

8. Felix qui potuit rerum cognoscere causas (II, 490).
"Afortunado el que ha podido conocer las causas de las cosas"
Y prosigue Virgilio:
Atque metus omnis et inexorabile fatum
subiecit pedibus strepitumque Acherontis auari (II, 491-2).
"Y puso bajo sus pies los temores todos, la creencia en un destino inexorable y el estrepitoso ruido del Aqueronte avaro”.



Lucrecio, transmitiendo la doctrina de Epicuro, negaba la existencia de los dioses y nos prevenía contra esos miedos infundados sobre la ultratumba.
Pero Virgilio no era un epicúreo: el Epicureísmo pasó por su pensamiento de forma fugaz. Veremos la próxima semana que rápidamente Virgilio reacciona él mismo contra estas ideas materialistas y regresa a la creencia en los dioses.




(Sobre la naturaleza de las cosas, I: 80-86)


impia te rationis inire elementa uiamque
indugredi sceleris. Quod contra saepius illa
religio peperit scelerosa atque impia facta.
Aulide quo pacto Triuiai uirginis aram
Iphianassai turparunt sanguine foede
ductores Danaum delecti, prima virorum].
(De rerum natura, I: 80-86)

He dicho yo que Virgilio, que tenía una religiosidad profunda, había tenido un episodio pasajero de ateísmo y materialismo al escribir este verso. En efecto, hace referencia directamente al “De rerum natura” (Sobre la naturaleza de las cosas, Sobre la realidad) de Lucrecio, el primero que se encaró directamente y de forma decidida contra la creencia en los dioses.
Eso puede comprobarse por la posición en el verso de la palabra clave, que es “rerum” (de las cosas, de la realidad). Esa palabra está en el título de la obra de Lucrecio.
Uno hubiese esperado que Virgilio escribiese:
“Felix qui rerum potuit cognoscere causas”,
Resulta que Virgilio, de una forma consciente, desplazó a una posición de menor relevancia la palabra “rerum”, lo que significa que él era consciente de que su ateísmo y materialismo eran pasajeros, como ya dije. Y es que, como he dicho varias veces, “Las Geórgicas” alcanzan la perfección absoluta, en la forma y en el contenido. Todo está donde tiene que estar y como tiene que estar. Ni sobra ni falta nada y todo está en su lugar.
Es un detalle tan mínimo que no sería necesario comentar, pero lo hago para poner de relieve, una vez más, lo sublime y la perfección de “Las Geórgicas”. En efecto, no se ha escrito nada mejor en Latín en los mil quinientos años de pervivencia de dicha lengua.
8 comentarios:
Por eso siempre te llamo maestro.
Una entrada magnífica, de la que tengo -tenemos- que aprender un montón de cosas. Y las imágenes, absolutamente geniales.
Es increíble lo que pueden esconder unas pocas palabras. Yo nunca, nunca, podría reducir mis emociones y sentimientos a la materia... así que me quedo con el mejor Virgilio.
Me alegro de estar aquí otra vez, me alegro de pasarme por vuestro espacio -tuyo y de nuestra Ana-, me alegro de tus comentarios y te contaré con más detalle.
Un beso, maestro.
Soledad.
Amiga Sole,
El que se alegra también soy yo, y los que nos alegramos también mucho somos Ana y yo: de verte nuevamente por aquí, la primera, con tu lindo y precioso comentario, que, viniendo de ti, tiene un valor añadido, el de la amistad y el cariño. Yo también me quedo con el mejor Virgilio.
Pero no hay que tratar mal a Lucrecio. Dicen de él que sufría de epilepsia y que se suicidó tras tomar un fltro de amor, una pócima. Parece ser que su obra la escribió en los pocos momentos de lucidez que tuvo.
Un beso,
Antonio
Hola Antonio,
Vengo a darte las gracias por la lectura que hiciste de mi texto y por el amable comentario que dejaste en mi blog...y me encuentro que tienes una página muy interesante...que requiere tiempo para leerla como se merece.
Permite que hoy te deje mi agradecimiento únicamente pues voy corriendo pero mañana pasaré a leerte y comentarte con calma!
Un abrazo!
L.
Querido Antonio:
Exquisita entrada, sensual, artística, romántica hasta la entraña de los presagios y la búsqueda de los temores, visiones e intuiciones del ser humano. Las ilustraciones para dejarse llevar a los infiernos. De repente me siento Proserpina y me declaro enamorada de Plutón, vivan los dioses y la parte más inexplorada de nuestra psique, así como Psyche a pesar de querer conocer el rostro de Cupido no pudo dejar de sentir la llamarada viva del amor.
Maravilloso y vibrante tu blog en este caso a partir de un verso, bravo por Virgilio y por ti, Antonio. Un beso para ti y para tu Baucis.
Amiga Elena,
Romántico, sensual, insinuante, voluptuoso, cálido, comunicativo, tierno, real, atemporal...insistente, son los adjetivos que yo le aplicaría a tu hermoso poema, el que has dejado en tu espacio.
Me hablas en mi espacio utilizando unas palabras tiernas, halagantes, explosivas, de Psyque y Cupido, del Amor, de que quisieras ser hasta Prosérpina para estar con tu Plutón. Y de más cosas.
Cuando leo el comentario que has hecho en mi espacio me parece leer un poema y, cuando voy a tu espacio, me encuentro con otro poema, precioso.
Me parece que tú también eres un poema, porque poema es lo que escribes en verso y también lo que escribes en prosa.
Tu presente poema me recuerda el Cantar de los Cantares. Tiene la misma música.
Ha sido un placer visitarte. Volveré con frecuencia por tu espacio, lleno de inspiración y vida.
Un beso,
Antonio
Amiga Lena,
Pasearse por tu espacio es como viajar a China de gratis. Muy interesante el relato que haces con el Café y todo eso. Poco a poco me van entrando ganas de irme una temporada a la China. Si no estuviera tan lejos...
Me encanta la forma de ser de los Chinos.
Gracias por visitar mi espacio y por el comentario elogioso que haces.
Un beso,
Antonio
Gracias por estas notas sobre Lucrecio. ha sido un gusto descubrir tu espacio.
Amigo Ángel,
Me encanta que te hayas fijado en Lucrecio, uno de mi pensadores preferidos. Si quieres ver todas las referencias que hay a Lucrecio en mi espacio, pichas la etiqueta LUCRECIO, o copias este enlace:
http://antoniomartnortiz.blogspot.com/search/label/LUCRECIO
Un abrazo desde España,
Antonio
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