Max Szoc:
HIDDEN FUTURE (UKRYTA PRZYSZLOSC)
Gdynia :::: 1971 :::: oil on canvas :::: 71 X 91 cm
Owner: Z.S. - Poland
Eurídice, la amada de Orfeo, el gran cantor de la Mitología, había sido picada por una serpiente venenosa. Fue directamente a parar al mundo subterráneo, el mundo de las sombras y los espectros, al Infierno. Orfeo, que la amaba profundamente, se dirigió allí a buscarla, a devolverla a la Tierra desde el reino de Hades. Tuvo que adormecer con su canto al perro de tres cabezas, al Can Cerbero. Hades le impuso una condición: que volviesen los dos a la Tierra, yendo delante Orfeo y Eurídice detrás, sin que Orfeo pudiese ni verla ni mirarla, hasta que hubiesen salido del mundo subterráneo. Orfeo no cumplió con la condición impuesta: impulsado por su amor a Eurídice, volvió el rostro hacia atrás para contemplar a Eurídice. Entonces recibió el castigo correspondiente: Eurídice tuvo que volver, ahora ya definitivamente, al mundo subterráneo, y Orfeo siguió su camino hacia la Tierra, triste como nunca, porque había perdido definitivamente a su amada Eurídice.
Triste y muy triste entonces, se retiró Orfeo a un monte que estaba continuamente siendo sacudido por los vientos. Allí Orfeo, alejado de todo amor femenino, por fidelidad a Eurídice o por la tristeza de haberla perdido, aunque fueron muchas las que lo pretendieron, entonaba su canto, canto que escuchaban todos los seres que por allí había: los árboles, las fieras, los pájaros, los ríos, las montañas. Todos estaban atentos al canto de Orfeo, que, al mismo tiempo, hacía vibrar las cuerdas de su lira. Era todo un tropel de pájaros, fieras, árboles y demás seres animados, quienes escuchaban su dulce canto. Orfeo seguía su canto. Hacía ya mucho tiempo que estaba cantando las historias y las transformaciones de seres mágicos.
Sigue Orfeo, es decir, Ovidio, en LAS METAMORFOSIS (X, 300-336):
Voy a cantar algo espantoso; alejaos de aquí, hijas, alejaos, padres, o, si mi canción resulta placentera a vuestros corazones, no me deis crédito en esta sección y no admitáis que se trate de algo que haya ocurrido, o, si lo admitís, admitid también como ocurrido el castigo que le siguió. Aún así, si la Naturaleza permite que se produzca una fechoría como ésta, yo felicito a los pueblos del Ísmaro y a nuestro mundo [Es decir, a Tracia, de donde es y donde se encuentra Orfeo], yo felicito a esta tierra por estar lejos de aquellas regiones que dieron origen a tan enorme iniquidad. Por más que sea rica en amomo la tierra de Panquea [Isla fabulosa, en el Océano Índico, no lejos de Arabia, donde se producían los exquisitos perfumes de Oriente], por más que produzca su canela y su costo y el incienso que sudan sus maderas y otras criaturas florales, en tanto que, además, produzca la mirra, habrá que decirlo: no merecía la pena que surgiera un árbol nuevo a tanta costa. El mismo Cupido [Eros] niega que fueran sus dardos, los que te perdieron, Mirra, y exculpa de este atentado a sus antorchas; fue una de las tres hermanas [Es decir, las Euménides griegas, las Furias Romanas, cuyos cabellos eran serpientes y siempre auguraban algo siniestro] la que sopló sobre ti con su hachón de la Estige [El mundo subterráneo, el Infierno, el reino de Hades] y con sus hinchadas víboras: es un crimen odiar a un padre, pero este amor es un crimen mayor que el odio. Te desean príncipes escogidos de todas partes, y a competir por tu tálamo viene la juventud de todo el Oriente; de entre ellos, elige tú, Mirra, un marido, siempre que ése uno no se encuentre entre todos ellos. Ella, desde luego, se da cuenta de todo y trata de luchar contra la torpe pasión y se dice: ”¿A