jueves, 22 de abril de 2010

CENABIS BENE, MI FABVLLE, APVD ME
CENARÁS BIEN, MI QUERIDO FABULO, EN MI CASA


Fragmentum effigiei Catulli (?)
(Pictura muralis, villa romana,
Sirmione, ca. 20 ante Chr. n.)

Cayo Valerio Catulo (Verona, circa 87 aC. – Roma, circa 54 aC.) es conocido fundamentalmente por sus poemas amorosos, y también de odio, hacia Lesbia, que era, con seguridad, el pseudónimo de Clodia, una mujer casada de la nobleza, muy culta ella, bastante mayor que Catulo y con mucho mundo recorrido y vivido. Tambien tenía su italum acetum [su picardía y humor Itálico], como nos demuestra en este poema, precioso, en el que invita a cenar a su propia casa a un amigo suyo, con la condición, eso sí, de que él, Fabulo, lo traiga todo. Vamos, que es la teoría del yo invito y tú pagas.


House of the Vetii, Pompeii

Cenarás bien, mi querido Fabulo, en mi casa dentro de pocos días (si los dioses te son propicios), si traes contigo una cena buena y abundante, y no faltan una deslumbrante muchacha y vino y sal y toda clase de carcajadas. Si, como te digo, te traes eso, guapo mío, cenarás bien, pues la despensa de tu Catulo está llena de arañas. Eso sí: en respuesta, recibirás puro cariño o algo más delicado y elegante: pues te daré un perfume que regalaron a mi niña las Venus y los Cupidos y que, en cuanto lo huelas, rogarás a los dioses, Fabulo, que te hagan todo entero nariz.

Catulo, Poema XIII

Pompeii fresco, 1st century CE [Photo by Mary Harrsch]

Cenabis bene, mi Fabulle, apud me
paucis, si tibi di fauent, diebus,
si tecum attuleris bonam atque magnam
cenam, non sine candida puella
et uino et sale et omnibus cachinnis. 5
Haec si, inquam, attuleris, uenuste noster,
cenabis bene: nam tui Catulli
plenus sacculus est aranearum.
sed contra accipies meros amores
seu quid suauius elegantiusue est:
nam unguentum dabo, quod meae puellae
donarunt Veneres Cupidinesque;
quod tu cum olfacies, deos rogabis,
totum ut te faciant, Fabulle, nasum
!

Texto y traducción de
Rosario González Galicia


House of the Vetii, Pompeii

7 comentarios:

  1. A Dios gracias, estimado don Antonio, mis amigos me invitan a cenar sin tener que llevar viandas, eso sí, el vino lo pongo yo, la muchacha es prescindible, y las risas y la música suelen estar aseguradas.
    Suele ser una discusión cada vez que nos invitan a cenar, ¿qué opina usted? Mi compañero considera que si te invitan te invitan, que él acude con las manos vacías y si no, que no inviten. Y yo siempre digo que es de agradecidos llevar algún presente, normalmente un buen vino o un exquisito postre casero, metafóricamente ese perfume que no ofrece el anfitrión, sino el invitado.
    Reciba usted un afectuoso saludo.

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  2. Amiga El Patio,

    Vayamos por detalles en relación a las variadas preguntas que Vd. me hace. Yo estoy con su pareja. Entiéndame: no estoy físicamente, sino que lo que quiero decir es que comparto su opinión, que, si lo invitan a uno, pues eso, que lo invitan, y no es necesario llevar nada, y mucho menos en el caso de su pareja y de Vd., como sucedería si se tratase de mi y de mi parte femenina: con su sola presencia, la de Vds. dos, su pareja y Vd., tiene que ser más que suficiente. Todos, y todas, deberían estar más que agradecidos de que Vd. y su pareja se lleven a sí mismos. Es lo que pretendo yo, cuando voy de invitado con mi parte femenina, pero me temo que los demás, y las demás, no lo consideran suficiente ni de lejos.

    Aprecio en Vd. un desparpajo y un sentido del humor que no tiene parangón. Espero que, si un dia Vd. y su pareja me invitan a su casa, me sea suficiente con llevarme a mí mismo y a mi parte femenina. Eso sí: iremos llenos de ganas de que todos se lo pasen bien y muy bien.

    Buenas noches y un cordial saludo, y, como diría don Mario, a sus pies, Sra. El Patio.

    Antonio

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  3. Mi querido amigo y nunca suficientemente bien ponderado Maestro Antonio:

    Qué grande es este Catulo nuestro, qué lleno de vida, de amor y de odio que se manifestaba tan fiero en su forma como inconsistente en su contenido, pues intenso era el vínculo que lo unía a Lesbia, a la que cuánto más insultaba, más parecía amar.

    Y grande se ofrece en este poema, lleno de humorismo y de amor por la vida y la amistad. Un hecho cotidiano elevado a un retrato a través del tiempo en palabras de Catulo, ésa es la grandeza de su Arte.

    Delicioso se muestra el Poema XIII, en el que la invitación es certera y generosa en espíritu, no en materia, no dice esto mal de nuestro poeta, dice mal de sus posibilidades económicas, cuya acuciante falta enfrenta Catulo con su valiente y simpática petición de ayuda en especie.

    No se siente martirizado ni angustiado Catulo por no poder ofrecer esa cena exquisita a su amigo, él ofrece la posibilidad de encontrarse, las ganas de compartir la noche, las horas que se paran en el tiempo. Así, no de olvida de pedirle a su acompañante su buena predisposción a la carcajada.

