e insinuantes,
con tus medias transparentes,
¡qué hermosura!
¡Qué oportuna esa lluvia,
que nos obligaba
a mezclarnos!

Tú,
con ese cuerpo, el tuyo,
que siempre superaba
a todas las pinturas.

Tú,
con ese sujetador,
que yo imaginaba en tu cuerpo,
pieza innecesaria,
porque nada tenía que sujetar:
tus senos altivos
me miraban de frente,
y se mantenían erectos,
no sé si insinuantes
o amenazantes...

Y esas noches,
pasadas contigo,
bajo el resplandor
de la luna traicionera.

Tú,
con la sonrisa en el rostro,
al son de una música celestial,
las palabras titubeantes
que salían de tus labios…
y de los míos.

Y todos esos nombres
de gente importante,
que ya no lo eran,
porque tú lo eras todo,
y lo sigues siendo.

Me pareció por un momento,
que todo estaba al revés,
o casi todo,
porque la mujer
de Van Oostzanen
parece real:
ésa eres tú.
Y la de Rebecca Campbell,
también es real,
pero no eres tú,
porque está al revés.

Y es que yo
no quiero olvidar,
ni mucho menos olvidarte a ti,
porque tú estás dentro de mí,
y yo, sin ti,
ya no soy yo.

En ese caso,
sería otro,
y yo quiero seguir
siendo yo,
pero contigo.

Antonio Martín Ortiz

Entre éstas, o a continuación, mi gran amiga también Soledad Sánchez Mulas, que está toda ella llena de inspiración y encanto, cuando se pone a escribir, y también cuando no escribe, me envía un correo electrónico el día 4 de Octubre, alabando el poema de Elena Pascual, y comentando, en forma de diálogo, lo que yo escribí, sin optar por publicarlo como comentario en el blog de Elena Pascual, porque parecería demasiado barroco tanto comentario, y, sobre todo, para no convertirse en protagonista ella, Soledad Sánchez Mulas, porque aquí el protagonismo es todo para Elena Pascual, que es la que dio origen a estos comentarios en cascada, porque su poema es fecundo y muy fecundo, ya que ha sido el origen y la causa de todo. Le digo a Soledad Sánchez Mulas que sus versos no deben quedar sin ser publicados, porque son exquisitos, como lo son todos los suyos, y me da permiso para que los haga públicos en mi espacio. Le doy las gracias y os los pongo a continuación (en color rojo, lo que yo escribí; y en color azul, lo que ella intercaló):


Quisiera,
pero me es imposible.
A lo mejor es que no quiero,
o no puedo.


Debería dejarme caer en el olvido,
pero sé que me enganchas...
siempre tus tibios músculos alerta
para sacarme a flote.

¿Qué pasa con tus manías?
Mi paraguas y la lluvia,
la mística presencia,
mis sueños, y los tuyos
los nuestros:
¿Fueron sólo puro azar,
o van a ser reales?
¿Tanto como lo fueron,
o lo son,
quienes nos rodean,
los que no son,
porque son diferentes,
o porque eligieron lo otro?


Esa montaña mágica
de minúsculas cosas
que elevamos, a medias,
¿existe?, díme, ¿se hace perenne?
¿vive?


Y ¿por qué olvidar
esa tarde que pasé contigo?


¿Vaciarme de tí?
¿Ahogarme ahora
en la turbia humedad de tu presencia?


Tú,
con tus labios sensuales,
granates e insinuantes,
con tus medias transparentes,
¡qué hermosura!
¡Qué oportuna esa lluvia,
que nos obligaba
a mezclarnos!

Tú,
con ese cuerpo, el tuyo,
que siempre superaba
a todas las pinturas.

Tú,
con ese sujetador,
que yo imaginaba en tu cuerpo,
pieza innecesaria,
porque nada tenía que sujetar:
tus senos altivos
me miraban de frente,
y se mantenían erectos,
no sé si insinuantes
o amenazantes...

Y esas noches,
pasadas contigo,
bajo el resplandor
de la luna traicionera.