dónde me lleva mi inclinación? ¿Qué voy a hacer? Dioses, os lo suplico, y también vosotros, Piedad y Sagrados Derechos de los padres, impedid esta monstruosidad y oponeos a mi crimen, si es que, por otra parte, se trata de un crimen. Verdaderamente no se dice que la Piedad condene esta clase de amor: los demás animales se unen sin ninguna discriminación, y no se tiene por vergonzoso para una vaca que soporte la carga de su padre sobre sus lomos, la hija de un caballo se convierte en su esposa, el macho cubre a las hembras que él mismo ha procreado, y la pájara concibe del mismo por cuyo semen ha sido concebida. ¡Felices seres los que tienen permitidas tales cosas! Los prejuicios humanos han promulgado leyes odiosas, y lo que la Naturaleza permite lo prohíben normas hostiles. Sin embargo, se habla de pueblos en los cuales la madre se casa con su hijo y la hija con su padre, para que aumente la piedad con un amor duplicado. ¡Ay desdichada de mí, porque no he tenido la suerte de nacer allí y me veo contrariada por el azar de mi ubicación! ¿Para qué doy vueltas en torno a todo esto? ¡Apartaos de mí, esperanzas prohibidas!" (Traducción de Antonio Ruiz de Elvira, en Ovidio, Metamorfosis, Vol. II, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1994).
El texto latino que sigue puede consultarse, con algunas variaciones de grafía, y también del texto, en:
y
300
Dira canam; procul hinc natae, procul este parentes,
aut, mea si uestras mulcebunt carmina mentes,
desit in hac mihi parte fides, nec credite factum,
uel, si credetis, facti quoque credite poenam.
Si tamen admissum sinit hoc natura uideri,
305
[gentibus Ismariis et nostro gratulor orbi,]
gratulor huic terrae, quod abest regionibus illis,
quae tantum genuere nefas: sit diues amomo
cinnamaque costumque suum sudataque ligno
tura ferat floresque alios Panchaia tellus,
310
dum ferat et myhrram: tanti noua non fuit arbor.
Ipse negat nocuisse tibi sua tela Cupido,
Myrrha, facesque suas a crimine uindicat isto;
stipite te Stygio tumidisque adflauit echidnis
e tribus una soror: scelus est odisse parentem,
315
hic amor est odio maius scelus. Vndique lecti
te cupiunt proceres, totoque oriente iuuenta
ad thalami certamen adest: ex omnibus unum
elige, Myrrha, uirum, dum ne sit in omnibus unus.
Illa quidem sentit foedoque repugnat amori
320
et secum "quo mente feror? Quid molior?" inquit
"di, precor, et pietas sacrataque iura parentum,
hoc prohibete nefas scelerique resistite nostro,
si tamen hoc scelus est. Sed enim damnare negatur
hanc Venerem pietas: coeunt animalia nullo
325
cetera dilectu, nec habetur turpe iuuencae
ferre patrem tergo, fit equo sua filia coniunx,
quasque creauit init pecudes caper, ipsaque, cuius
semine concepta est, ex illo concipit ales.
Felices, quibus ista licent! Humana malignas
330
cura dedit leges, et quod natura remittit,
inuida iura negant. Gentes tamen esse feruntur,
in quibus et nato genetrix et nata parenti
iungitur, et pietas geminato crescit amore.
Me miseram, quod non nasci mihi contigit illic,
335
fortunaque loci laedor! Quid in ista reuoluor?
Spes interdictae, discedite!
Observación sobre las imágenes:Buena parte de las imágenes están tomadas de:
http://www.latein-pagina.de/Una vez que hayáis accedido a ella,
pinchando aquí mismo, hacéis
click en:
OVIDIUS NASO - EDITION:
Metamorphoses - 2.358 picturae + translationes
Virgil Solis, ed. 1581Que aparece en la columna lateral de la izquierda. Os aparecerá entonces, entre otras, la edición ilustrada de
LAS METAMORFOSIS de Ovidio, con el texto Latino, acompañado de 2358 ilustraciones, en Edición de 1581. Es muy fácil manejarla, y os puedo asegurar que es una delicia.