ANTONIO MARTÍN ORTIZ: marzo 2012
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
PINCHA EN UNO DE LOS ENLACES SIGUIENTES:

1) Spanish Riding School Vienna
2) Spanische Hofreitschule
3) Beliebte Annen-Polka
4) Best Equestrian Art School of Europe 251107.
Ejercicios de doma de caballos

sábado, 24 de marzo de 2012

PONER LOS CUERNOS NO SIGNIFICA
DEJARLOS PUESTOS,
SINO HABERLOS ENSEÑADO,
Y ES UNA SEÑAL
DE FUERZA Y PODERÍO MASCULINO
Y, COMO CONSECUENCIA,
DE INFIDELIDAD DEL MACHO HACIA LA HEMBRA

- Altura: 15 cms.
- Miniatura de casco Vikingo del siglo X
- Acabado en oro y plata
Cortesía de mi amiga, la Profesora de Griego
National Archaeological Museum, Athens.
Die erzürnte Venus verwandelt die Frevler in Stiere ("Gehörnte - Cerastae").
(Johann Ulrich Krauss, Edition 1690) Ovid, Met. X, 237

Mi amigo Don Carlos, en su Blog Talla en madera, el arte de esculpir relieves y figuras, al presentarnos una preciosa talla de una familia de ciervos, talla realizada por su padre, Don Serapio, escribe lo siguiente:
La relación entre machos y hembras en esta especie, como puede apreciarse, tiene unas características tan precisas y los roles de cada sexo están tan bien definidos y diferenciados que no es raro que a la vista de sus costumbres y peculiaridades hayan surgido ciertos tópicos populares que asuman, por ejemplo, la estupenda cornamenta del macho como símbolo o arquetipo de la masculinidad ostentosamente exhibida pero menospreciada por el género femenino en forma de desapego e infidelidad. Tan extendido está el tópico en nuestra cultura occidental que serían muchos los ejemplos a traer en relación a las artes y, más concretamente, a la literatura.

Le contesto yo, en un comentario, que la cornamenta, entre los Romanos, no era símbolo de infidelidad, sino de poderío y de fuerza masculina. Me pide él entonces que aporte algún ejemplo, extraído de la Literatura Latina, que pueda confirmar esta opinión mía. Más abajo tienen Vds. las referencias de un buen diccionario, y también dos ejemplos de Publio Ovidio Nasón, uno de Los Amores, y otro del Ars Amandi, en los que queda bien patente que lo que yo apuntaba está bien documentado.

lunes, 12 de marzo de 2012

ENFRENTAMIENTO DIALÉCTICO
SOBRE EL VALOR DE LAS RIQUEZAS:
¿LO SON TODO O NO LO SON?
Lo que dice Horacio
en una interesante SÁTIRA [SERMO]

Las imágenes, todas, están tomadas de
ROMAN REPUBLICAN COINS

La Sátira [Sermo] Tercera del Libro Segundo de Horacio trata del tema de la riqueza que se acumula sin sentido, y para no ser utilizada. En realidad, es una idiotez. Les presento un fragmento en el que hablan Damasippus, un especulador arruinado, y el filósofo Stertinius, que ha pronunciado previamente un largo discurso sobre las cuatro pasiones que desequilibran el espíritu humano: la avaricia, la ambición, los placeres, la superstición: estando en la misma línea que Aristippus, porque para él el oro no lo es todo, el mismo oro que él despreciaba, y que, en un acto de sensatez, hacía que arrojasen sus esclavos para aligerar su carga. Queda bien patente en este fragmento lo absurdo de la avaricia.