Entre sus obras cabe destacar el Cento Nuptialis [El centón Nupcial], una obra breve compuesta de 131 versos hexámetros, en la que también hay algunos fragmentos en prosa. Los versos de dicha obra están todos formados por hemistiquios de las obras de Virgilio, es decir, la primera o segunda parte en la que la diéresis o pausa principal divide en dos partes desiguales todos los versos de Virgilio. Las referencias a tales versos virgilianos pueden encontrarse en cualquier edición de calidad.
Encajando así fragmentos de versos virgilianos, Ausonio escribe una obra que viene a ser todo el ceremonial que se celebraba en una boda en los mejores tiempos de la Roma Clásica. Es impresionante el dominio que Ausonio tiene de Virgilio. Como sabemos que ejerció de profesor de Gramática y Retórica, no sería de extrañar que Ausonio se supiese de memoria la obra entera de Virgilio.
Dicha obra da nueva vida y sentido a los versos de Virgilio, de forma que nos encontramos ante un texto atrevido, osado, obsceno incluso, y algo más, dependiendo de la sensibilidad de cada uno.
Es un Ausonio muy diferente al del
Collige, uirgo, rosas, dum flos novas et nova pubes,
et memor esto aevum sic properare tuum
Coge, niña, las rosas, mientras existe la flor fresca y la nueva juventud, y ten memoria de que así corre tu tiempo.
Que es un poema de autor desconocido, pero cuyo tópico viene siendo atribuido a Ausonio desde hace mucho tiempo, como uno de sus epigramas y que aparece en los manuscritos en el Appendix Vergiliana con el título De rosis nascentibus [Sobre el nacimiento de las rosas] (versos 49-50).
El Cento Nuptialis está formado por las siguientes partes:
1. AVSONIVS PAVLO SALVTEM (2849 palabras en prosa)
AUSONIO SALUDA A PAULO
2. PRAEFATIO (versos 1-11)
PREFACIO
3. CENA NVPTIALIS (versos 12-32)
EL BANQUETE NUPCIAL
4. DESCRIPTIO EGREDIENTIS SPONSAE
(versos 33-45)
DESCRIPCIÓN DE LA SALIDA DE LA ESPOSA
5. DESCRIPTIO EGREDIENTIS SPONSI (versos 46-56)
DESCRIPCIÓN DE LA SALIDA DEL ESPOSO
6. OBLATIO MVNERVM (versos 57-66)
OFRENDA DE LOS REGALOS
7. EPITHALAMIVM VTRIQVE (versos 67-79)
EPITALAMIO EN HONOR DE AMBOS ESPOSOS
8. INGRESSVS IN CVBICVLVM (versos 80-100)
ENTRADA EN LA CÁMARA NUPCIAL
9. PARECBASIS (365 palabras en prosa)
DIGRESIÓN
10. IMMINVTIO (versos 101-131)
LA DESFLORACIÓN
11. CONTENTUS ESTO, PAVLE MI
CONTÉNTATE, PAULO AMIGO
EPÍLOGO JUSTIFICATIVO (229 palabras en prosa)
Teniendo en cuenta que Virgilio era muy tímido y recatado, podemos estar seguros de que, si la composición de Ausonio tuviese la posibilidad de llegar a su conocimiento, Virgilio se quedaría sorprendido, avergonzado y desorientado totalmente, por el uso que se ha hecho de sus versos. No en vano a Virgilio sus amigos, en tono cariñoso, le llamaban Παρθένιας, algo así como El Doncellas, aludiendo a su nombre, que relacionaban con Virgo [Doncella), y a su carácter, tímido y recatado.
(101-109)
En un lugar apartado, / al que conduce un estrecho sendero, hay una hendidura inflamada y palpìtante; / de una oscuridad despide un hedor mefítico. / A ningún ser casto le es permitido franquear este umbral de infamia. / Aquí se abre una caverna horrenda: / tales eran las emanaciones que salían de sus tenebrosas fauces, / que ofendían el olfato. /
(110-114)
Aquí se encamina el joven por una ruta que conoce bien, / y, tendiéndose sobre la esposa, / blande con el impulso de todas sus fuerzas una tosca lanza llena de arrugas y áspera de corteza. / Híncase la lanza y en el hondo bebió la sangre virginal. /
(115-118)
La cóncava caverna resonó y dio un gemido. / Ella, sintiéndose morir, arranca el dardo con las manos, pero, entre los huesos, / la punta por la herida / ha penetrado profundamente en la carne viva. / Por tres veces ella, incorporándose y apoyándose sobre el codo, se levantó, tres veces volvió a caer desplomada sobre el lecho. / Él permanece impasible. /
(119-124)
No hay pausa ni descanso: / asido y fijo a su timón, / en ningún momento lo soltaba y mantenía los ojos clavados en las estrellas. / Recorre ida y vuelta el camino una y otra vez / y, sacudiendo el vientre, / traspasa sus costados / y los pulsa con plectro ebúrneo. /
(125-127)
Ya están casi al final de su carrera y, agotados, se acercaban a la meta: / entonces una agitada respiración sacude sus miembros y seca sus bocas; ríos de sudor corren por todo su cuerpo. / Él se desploma exánime, / mientras de su miembro el semen gotea.
