Al mismo tiempo que este artículo, aparecen dos sobre el mismo tema en:
SOLEDAD SÁNCHEZ M., un Blog de poesía sublime,
Podéis acceder a ellos pinchando en los correspondientes nombres.
Dejo aquí, tal cual, un comentario de Elena Pascual, que tiene un Blog delicioso, ELENA CLÁSICA, comentario que me ha parecido, sencillamente hablando, sublime.
“He aquí la amada historia de Filemón y Baucis. Como no podía ser menos, llegó llena de estremecimientos del alma y es que introducirla con la historia de Aqueloo y Perimele, no obviando ésta, es un detalle cervantino que enriquece el poder de los dioses y que nos deslumbra llevados de tu mano. Los cuadros son para enamorarse directamente de Aqueloo, creo yo. ¡Ah, las pasiones de este espacio! Las imágenes de la historia del arte bellas en el entrecruzamiento de dioses y mortales.
No sé si serán quizás esos retoques del alma lo que aportan la exquisitez y la elegancia que te caracterizan. Por si acaso, hazle una ofrenda a los dioses, más que nunca tamizada por los lares de Filemón y Baucis, no se vayan a ofender de tanta perfección.
Un beso desde los ríos que palpitan y desde las ramas con corazón”.
En Bitinia, región de Asia Menor, limítrofe con Frigia, abundan los encinares. Sus encinas eran famosas en la Antigüedad. Allí hay una encina y un tilo contiguos, milenarios podríamos decir. Esa encina y ese tilo tenían su correspondiente leyenda. Es la que explicaban los viejos del lugar. Es una historia de Amor y de Piedad, de una pareja de hombre y mujer modélicos.
El río Aqueloo acaba de explicar la historia de Perimele, una Equínade, de la que se había enamorado él mismo. Fue él mismo el que la despojó de su virginidad. Su padre, Hipodamante, la castigó arrojándola al abismo desde un peñasco, para que encontrase la muerte. Fue recogida por el río Aqueloo, que le pidió ayuda a su padre Neptuno, el cual la convirtió en isla.
Dejemos que sea Ovidio (Metamorfosis, VIII, 611-724) el que hable.
“Tras estas palabras se calló el río. El extraordinario suceso había impresionado a todos. El hijo de Ixíon [Perítoo, despreciador de los dioses, como su padre, hasta el punto de que se atrevió a descender al Infierno con el propósito de raptar a Prosérpina] se burla de los que lo creen, y, despreciador de los dioses como era y de corazón empedernido, dijo: “Es falso lo que cuentas, Aqueloo, y es excesivo el poder que atribuyes a los dioses de dar y quitar la figura”. Quedáronse todos atónitos y rechazaron tales palabras, y señaladamente Lélex, hombre maduro en espíritu y en edad, habló así: “Inmenso es el poder del cielo y no tiene fin, y todo lo que los dioses quieren se realiza, y para que no dudes, en las lomas de Frigia hay una encina contigua a un tilo y rodeada de una pequeña cerca; yo mismo he visto el lugar; pues Piteo me envió a los campos de Pélope [a Lidia, contigua de Frigia] en los que en otro tiempo reinó su padre. No lejos de aquel lugar hay un marjal, tierra habitable otrora, pero ahora convertida en aguas frecuentadas por los somorgujos y las negretas de los pantanos (611-625).
Allí se presentó Júpiter en figura mortal, y, acompañando a su padre, el Atlantiada [Mercurio, nieto de Atlas] portador del caduceo, que se había quitado las alas. A mil casas se dirigieron en busca de alojamiento para descansar; mil casas les fueron atrancadas con cerrojos; una en cambio los recibió, pequeña en verdad, cubierta de paja y de cañas del pantano, pero en ella la piadosa anciana Baucis, y Filemón, de la misma edad, habían estado juntos en los años de su juventud, y en aquella cabaña envejecieron, e hicieron llevadera su pobreza, confesándola y soportándola de buen grado; y sería inútil buscar allí señores o criados; la casa entera está constituida por dos, y son los mismos los que obedecen y los que mandan (626-637).
Y así, cuando los celestes alcanzaron aquel humilde hogar, y pasaron, inclinando la cabeza, por la exigua puerta, el viejo les invitó a dar descanso a sus miembros preparándoles asiento; sobre éste extendió Baucis, solícita, su tosca funda, y apartando en el fogón la ceniza tibia, atiza el fuego de la víspera, lo alimenta con hojas y corteza seca, y con su soplo de anciana lo acrecienta hasta producir llamas, y bajando del tejado teas muy astilladas y ramitas secas, las desmenuzó y acercó a un pequeño caldero, y descabezó, despojándolo de las hojas, un repollo que su esposo había traído del bien regado huerto; él, con una horquilla de dos puntas, alcanzó en vilo un lomo ahumado de cerdo colgado de una viga ennegrecida, y corta un trocito de su curada y añeja carne, y, una vez cortado, lo cuece en el agua hirviente (638-650).
