Estambul no es una ciudad como otra cualquiera, ni es lo que uno puede imaginarse antes de visitarla. Es una ciudad diferente a todas las que conozco. Allí la gente es amable, pero pegajosa, sobre todo los hombres, porque las mujeres es como si no existiesen: discreción total. Uno diría que las nativas son mudas e inexpresivas. El tranvía, en la calle principal, convive con toda clase de vehículos, y, como las aceras son estrechas, pasa rozando a los paseantes. Hay que tener mucho cuidado para no ser atropellado. Los pasos de peatones es como si no existiesen. Ahora eso sí: los monumentos son impresionantes. Se acumula allí todo un pasado de civilizaciones que dejaron su huella, huella en forma de restos arqueológicos y monumentos que todavía cumplen una función social. Quizá el mejor de todos sea
Aquí encontraréis, en general, escritos inéditos míos. Todos tienen algo que ver con la Realidad, de una u otra forma. Mi lema es: AMOR OMNIBVS IDEM [El amor es el mismo para todos] (Virgilio, Geórgicas, III, 244);
"Ellas son mejores" (mía); y, sobretodo,
"ES LA ANA" (María Gracia Ortiz Ortiz [R.I.P.]).
ECCE TIBI FAVSTVM, GERMANICE, NVNTIAT ANNVM
INQVE MEO PRIMVS CARMINE IANVS ADEST.
(OVIDIVS: FASTI, I, 63-64)