Tú,
con la sonrisa en el rostro,
al son de una música celestial,
las palabras titubeantes
que salían de tus labios…
y de los míos.


Sí, sé que fue un estruendo
el golpe de tu carne
en mi carne.
Sí, me comí tus labios
debajo de una luna indolente,
y te prometí pócima
de jugo eterno y franco.
Sí, sin tí no fui nadie,
hasta que aquella tarde
llovió café en mi sábana...


Y todos esos nombres
de gente importante,
que ya no lo eran,
porque tú lo eras todo,
y lo sigues siendo.

Dejé de ser así, como quería,
para serte
a tu forma.
Se cayeron mis naipes.

Me pareció por un momento,
que todo estaba al revés,
o casi todo,
porque la mujer
de Van Oostzanen
parece real:
ésa eres tú.
Y la de Rebecca Campbell,
también es real,
pero no eres tú,
porque está al revés.


Y eras tú.
Por dentro y por debajo,
todo piel, todo cuerpo,
y sólo era tu cara
mi amordazante espejo.

Y es que yo
no quiero olvidar,
ni mucho menos olvidarte a ti,
porque tú estás dentro de mí,
y yo, sin ti,
ya no soy yo.


Quiero olvidarme entera de los otros,
y ahogarme en tu costumbre.
Tú y yo,
pero sin mí,
sólo contigo.

En ese caso,
sería otro,
y yo quiero seguir
siendo yo,
pero contigo.

Soledad Sánchez Mulas & Antonio Martín Ortiz


Como si de un acto mágico se tratase, Elena Pascual publica el 11 de Octubre una entrada con el título de En mis nocturnos sueños imagino que te tengo, un texto lleno de inspiración y cariño, que me dedica y en el que incluye una buena parte de las palabras que yo dejé como comentario a su poema, detalle que yo le agradezco muy sinceramente.


PS.: Para mí es todo un placer y un gran orgullo poder contar con la amistad de Soledad y Elena, y tener la oportunidad de disfrutar de sus escritos, en verso y en prosa, que siempre son enriquecedores. Y tengo que agradecerles a ambas que me hayan permitido adornar mi humilde espacio con poemas soberbios escritos por ellas.

A lo largo de esta exposición habréis encontrado los múltiples enlaces que os remiten a los correspondientes espacios de Elena y Soledad.

domingo, 11 de octubre de 2009

Y ES QUE LA HIJA, QUE SE LLAMA DANIELA, MERECE TODOS LOS ELOGIOS





Voy a citar, como no podía ser de otra forma, unos versos de LAS METAMORFOSIS de Ovidio (IV, 208-211). Está hablando Leucónoe, una de las hijas de Minias, hijo éste a su vez de Poseidón y rey de Orcómeno, en Beocia. Se está dirigiendo al Sol, el hijo del Titán Hiperíon.

A muchas te ha hecho olvidar Leucótoe, a quien dio a luz la más hermosa mujer del país de los aromas, Eurínome, pero, cuando creció la hija, tanto como la madre superaba a todas las demás, superaba a la madre la hija”.

(Leucothoe multarum obliuia fecit,
gentis odoriferae quam formosissima partu
edidit Eurynome; sed postquam filia creuit,
quam mater cunctas, tam matrem filia uicit).

Pues aquí lo mismo. La madre, a la que sus padres llamaron y llaman Ana, desde que puedan recordar los que la vieron nacer y los que con ella convivieron, superaba con creces en belleza, en alegría, en elegancia, en bondad incluso y, por supuesto, también en inteligencia a todas las que había y hay en su entorno, coincidentes en edad, que era esto lo único que las igualaba y las sigue igualando.

Pero he aquí que nació la hija de la madre, y también del padre: ambos pensaron que el nombre de Daniela le iba muy bien. Así la llamaron y así la llaman todos los que la conocen y la quieren, que son multitud. Traviesa era desde los primeros años, incapaz de estarse quieta. Bien se notaba que era hija de su madre. Los dioses y las diosas le concedieron belleza e inteligencia, superiores incluso a las de la madre, que ya es decir. Pasó una adolescencia turbulenta, sí, pero llena de impulso vital y radiante de proyectos. La energía le salía a borbotones por todas partes, por su cuerpo entero.