Mientras tanto, entretienen con su charla las horas que faltan y les impiden darse cuenta de la espera. Había allí una artesa de madera de haya, colgada de un clavo por su sólida asa; es llenada de agua tibia y recibe los miembros de los viajeros para tonificarlos; en el centro de la choza hay un colchón de blanda juncia sobre un lecho de armadura y patas de sauce. Lo cubren de ropas que no solían extender más que en días de fiesta, pero incluso esta ropa era mísera y vieja, no impropia de un lecho de sauce (651-659).
Recostáronse los dioses. La anciana, temblorosa y con la ropa recogida, coloca la mesa, pero, de las tres patas de la mesa, una cojeaba: un tiesto la equilibró, y una vez que, calzado, eliminó su inclinación, unas matas de verde menta limpiaron la mesa ya nivelada. Es servido allí el fruto bicolor de la casta Minerva [aceitunas], y cerezas de cornejo del otoño cubiertas de líquidas heces de vino, y escarola y rábano y queso fresco y huevos ligeramente pasados por un rescoldo no muy fuerte, todo ello en cacharros de barro. Y después ponen un barreño [un cratero] cincelado en plata de la misma clase [es decir, en barro o cerámica tosca también], y copas hechas de haya, embadurnadas de rubia cera por su parte cóncava; poco hubo que esperar hasta que el fuego del hogar les mandó la comida bien caliente, y se trajo un vino de no mucha antigüedad, el cual fue a continuación retirado por breve tiempo para ceder su lugar al segundo plato [es decir, el postre]; consistió éste en nueces, higos mezclados con arrugados dátiles, ciruelas, fragantes manzanas en anchos cestos, y uvas recogidas de un viñedo ya de color púrpura; en el centro hay un panal resplandeciente; a todo ello se añadían rostros amables y una buena voluntad que no era inútil ni pobre (660-678).
Entretanto ven que el cratero del que tantas veces se había sacado licor se está volviendo a llenar por sí mismo, y que el vino sube de nivel por propia iniciativa. Tanto Baucis como el medroso Filemón quedan espantados, atónitos ante lo inaudito del suceso, y con las manos levantadas pronuncian plegarias y piden perdón por la insignificancia de la colación y del servicio. Tenían un solo ganso, que era el guardián de la humildísima granja; se dispusieron sus dueños a sacrificárselo a los dioses, que eran sus huéspedes; el animal, veloz por sus alas, cansa y burla durante largo tiempo a los ancianos, lentos por su edad, y, al fin, pareció que se refugiaba junto a los dioses mismos: los dioses prohibieron que se le matara (679-688).
Pero esto es ya otra historia y tiene que quedar para otro momento.
mouerat: inridet credentes, utque deorum
spretor erat mentisque ferox, Ixione natus
'ficta refers nimiumque putas, Acheloe, potentes
615
esse deos,' dixit 'si dant adimuntque figuras.'
Obstipuere omnes nec talia dicta probarunt,
ante omnesque Lelex animo maturus et aeuo,
sic ait: 'inmensa est finemque potentia caeli
non habet, et quicquid superi uoluere, peractum est,
620
quoque minus dubites, tiliae contermina quercus
collibus est Phrygiis, modico circumdata muro:
ipse locum uidi; nam me Pelopeia Pittheus
misit in arua suo quondam regnata parenti.
Haud procul hinc stagnum est, tellus habitabilis olim,
625
nunc celebres mergis fulicisque palustribus undae;
Iuppiter huc specie mortali cumque parente
uenit Atlantiades positis caducifer alis.
Mille domos adiere locum requiemque petentes,
mille domos clausere serae; tamen una recepit,
630
parua quidem, stipulis et canna tecta palustri,
sed pia Baucis anus parilique aetate Philemon
illa sunt annis iuncti iuuenalibus, illa
consenuere casa paupertatemque fatendo
effecere leuem nec iniqua mente ferendo;
635
nec refert, dominos illic famulosne requiras:
tota domus duo sunt, idem parentque iubentque.
ergo ubi caelicolae paruos tetigere penates
summissoque humiles intrarunt uertice postes,
membra senex posito iussit releuare sedili;
640
cui superiniecit textum rude sedula Baucis
inque foco tepidum cinerem dimouit et ignes
suscitat hesternos foliisque et cortice sicco
nutrit et ad flammas anima producit anili
multifidasque faces ramaliaque arida tecto
645
detulit et minuit paruoque admouit aeno,
quodque suus coniunx riguo conlegerat horto,
truncat holus foliis; furca leuat illa bicorni
sordida terga suis nigro pendentia tigno,
seruatoque diu resecat de tergore partem
650
exiguam sectamque domat feruentibus undis.
