Parturient montes, nascetur
ridiculus mus.
Se
pondrán de parto las montañas: nacerá un ridículo ratón.
Entre las inscripciones antiguas procedentes de la
isla de Creta, que podemos datar entre el s. VII aC. y aproximadamente el s. VI
dC, y que en su mayor parte conocemos por la excelente edición que M. Guarducci
realizó entre 1935 y 1950 de todo el material epigráfico cretense conocido
hasta entonces, se encuentra un gran número de inscripciones redactadas en
verso. Las más antiguas de ellas no se remontan más allá del s. IV aC. y las
más recientes no pasan de principios del s. V dC. En total, para este período
de tiempo de casi ocho siglos disponemos actualmente de 95 epígrafes cretenses
en verso. La mayoría pertenece a la época helenística, esto es, al período
comprendido entre el s. IV y el s. I aC., 60 inscripciones, conservadas
íntegras o en un estado más o menos fragmentario. El resto de los textos, en
número de 35, data de la época imperial, que iría desde el s. I al s. V de
nuestra era.
Las inscripciones métricas de Creta de época
helenística, conocidas hasta ahora, se encuentran recogidas, en su mayor parte,
en el Corpus de Inscripciones Cretenses [INSCRIPTIONES CRETICAE] (1935-1950) de M. Guarducci (49 títulos), y, en menor número, en el Supplementum
Epigraphicum Graecum para las inscripciones publicadas con posterioridad a
la edición de Guarduci. La que publico aquí, que figura en el Supplementum
Epigraphicum Graecum (SEG), se
encontró en Lato, en el Este de Creta. Es del s.II aC.
SEG 39, 1989 [1992], N.972. Ed. pr. M.W. Baldwin Bowsky,
"Epigrams to an Elder Statesman and a Young Noble from Lato pros Kamara
(Crete)", Hesperia 58, 1989, pp.118-123. Revisado por K.J. Rigsby, "Two Cretan
Epitaphs", ZPE 83, 1990, pp.237-239, por E. Voutiras, "A
funerary epigram from Latos in Crete", Hesperia 59, 1990,
pp.669-673, y A. Martínez Fernández, "Un epigrama funerario de
Creta", Homenaje al Prof. S. Lasso de la Vega, Madrid 1998,
pp.243-247. Lato, fines del s.II aC. (posterior al 116-115 aC.).

"Cletónimo,
hijo de Mnastocles,
adiós.
Si
Lindos crió a Cleobulo y el país de los Sisífidas a Periandro, excelentes
modelos de los siete sabios,
no importa. Pues también Lato produjo al octavo
sabio, que aquí contemplas, el señor de la historia,
ciencia al alcance de
cualquier comprensión, un firme defensor de las leyes, Cletónimo, el hijo digno
de alabanza de Mnastocles, al que todo el pueblo lloró.
Pues no completó su
vida con la vejez, sino que, cuando brillaba como una estrella, se apagó por la
arbitrariedad del Destino,
mientras protegía a su patria con sus consejos. Por
un acto de la favorable providencia divina las columnas de la buena reputación
sostuvieron su casa.
Pues dejó tres hijos suyos. Y la Virtud proclamará los
honores de este hombre aun en las moradas de Hades."