Pasaron y fueron pasando algunos lustros. Ahora la tenemos ya hecha toda una mujer, apenas cumplidos tres años después de haber cumplido la Tierra, la Tierra madre, su viaje en torno al sol dos veces diez. Ya pasó por La Universidad. Ya le dieron su título de Licenciada en Literatura, con unas calificaciones que cualquiera envidiaría. Sigue en la Universidad perfeccionando su formación, ampliando estudios y esas cosas que se hacen después de haberse licenciado. Es que nunca se termina de aprender.

Ha entrado ya, recientemente, en el mundo laboral: un paso más en la vida, y, por lo que podemos ver quienes la queremos, su vida sigue un ritmo armónico y acompasado. Parece que todo le va bien. También Cupido, o Eros, que es el mismo, por orden de su madre Venus, o Afrodita, que también es lo mismo, le ha disparado sus flechas de amor, como las que disparó a Apolo, no como las que disparó a Dafne, porque las suyas son flechas de amor.

Y aquí tenemos ahora a la madre, que no tiene envidia de la hija, porque es la madre, y ya se sabe, las madres quieren más a las hijas que a sí mismas, pero, si no fuera la madre, seguro que envidiaría su belleza y también su inteligencia, la de su hija, porque, siendo como es la hija superior en todo a la madre, sigue siendo la madre preferida a todas las de su edad, por belleza también y también por inteligencia, sin dejar de lado la ternura y la bondad que la acompaña.

Y no podemos olvidar al otro hijo de su madre, que es su propio hermano, el de Daniela. Por nombre le pusieron Miguel, como el Arcángel, pero todos lo llamamos Nené. Su hermana le lleva la delantera en los mismos años que días tiene una semana. Si lo observamos bien, es ya, a su tierna edad, como el germen de un Sabio Griego, y puede decirse de él lo que Ovidio escribió sobre Adonis (Metamorfosis, X, 523):

Iam iuuenis, iam uir, iam se formosior ipso est.

(Ya joven, ya hombre, ya es más guapo que sí mismo).

Es éste el homenaje que, siendo fiel a la verdad, quiero a hacer a dos mujeres, y a un joven, que se lo merecen y que ocupan un lugar de preferencia en mi alma y en mi corazón.

Antonio Martín Ortiz

PS.:
Si queréis entrar en su espacio y saborear lo que escribe, podéis hacerlo pinchando aquí.







sábado, 3 de octubre de 2009

BEATVS ILLE… (FELIZ AQUEL…): EL OTRO HORACIO, EL DE LOS POEMAS RECONOCIDOS POR TODOS COMO SUBLIMES

Hace unos días, yo publiqué y comenté en este mismo espacio dos Épodos de Horacio, el VIII y el XII, que son obras atrevidas, procaces, directas, sin eufemismos, obras en las que se describen seguramente situaciones reales, y es que la Realidad muchas veces es repugnante, pero continúa siendo la Realidad, y la misión del Genio, entre otras, es plasmar fielmente la Realidad. La mayoría de los comentarios, como era de esperar, reconocieron la originalidad y el genio de Horacio. También hubo quien tildó a esos textos de “repugnantes”, sin tener en cuenta que esos textos han pasado por el filtro de dos mil años de transmisión. En todo caso habría que aclarar que la “repugnancia”, de existir, no está en los textos de Horacio, sino en la Realidad descrita. Y es que no se puede matar al mensajero.

Aquí os presento hoy el archiconocido Épodo II, que poéticamente tradujo nuestro Fray Luis de León, para ponerlo al alcance de todos, ese mismo Fray Luis de León que fue encarcelado en Valladolid por haberse atrevido a traducir a la lengua romance el Cantar de los Cantares, un texto precioso, de un erotismo sublime, atribuido al Rey Salomón. Pero es que en el siglo XVI existía la Inquisición y sólo podían tener acceso a la Biblia entera quienes conocían el Latín, los clérigos fundamentalmente.

