domingo, 29 de mayo de 2011

Max Scheler, Simpatía versus Amor.
La espontaneidad e incondicionalidad del Amor
frente a lo reactivo de la Simpatía
(en sentido etimológico: Empatía)

La etimología de simpatía está en el Latín sympathĭa, que a su vez procede del Griego συμπάθεια [<σύν-πάθεια] (comunidad de sentimientos), de la misma forma que empatía procede de un no documentado, al menos a mí no me consta que lo esté en la Época Clásica, empathĭa, [<ἐμπάθεια <ἐν-πάθεια] (sentir con/en [el otro]). Anotemos que la palabra simpatía y empatía en Max Scheler remiten a una comunidad de sentimientos, bastante diferente significado del que comúnmente se le suele dar a la palabra simpatía, en el sentido de simpático o simpática.

Manuel Suances Marcos hace un estudio profundo y atinado sobre Max Scheler en:

Veamos lo que dice, entre otras cosas. Los textos en cursiva y negrita son literales de Max Scheler; los restantes lo son de Manuel Suances Marcos.

El tema del amor en la filosofía de Scheler es capital; quizá sea el que dé la última clave sobre la vida emocional, la ética y el personalismo. Dupuy la califica de filosofía del amor personal (1). Lo primero que hace Scheler a este respecto es distinguirlo de la simpatía, pues el error de identificar ambos está en la base de las éticas de la simpatía, sobre todo la inglesa. En primer lugar, la simpatía es una tendencia que, como todas, se calma con la posesión de su objeto, mientras que el amor es algo esencialmente dinámico que se dirige a los objetos en cuanto valiosos y que no se calma nunca, sino que se despliega nuevamente con cada paso conquistado en busca de nuevos horizontes de valor cada vez más altos. El amor, pues, está referido a un objeto en cuanto valioso, la simpatía no. Pero lo fundamental es que el amor es espontáneo, mientas la simpatía es reactiva:

«Pero ante todo es el amor un acto espontáneo y lo es incluso en "el amor recíproco", como quiera que éste se halle fundado. Por el contrario, es todo simpatizar una conducta reactiva. Sólo se puede, por ejemplo, tener simpatía por seres sim-patizantes; mas el amor está totalmente libre de esta limitación»'' (2).
El amor es, por tanto, como relación esencial, cualitativamente superior a la simpatía, por lo cual ésta es más amplia y menos valiosa que aquél. Visto en sí mismo, el amor es la más alta forma de intencionalidad emocional; y, aunque tratar de definirlo con exactitud, es una empresa baldía. Scheler lo describe, más que lo define:

«El amor es el movimiento en el que todo objeto concretamente individual que porta valores llega a los valores más altos posibles para él con arreglo a su destino ideal; o en el que alcanza su esencia axiológica ideal, la que le es peculiar» (3).
Por el amor, el objeto amado llega a los valores más altos conforme a su destino ideal. El amante quiere que el ser amado llegue a su plenitud y contribuye a ello en cuanto puede. Y en este movimiento no hay reposo, pues el mundo de los valores que se quiere para el ser amado es inagotable. El amor se dirige a cualquier objeto individual concreto, es decir, está abierto a todos los seres y no sólo al hombre; aunque es cierto que a éste se dirige de manera primaria, pues el hombre es individuo por excelencia portador de valores o sea, es persona. Pero el amor se dirige propiamente a seres individuales concretos, porque no tiene sentido el amor, propiamente dicho, a ideales o valores generales. El amor pide la realización del valor en un objeto concreto.

Manuel Suances Marcos:
RELACIÓN ENTRE VIDA Y ESPÍRITU EN LA ANTROPOLOGÍA DE MAX SCHELER, pp.48-50


Notas:
(1) DUPUY, M.: La philosophie de Max Scheler. Son évolution et son unité, París, PUF, 1959, p. 719.
(2) SCHELER, M.: Esencia y formas de la simpatía, Buenos Aires, Losada, 1943, p. 181.
(3) Ihidem, p. 218.
Reverso de la portada de Esencia y formas de la Simpatía

Hay circunstancias en la vida muy gratificantes, a las que uno se acostumbra con facilidad. Es lo que me pasa a mí con mi exquisita amiga Elena Pascual, Elena Clásica. Simpatizo y empatizo con ella al mejor estilo Scheleriano, porque ella es una mujer deliciosa. Como no podía ser de otra forma, con su comentario ha puesto broche de oro a este texto, regalándonos un poema de Pedro Salinas, que yo pongo aquí, en primera página, para goce y disfrute de todos.