(129-131)
(Ausonio, Centón Nupcial, 101-131)
Postquam congressi sola sub nocte per umbram
et mentem Venus ipsa dedit, noua proelia temptant.
Tollit se arrectum: conantem plurima frustra
occupat os faciemque, pedem pede feruidus urget,
perfidus alta petens: ramum, qui ueste latebat,
sanguineis ebuli bacis minioque rubentem
nudato capite et pedibus per mutua nexis,
monstrum horrendum, informe, ingens, cui lumen ademptum
eripit a femine et trepidanti feruidus instat.
(101-109)
Est in secessu, tenuis quo semita ducit,
ignea rima micans: exhalat opaca mephitim.
Nulli fas casto sceleratum insistere limen.
Hic specus horrendum: talis sese halitus atris
faucibus effundens nares contingit odore.
(110-114)
Huc iuuenis nota fertur regione uiarum
et super incumbens nodis et cortice crudo
intorquet summis adnixus uiribus hastam.
Haesit uirgineumque alte bibit acta cruorem.
(115-118)
Insonuere cauae gemitumque dedere cauernae.
Illa manu moriens telum trahit, ossa sed inter
altius ad uiuum persedit uulnere mucro.
Ter sese attollens cubitoque innixa leuauit,
ter reuoluta toro est. Manet imperterritus ille;
(119-124)
nec mora nec requies: clauumque affixus et haerens
nusquam amittebat oculosque sub astra tenebat.
Itque reditque uiam totiens uteroque recusso
transadigit costas et pectine pulsat eburno.
(125-127)
Iamque fere spatio extremo fessique sub ipsam
finem aduentabant: tum creber anhelitus artus
aridaque ora quatit, sudor fluit undique riuis,
labitur exsanguis, destillat ab inguine uirus.
(129-131)
(Ausonius, Cento Nuptialis, 101-131)
Texto Latino, con algunos cambios de grafía, pinchando aquí, donde podréis encontrar el texto Latino en su totalidad.
17 comentarios:
D. Antonio, por los dioses!
Es un relato digno de los Encuentros eróticos de verano del Sr. Francés. Poético en su crudo realismo!
Mas..,¿dónde se hallaban las termas para esa desposada que las pedía a gritos?
Sabía, maestro, que no defraudaría y que el texto seleccionado colmaría con creces las expectativas.
Estimado don Antonio, el texto es una verdadera maravilla, como dice Cesar, poesía, aunque yo no añadiría lo de crudo realismo.
Sabía la esposa que aquella era una batalla perdida, no porque la ganara él sino porque ella se dejó vencer. Ésa es nuestra mejor arma en este tipo de batallas: aparente la resistencia y la no menos aparente sumisión, y la guerra está ganada. Así, tan sencillo como esbozar una sonrisa.
Reciba usted un abrazo y tenga usted muy buena noche.
Mi querido Antonio:
Bien conozco yo el buen hacer y la originalidad de Ausonio a través de la composición poética del centón, y lo conozco porque tú, querido Antonio, hiciste una incursión en este estilo poético de manera absolutamente creativa y mágica, así, tuve la fortuna de ver enriquecido uno de mis poemas con tus palabras y con los versos que le daban un delicioso aire psicalíptico.
El Cento Nuptialis que nos ofreces es un prodigio de términos guerreros referidos a la primera noche amatoria del matrimonio. Es especialmente destacable que las palabras de Virgilio a él mismo hubieran sonrojado de haber leído tal disposición de sus versos con el sentido erótico que le ha sido insuflado por Ausonio.
El simbolismo, las dulces y pícaras connotaciones están servidas: las asociaciones con la entrada en una cueva, el miedo al monstruo erguido, rojo y sanguinolento. La herida no tiene curación, la punta del dardo atravesó la carne viva.