En el texto de Horacio que os presento hoy podréis saborear la valoración que da nuestro autor a la vida en el campo, lejos de las inquietudes de la gran Urbe, la belleza del cantar de los pájaros y la música de las fuentes, lo mismo que el trabajo agrícola y el calor y el cariño que se disfruta en un hogar, que es pobre, pero donde el amor y el afecto entre sus componentes es grande, lo mismo que la piedad hacia los dioses.

Horacio, en su genialidad, en los cuatro últimos versos, pone todo lo dicho anteriormente en la boca de un maldito usurero. Es como si una ráfaga de aire limpio y fresco hubiese pasado por su mente, la del usurero, que rápidamente vuelve a sus preocupaciones de siempre: seguir siendo un maldito usurero, que vive preocupado sólo por su dinero, y que, en definitiva, es un desgraciado y un ser despreciable. Alfio es su nombre.


Agradecimiento: doy las gracias a mi gran amiga, la escritora Soledad Sánchez Mulas, porque fue leyendo su precioso poema "LA ALBUFERA" como me vino la idea de poner a vuestra disposición este texto de Horacio: el bucolismo y sosiego que rezuma el poema de Soledad es el mismo que se percibe en el de Horacio. Si os apetece, podéis leerlo pinchando aquí.
1. Dichoso aquél que, lejos de ocupaciones, como la primitiva raza de los mortales, labra los campos heredados de su padre con sus propios bueyes, libre de toda usura,

2. y no se despierta, como el soldado, al oír la sanguinaria trompeta de guerra, ni se asusta ante las iras del mar, manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios de los ciudadanos poderosos.

3. Así pues, ora enlaza los altos álamos con el crecido sarmiento de las vides, ora contempla en un valle apartado sus rebaños errantes de mugientes vacas,

4. y, amputando con la podadera las ramas estériles, injerta otras más fructíferas, o guarda las mieles exprimidas en ánforas limpias, o esquila las ovejas de inestables patas.

5. O bien, cuando Otoño ha levantado por los campos su cabeza engalanada de frutos maduros, ¡cómo goza recolectando las peras injertadas y vendimiando la uva que compite con la púrpura,

6. para ofrendarte a ti, Príapo, y a ti, padre Silvano, protector de los linderos! Agrádale tumbarse unas veces bajo añosa encina, otras sobre el tupido césped.

7. Corren entretanto las aguas por los arroyos profundos, los pájaros dejan oír sus quejas en los bosques y murmuran las fuentes con el ruido de sus linfas al manar, invitando con ello al blando sueño.

8. Y, cuando la estación invernal de Júpiter tonante apresta lluvias y nieves, ya acosa por un sitio y por otro con sus muchas perras a los fieros jabalíes hacia las trampas que les cierran el paso,

9. ya tiende con una vara lisa sus redes poco espesas, engaño para los tordos glotones, y captura con lazo la tímida liebre y la grulla viajera, trofeos que le llenan de alegría.

10. ¿Quién, entre tales deleites, no se olvida de las cuitas desdichadas que el amor conlleva? Y si, por otra parte, una mujer casta, cumpliendo con su oficio, atiende la casa y a los hijos queridos

11. -como la sabina o la esposa, abrasada por el sol, del ágil Ápulo-, enciende el fuego sagrado del hogar con leños secos un poco antes de que llegue su fatigado esposo,

12. y, encerrando la bien nutrida grey en la empalizada del redil, deja enjutas sus ubres repletas; si, sacando vino del año de la dulce tinaja, prepara manjares no comprados,

13. no serán más de mi gusto las ostras del lago Lucrino, o el rodaballo o los escaros -si tronando la tempestad en las olas orientales desvió algunos hacia este mar-,

14. ni el ave africana ni el francolín jónico caerán en mi estómago más placenteramente que la aceituna recogida de las ramas más cargadas de los olivos,

15. o la hoja de la acedera, amante de los prados, o las malvas salutíferas para el cuerpo enfermo; o que la cordera sacrificada en las fiestas Terminales, o que el cabrito arrancado al lobo.