Muchas gracias, Querida Elena.
Antonio

"Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en lo alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eres."

Don Carlos Hernández, Chacien, amigo entre los amigos, entre los mejores, allí donde los haya, nos   hace a todos un buen regalo: nos trae un fragmento delicioso, también de Pedro Salinas. Aquí lo tenéis, para disfrute de todos.

Muchas gracias, Amigo Carlos,
Antonio


Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.

11 comentarios:

  1. Un poco sorprendido (gratamente) por el giro que está dando en estos últimos post en torno a la figura de Max Scheller (lo cual probaría que no tiene usted una personalidad simple sino de múltiples registros), me dirijo a usted para declarar la enorme simpatía que experimento con las ideas aquí expresadas de este pensador (yo, lamentablemente, nunca lo había leído). El amor para mí lo es todo, no concibo la vida sin amor, lo contrario sería una especie de vegetar o ir cumpliendo ciclos vitales como seres carentes de humanidad. No hay nada más humano y al mismo tiempo más divino que el amor. El amor humaniza, nos eleva por encima de la animalidad.

    No estoy muy seguro, sin embargo, de la infalibilidad de la afirmación de que "el amor se dirige propiamente a seres individuales concretos, porque no tiene sentido el amor, propiamente dicho, a ideales o valores generales." Yo, verbigracia, siento que amo la vida profundamente, y no es simple simpatía, es un amor con los valores más altos, con pasión e idealidad. ¿Es la vida un sujeto concreto e individual o un ente abstracto e ideal, un valor general?

    Cordiales saludos.

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  2. Mi queridísimo Antonio:

    Seguimos aprendiendo con Max Scheler y disfrutando de tan bellas lecciones como nos ofreces.
    Qué hermosa esta explicación: Simpatía versus Amor.
    "El amor es la más alta forma de intencionalidad emocional". El amor es el movimiento que alcanza el valor más alto posible.

    Max Scheler y con él Manuel Suances Marcos, se refieren al amor constantemente como impulso irrefrenable de una dimensión exultante y creativa del ser humano y de todo cuanto forma parte del universo. Me llama especialmente la atención el adjetivo "alto" utilizado por ambos autores. Ninguno, creo yo, más acertado para hablar de la posibilidad vivificadora del amor y de su inmenso poder.

    La filosofía de Scheler y por supuesto el magnífico estudio de Suances Marcos diferencian la simpatía del amor, dotando al último concepto del desinterés y de la espontaneidad que no posee la primera.

    Un pensamiento para soñar y elevarse sin duda a esferas superiores. La filosofía de Scheler me ha hecho acordarme de uno de mis más querido poetas, Pedro Salinas.

    La cualidad de estar "alto", de elevarse sobre las posibilidades comunes a través del amor son seña de identidad de Salinas. Me gustaría compartir mi recuerdo y mi entusiasmo por Salinas contigo Antonio, y con los maravillosos amigos de este locus amenus, así:


    "Perdóname por ir así buscándote
    tan torpemente, dentro
    de ti.
    Perdóname el dolor alguna vez.
    Es que quiero sacar
    de ti tu mejor tú.
    Ese que no te viste y que yo veo,
    nadador por tu fondo, preciosísimo.
    Y cogerlo
    y tenerlo yo en lo alto como tiene
    el árbol la luz última
    que le ha encontrado al sol.
    Y entonces tú
    en su busca vendrías, a lo alto.
    Para llegar a él
    subida sobre ti, como te quiero,
    tocando ya tan sólo a tu pasado
    con las puntas rosadas de tus pies,
    en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
    de ti a ti misma.
    Y que a mi amor entonces le conteste
    la nueva criatura que tú eres."

    Soñemos pues y no escatimemos ni un segundo el amor inmenso que hace que los planetas sigan girando en un espacio en expansión.

    Te envío, mi querido amigo Antonio, un abrazo gigante. De tu admiradora
    Ἑλένη.

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  3. Amigo Carlos Hernández, Chacien,

    Muchas gracias por su profundo comentario a Max Scheler, y también por las palabras elogiosas con las que se dirige hacia mí, palabras que no estoy seguro de merecer, pero bueno, bienvenidas sean.

    En cuanto a la frase

    "El amor se dirige propiamente a seres individuales concretos, porque no tiene sentido el amor, propiamente dicho, a ideales o valores generales"

    tengo que decirle que yo tampoco la comparto, pero no olvidemos que la afirmación no es de Max Scheler, sino de Manuel Suances Marcos.

    No obstante, le recuerdo que Max Scheler distingue una jerarquía en los Valores:

    1) La serie de lo agradable y lo desagradable, en la que estarían los sentimientos sensoriales de placer y dolor sensible.