Interea medias fallunt sermonibus horas
sentirique moram prohibent. Erat alueus illic
fagineus, curua clauo suspensus ab ansa:
is tepidis inpletur aquis artusque fouendos
655
accipit. in medio torus est de mollibus uluis
inpositus lecto sponda pedibusque salignis.
Vestibus hunc uelant, quas non nisi tempore festo
sternere consuerant: sed et haec uilisque uetusque
uestis erat, lecto non indignanda saligno.
660
Accubuere dei. Mensam succincta tremensque
ponit anus, mensae sed erat pes tertius inpar:
testa parem fecit; quae postquam subdita cliuum
sustulit, aequatam mentae tersere uirentes.
ponitur hic bicolor sincerae baca Mineruae
665
conditaque in liquida corna autumnalia faece
intibaque et radix et lactis massa coacti
ouaque non acri leuiter uersata fauilla,
omnia fictilibus. post haec caelatus eodem
sistitur argento crater fabricataque fago
670
pocula, qua caua sunt, flauentibus inlita ceris;
parua mora est, epulasque foci misere calentes,
nec longae rursus referuntur uina senectae
dantque locum mensis paulum seducta secundis:
hic nux, hic mixta est rugosis carica palmis
675
prunaque et in patulis redolentia mala canistris
et de purpureis conlectae uitibus uuae,
candidus in medio fauus est; super omnia uultus
accessere boni nec iners pauperque uoluntas.
Interea totiens haustum cratera repleri
680
sponte sua per seque uident succrescere uina:
attoniti nouitate pauent manibusque supinis
concipiunt Baucisque preces timidusque Philemon
et ueniam dapibus nullisque paratibus orant.
unicus anser erat, minimae custodia uillae:
685
quem dis hospitibus domini mactare parabant;
ille celer penna tardos aetate fatigat
eluditque diu tandemque est uisus ad ipsos
confugisse deos: superi uetuere necari
"di" que "sumus, meritasque luet uicinia poenas
690
inpia" dixerunt; "uobis inmunibus huius
esse mali dabitur. modo uestra relinquite tecta
ac nostros comitate gradus et in ardua montis
ite simul!" Parent et dis praeeuntibus ambo
693a
membra leuant baculis tardique senilibus annis
nituntur longo uestigia ponere cliuo.
695
Tantum aberant summo, quantum semel ire sagitta
missa potest: flexere oculos et inhospita tecta
696a
mersa uident quaeruntque ubi sint pia culmina uillae:
sola loco stabat, quae dis fuit hospita magnis.
Dumque ea mirantur, dum deflent fata suorum,
illa uetus, dominis etiam casa parua duobus
700
uertitur in templum (furcas subiere columnae,
stramina flauescunt), aurataque tecta uidentur,
caelataeque fores, adopertaque marmore tellus.
Talia tum placido Saturnius edidit ore:
"dicite, iuste senex et femina coniuge iusto
705
digna, quid optetis!" Cum Baucide pauca locutus
iudicium superis aperit commune Philemon:
"esse sacerdotes delubraque uestra tueri
poscimus, et quoniam concordes egimus annos,
auferat hora duos eadem, nec coniugis umquam
710
busta meae uideam, neu sim tumulandus ab illa."
Vota fides sequitur: templi tutela fuere,
donec uita data est; annis aeuoque soluti
ante gradus sacros cum starent forte locique
narrarent casus, frondere Philemona Baucis,
715
Baucida conspexit senior frondere Philemon.
iamque super geminos crescente cacumine uultus
mutua, dum licuit, reddebant dicta "uale" que
"o coniunx" dixere simul, simul abdita texit
ora frutex: ostendit adhuc Thyneius illic
720
incola de gemino uicinos corpore truncos.
Haec mihi non uani (neque erat, cur fallere uellent)
narrauere senes; equidem pendentia uidi
serta super ramos ponensque recentia dixi
"cura deum di sint, et qui coluere, colantur."'
725
Desierat, cunctosque et res et mouerat auctor,
Thesea praecipue; quem facta audire uolentem
mira deum innixus cubito Calydonius amnis
talibus adloquitur: 'sunt, o fortissime, quorum
forma semel mota est et in hoc renouamine mansit;
730
sunt, quibus in plures ius est transire figuras,
ut tibi, conplexi terram maris incola, Proteu.