    No renuncia Catulo a ningún placer,
    bienvenido sea Baco y sea honrado: esa comida ha de estar acompañada por un buen vino y por la compañía de una ¡deslumbrante muchacha!, es certero el poeta en su lenguaje, al fin es su herramienta de trabajo, la expresión de su alma: los adjetivos que acompañan a los sustantivos que se reclaman:
    "deslumbrante muchacha", "cena buena y abundante", el adjetivo determinativo indefinido, muy elocuente, pues las carcajadas están admitidas en todo su amplio espectro: "toda clase de carcajadas", y todo esto sin olvidarse del vino y la sal. Toda esta maravillosa perspectiva que espera de su generoso amigo, cuya benevolencia busca atraer a través de ese vocativo "guapo mío", se contrapone a la despensa vacía del generoso poeta , abandonado de bienes materiales y de consumo, así:"la despensa de Catulo está llena de arañas".
    La compensación no será humilde:
    amistad, risas, unas horas encantadoras, diversión genuina, cariño y el perfume de los dioses del amor, delicado y elegante, claro, pero sin duda también perturbador se muestra tal perfume que convertirán al "invitado portador de viandas" "todo nariz".

    Un homenaje para todos los que amamos la Literatura clásica y la propia vida. Las celebraciones y la amistad que ofrecía Catulo, con o sin género que compartir, tenían que ofrecer a sus amigos un trozo intenso de ese espíritu tan grande que en él anidaba y anida.

    Una entrada maravillosa.

    Un beso gigante con el cariño de tu admiradora Ἑλένη.

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  4. Amiga Elena Clásica, Elena Pascual, Querida Elena,

    Delicioso es el poema de Catulo, elXIII, que presento en mi espacio, y delicioso, más si cabe, es tu comentario. Tú, como siempre, tienes la capacidad de degustar los manjares más exquisitos, y, cuando digo manjares, me refiero a todo lo que de bueno tiene la Literatura, y la Vida misma, porque la Literatura, la buena, también es Vida. Tu comentario es una exégesis de todas las sílabas de Catulo, sílabas que, convertidas en palabras, y éstas en versos, desgranas con el mismo Amor y afecto que una buena cocinera, o cocinero, proyecta en todos los elementos que utiliza, productos que, según Horacio en su famoso Beatus ille, son producto (permítaseme la redundancia) del propio campo y del propio trabajo, cuando prepara una buena comida para deleite y goce de sus invitados comensales.

    Tiene que ser algo exquisito, y te lo he dicho más de una vez, tener la posibilidad de asistir a tus clases, y poder deleitarse con las explicaciones que con toda seguridad das, cuando desgranas un buen texto, y me imagino que todos los que tú eliges para tu público tienen que ser buenos, porque tu sensibilidad no te permitiría lo contrario.

    A uno se le hace la boca agua cuando lee el poema de Catulo, pero uno se derrite del todo cuando lee tu comentario.

    Quiero destacar el énfasis que pones en la traducción del uenuste noster [guapo mío]. Efectivamente has percibido el sentido y el contexto del texto Latino que bien podría traducirse por: gracioso amigo, encanto de amigo, elegante amigo, simpático amigo, ingenioso amigo… Si a eso le añadimos que Catulo utiliza, en lugar del simple meus [mío], el mayestático noster [nuestro], que es intraducible en nuestra Lengua –sería algo así como el Vos que tan deliciosamente utilizan los Argentinos- el poema, y tu observación sobre ese término, no tiene desperdicio: has puesto tu sensibilidad en primera línea, no se te ha escapado ningún detalle.
    Te mereces que te diga lo que pienso: eres la mejor, y que nadie se ofenda ni sienta envidia, porque quedar después de ti es una honra para cualquiera.

    Te hago patente mi agradecimiento sincero por la atención que pones al leer lo que aquí escribo, y al mismo tiempo te traslado toda mi admiración.

    Como diría un amigo bloguero que tú conoces, don Mario, a tus pies, amiga Elena.
    Te envío un abrazo y un beso de los de verdad.

    Antonio

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  5. Querido amigo Antonio:
    Aporto una nota telegráfica, pues como bien has resaltado Elena, nuestra elena clásica, ha dejado el tema "visto para sentencia".
    Es sobre la apropiadísima imagen de la despensa, hecha por Catulo :"la despensa de tu Catulo está llena de arañas", visualmente nos transmite un espacio vacío y tenebroso. Alguna que otra mosca tiene que haber, sino no habría arañas. No conozco las despensas romanas, pero imagino que en ellas se guardaría el grano, el aceite, el pan, etc., y habría ratones. Las arañas en mi opinión, transmiten con mucha más fuerza que los ratones, la idea de que en la despensa "no hay nada", para comer.
    "Nihil Novum Sub Solem", como ha recordado el premio Cervantes José Emilio Pacheco: "En la Roma de Augusto quedó establecido el mercado del libro. A cada uno de sus integrantes -- proveedores de tablillas de cera, papiros, pergaminos; copistas,
    editores, libreros--le fue asignado un pago o un medio de obtener ganancias. El único excluido fue el autor sin el cual nada de los demás existiría
    .
    Un poco antes escribe una frase que pasará a la historia:"Casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante".
    La "dignidad" con que Catulo "invita" a su amigo, solo está al alcance de alguien que domina el .
    Un saludo, querido amigo Antonio

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  6. Fin del comentario anterior:
    que domina el Arte de la Ficción.

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  7. Enhorabona pel "post", Antonio. Mai es ponderarà prou la poesia de Catul. Ja saps que és un tòpic:

    http://daidalea.blogspot.com/2009/02/invitacio-catul.html

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