    2) La categoría de los valores vitales, de los bienes y males fisícos que acompañan la vida, como la salud, vigor, enfermedad, vivencias emocionales e instintos.

    3) El reino de los valores espirituales, que serían independientes del cuerpo y captados por un “percibir afectivo espiritual”. Dentro de ellos están los valores estéticos, los valores de los “justo e injusto”, los valores del puro conocimiento de la verdad realizados por la filosofía, y los “valores por referencia”. Los “valores de referencia” serían los de la ciencia y la cultura.

    4) Los “valores de lo santo y lo profano”, dados sólo respecto de objetos absolutos o divinos, alcanzados por una forma de amor que se dirige a las personas. El valor de lo santo es esencialmente un “valor de personas”, con reacciones específicas como la fe, la incredulidad, la veneración, la adoración; y “valores de referencia” como el culto, los sacramentos, personas y cosas santas, etc

    Clasifica también los valores en relación a los sujetos portadores de los mismos: los valores de las personas y los de las cosas, que pueden ser propios o extraños. Estarían, además, los valores de los actos, de conocer, de amar, de pensar, etc., de las funciones de ver, oír, sentir; valores de la disposición interior, de la intención, de la acción, y de los estados afectivos; valores de la forma de unión y relaciones entre personas (p. ej. el matrimonio) y, en general, valores individuales y colectivos. Scheler engloba todas las realidades del universo en su nueva categoría del valor.

    No sé si las anteriores aclaraciones le serán de alguna ayuda. En todo caso, si quiere ampliar el tema, puede hacerlo entrando en esta página WEB:

    http://www.carlosparma.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=65:max-scheler&catid=42:argumentacion-juridica&Itemid=62

    Le envío un gran abrazo,

    Antonio

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  4. No me atrevo a comentar esta entrada porque no tengo la formación necesaria para dar una opinión a estas reflexiones filosóficas de tan alto nivel. El poema de Salinas, tan adecuadamente sugerido por elena clásica, refleja de manera plástica y hermosísima ese deseo del amante de ver ascender en valor a su amada. Un amor de los que nos hace crecer como seres humanos y alegrarnos de serlo. Un abrazo, querido amigo.

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  5. Me ha dejado usted un poco abrumado, amigo Antonio, con la jerarquía de los valores de Max Scheller, tanto que ahora no me atrevo a frivolizar aventurando ninguna opinión: siendo serios, sería más bien cosa de ampliar mi visión por el camino más recto, es decir, leyendo de una vez los escritos fundamentales de este autor. De momento no me veo con ánimo para esta empresa, pero he quedado agradablemente cautivado y me seduce llegar a conocer un poco más a fondo a este pensador.

    Comunicar a Elena Clásica, asimismo, mi fervor y simpatía por la figura de Pedro Salinas: pocos poetas han cantado al amor, no ya entre los modernos o contemporáneos, sino entre los autores de todas las épocas, mejor, con más verdad, hondura y sencillez. Conforme en que La cualidad de estar "alto", de elevarse sobre las posibilidades comunes a través del amor son seña de identidad de Salinas. Tanto es así que quiero darme el gusto de exponer para deleite de todos otra pequeña muestra, fragmento de amplias resonancias, auténtica joya, relámpago de luz para el entendimiento, donde el poeta consigue uno de los propósitos mas difíciles en poesía, esto es, con casi nada, decirlo todo:


    Ni en el llegar, ni en el hallazgo
    tiene el amor su cima:
    es en la resistencia a separarse
    en donde se le siente,
    desnudo, altísimo, temblando.

    Un abrazo para ambos.

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  6. Gracias Antonio, Isabel Romana, Chacien.

    Gracias a Scheler que nos lleva a estas cumbres del pensamiento.
    Viva Pedro Salinas mil veces.

    Un abrazo para todos.

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  7. Amiga del alma, Elena Pascual, Elena Clásica,

    Muchas gracias por tu exquisito comentario y por la aportación del Poema de Pedro Salinas, que, como habrás podido comprobar, está situado ya en primera página. Cuando uno lee textos como el que nos has regalado tú, tiene uno la impresión de que está leyendo un fragmento del Banquete de Platón, desde la convicción de que has entendido perfectamente el pensamiento de Max Scheler, con esa diferenciación tan precisa entre Simpatía y Amor.

    Siempre son enriquecedores tus comentarios, amiga Elena, y, como viene ocurriendo constantemente, está bien demostrado que no hay faceta del Pensamiento que no puedas iluminar tú, con tus pinceladas siempre brillantes.