16. Entre estos manjares, ¡qué gusto da contemplar las ovejas que vuelven rápidas al aprisco después del pasto, contemplar los bueyes cansados arrastrando con su cuello lánguido el arado vuelto del revés,

17. y los esclavos, enjambre de la fecunda casa, colocados en torno a los Lares relucientes!

18. Cuando el usurero Alfio hubo así discurseado, dispuesto a convertirse de inmediato en labrador, recogió en las Idus todo su dinero, decidido a renovar sus préstamos en las Calendas.
Horacio: Epodos y Odas, Traducción, introducción y notas de V. Cristóbal López, Madrid, Alianza, 1990.


Respeto la numeración por grupos de cuatro versos, con una excepción, del traductor, en lugar de la original que se compone de estrofas de dos versos cada una, por parecerme más pedagógica que el texto original.

http://recyt.fecyt.es/index.php/HS/article/viewFile/6019/5728


1 Beatus ille qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium,
paterna rura bobus exercet suis,
solutus omni faenore,

2 neque excitatur classico miles truci,
neque horret iratum mare
forumque uitat et superba ciuium
potentiorum limina.

3 Ergo aut adulta uitium propagine
altas maritat populos,
aut in reducta ualle mugientium
prospectat errantis greges

4 inutilisque falce ramos amputans
feliciores inserit,
aut pressa puris mella condit amphoris
aut tondet infirmas ouis.

5 Vel, cum decorum mitibus pomis caput
Autumnus agris extulit,
ut gaudet insitiua decerpens pira
certantem et uuam purpurae,

6 qua muneretur te, Priape, et te, pater
Siluane, tutor finium.
Libet iacere modo sub antiqua ilice,
modo in tenaci gramine:

7 labuntur altis interim ripis aquae,
queruntur in siluis aues
fontesque lymphis obstrepunt manantibus,
somnos quod inuitet leuis.

8 At cum tonantis annus hibernus Iouis
imbris niuisque conparat,
aut trudit acris hinc et hinc multa cane
apros in obstantis plagas,

9 aut amite leui rara tendit Retia,
turdis edacibus dolos
pauidumque leporem et aduenam laqueo gruem
iucunda captat praemia.

10 Quis non malarum quas amor curas habet
haec inter obliuiscitur?
Quodsi pudica mulier in partem iuuet
domum atque dulcis liberos,

11 Sabina qualis aut perusta solibus
pernicis uxor Apuli,
sacrum uetustis exstruat lignis focum
lassi sub aduentum uiri,

12 claudensque textis cratibus laetum pecus,
distenta siccet ubera
et horna dulci uina promens dolio
dapes inemptas adparet:

13 non me Lucrina iuuerint conchylia
magisue rhombus aut scari,
siquos Eois intonata fluctibus
hiems ad hoc uertat mare,

14 non Afra auis descendat in uentrem meum,
non attagen Ionicus
iucundior quam lecta de pinguissimis
oliua ramis arborum

15 aut herba lapathi prata amantis et graui
maluae salubres corpori
uel agna festis caesa Terminalibus
uel haedus ereptus lupo.

16 Has inter epulas, ut iuuat pastas ouis
uidere properantis domum,
uidere fessos uomerem inuersum boues
collo trahentis languido

17 positosque uernas, ditis examen domus,
circum renidentis Lares.

18 Haec ubi locutus faenerator Alfius,
iam iam futurus rusticus,
omnem redegit idibus pecuniam,
quaerit kalendis ponere.




Observación: Las imágenes son todas de "La Alpujarra Granadina" y están tomadas de:


http://www.belladurmiente.com/foro-s/viewtopic.php?t=7350&sid=713a7aab23e5fc47004815dea87862ae