    No puedo añadir nada a lo dicho por ti: simplemente reiterarte mi admiración hacia tu persona, y mi fascinación ante tal capacidad de Empatía.

    Te envío un gran abrazo,

    Antonio

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  8. Amigo Don Carlos Hernández, Chacien,

    Voy comprobando muy gustosamente que Vd. se está quedando prendado de nuestro gran Filósofo, el Alemán Max Scheler. La verdad es que es un pensador con el que es fácil empatizar, aunque a veces sea un poco difícil comprender su Pensamiento en su Totalidad, porque habría que leer los libros posteriores, como su Ética, para entender bien los anteriores y primerizos, como lo es Esencia y Formas de la Simpatía, dado que en éstos está el germen y la semilla de lo que luego será un frondoso árbol.

    Si Vd. se interesa por Max Scheler, le sugiero que comience por El puesto del hombre en el Cosmos: es un libro de muy pocas páginas, pero en él está el germen de toda su Filosofía posterior. Además, es de muy fácil comprensión. A mí fue el primero que me aconsejó un buen Profesor de Filosofía que tuve, hace ya algunos años.

    Le regalo ahora una joya, que copio de Esencia y Formas de la Simpatía (Pág.221):

    Se infiere un principio que vamos a llamar el “principio de la solidaridad de todos los entes morales”. Este principio dice que todos son corresponsables de lo que valen moralmente todos; que “todos salen por uno” y “uno por todos", en cuanto se trata de la responsabilidad total ante la idea del ente moralmente perfecto; que, así pues, todos son “co-rreos” de las “culpas” de los demás y todos tienen originalmente parte en los valores morales positivos de todos los demás.

    Espero que le guste la cita: a mí me encanta.

    Le envío un gran abrazo,

    Antonio

    ResponderEliminar
  9. Amigo Antonio en cuanto a este pensador no he tenido el tiempo de leer nada de él en particular, y en general hace muchos años leí manuales de interpretación que otros autores hacían de su filosofía, pero muy ligeramente, para apoyar otros temas y llenar el programa de semestre de ese periodo de estudios que me correspondía. Pero así es el estudio de la historia de la filosofía, le es imposible a uno leer y estudiar a cada uno de los filósofos, así que uno pasa superficialmente por muchos para poder profundizar al menos en uno.
    Así que en este caso debo atenerme a lo expuesto en su edición y de allí manifestar mi atención por la relación que hace este filósofo entre el valor y el amor y su categorización de acuerdo a lo ideal y a lo concreto, a lo general y a lo individual, a lo alto o superior y a lo inferior.
    Como comprenderá usted amigo Antonio material suficiente para alguien que acostumbrado a la reflexión se detenga lo suficiente en estas complicadas relaciones y combinaciones para hacerse a una idea desde el filósofo y a la vez propia.
    Muchas gracias por su dedicación y gusto por ofrecer y exponer una de las razones más nobles del ser: La filosofía.
    Mis saludos maestro!!!

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  10. Tomo nota de su recomendación y me animo a dar el primer paso con esta obra, al parecer, más accesible.

    Magnífica la cita, la cual se me ocurre que podría emparentar con la idea del "egoísmo positivo" que yo a menudo recomiendo: pensar que lo que es bueno para el resto es bueno para uno mismo, de modo que hay que procurar el bien común, no de manera altruista sino egoístamente; no por contribuir al bienestar de los demás, sino por el propio beneficio.

    Un nuevo abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Amigo Carlos Hernández, Chacien,

    Ayer mismo, para localizar la cita que dejé en mi comentario, estuve revisando Esencia y formas de la Simpatía, y, entre otras cosas, leí que Max Scheler considera el amor a sí mismo no como una forma de egoísmo, sino como una forma, quizá la primera, de la práctica del Amor, a la que no se le puede llamar egoísmo, tal como se entiende en general, sino como una forma espontánea y fundamental de hacer extensivo ese sentimiento a todos los demás.

    En este sentido, el amor a sí mismo es una fórmula de amar, porque, amándose a sí mismo, uno genera unos Valores que se hacen extensivos a los demás entes morales.

    Creo que debe Vd. estar orgulloso de que su forma de pensar haya sido filosóficamente anticipada y justificada por una de las mentes más lúcidas del siglo XX.

    Se lo repito: es un placer enorme compartir sus ideas…, y sus sentimientos, que, por lo que veo, son de lo más sano y noble que uno pueda imaginarse.

    Le envío un gran abrazo, solidario y empático.

    Antonio

    ResponderEliminar

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