He aquí un momento de un intenso e irrepetible lirismo: él "mantenía los ojos fijos en las estrellas".
Maravilloso centón, divino Ausonio, ínclito Virgilio.
Preciosa exposición. Un besazo gigante, querido Antonio, de tu admiradora Ἑλένη.
La riqueza textual es un valor a tener muy en cuenta, al margen de que lo que cuente guste más o menos. Y es muy difícil hablar sin absoluta basteza de ciertas cosas. Con los clásicos nunca acaba uno de sorprenderse.
No solo es soberbio el texto, amigo Antonio, el artículo no le va a la zaga. Se lee con una sonrisa en los labios y quizás con algo más de saliva en la boca, arqueando en ocasiones las cejas, ante el plectro ebúrneo, que aunque no sabiamente meneado, si es enérgicamente meneado.
Ausonio, como comentas, homenajea a Virgilio en este Centón Nupcial en el que glosa el frenesí y el combate de los esposos en su noche de bodas( y nos convierte a todos en mirones de juegos ajenos).
El centón que es un "plagio amoroso", alcanza en Ausonio, la categoría de una obra maestra de la literatura. Hay que resaltar la multitud de términos, con que se nombra, tanto al "plectro" como a la "sonrisa vertical".
Una verdadera golosina el artículo y muy apropiado, además para la estación que empieza y que dota de calor al cuerpo y también a la mente.
Un abrazo, amigo Antonio
Estimado maestro,
Me dirijo a usted de este modo porque una vez más he tenido oportunidad de aprender algo sobre los clásicos en esta entrada. Ignoraba que Ausonio hubiese compuesto una obra siguiendo un método tan peculiar. Esto no carece de mérito, pues, como usted bien apunta, primero hay que tener un profundo conocimiento de la obra de Virgilio, y luego hay que poseer el tino y el criterio suficientes para elegir bien los hemistiquios y obtener un resultado con el mordiente y la calidad que todos hemos podido comprobar. Sin embargo, ¿cuánto de la poeticidad del centón de Ausonio sería atribuible a él mismo y cuánto al propio Virgilio?
Coincido plenamente con la visión de El Patio sobre cómo se reparten los papeles en la batalla del amor y añado que, en mi opinión, este batallar es algo intrínseco y primordial en el amor y aquello que permite que una relación amorosa sea algo más que la mera satisfacción de un apetito corporal y pase a convertirse en algo apasionante y maravilloso (una prostituta se entrega sin lucha y en una violación puede haber lucha, pero la mujer no entrega voluntariamente nada, ni el cuerpo ni el alma).
Gracias, una vez más.
Sólo por resaltar el carácter peculiar de las "guerras" de amor, me parece oportuno traer aquí los siguientes versos de Miguel Hernández:
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Ausonio ruborizaría al elegante Virgilio o al delicado Catulo, que para Lesbia dedicó el picoteo del "pajarillo" en su regazo, juguetón.O miles, cientos de besos infinitos como los granos de arena Libia. Aunque Catulo también nos ofrece algunos versos mucho más atrevidos, hay que decirlo todo.
Una desfloración casi violación, descarnada, combate en el que ella siempre pierde, no únicamnete la virginidad. Encuentro carnal sin pizca de ternura para la nueva esposa !ay Himeneo, Himeneo! Evocaciones de cuevas hediondas, de un miembro tieso y encendido cual antorcha...!Ay Venus, Eros!
De todos estos erotismos directos, tuviste que abjurar con el bautismo, Ausonio, eso me temo o te señalarían pecador !libidinioso, concupiscente, indecente! Lástima, entonces, al final de tu vida, se perdió un poeta atrevidamente directo, divinamente pagano.
Antonio, has sido en tu comentario a mi entrada sobre los Brutos, excesivamente amable, como siempre. Y en tu receta contra las picaduras de avispa, cariñoso, solícito (conocía la "pocima", pero allí, rodeada de gentes, de inmediato, jejeje, no pude servirme de ella, fué más tarde, en la retirada quietud de mi aposento)
Gracias amigo Antonio, bsitoos !ave!
Amigo César,
Muy oportunas las observaciones que hace Vd. referentes al Magnicidio de Julio César en mi espacio. Tenga en cuenta que ésa es una época de la Historia de Roma que tenemos muy bien documentada. Además de Suetonio, un Griego romanizado, Plutarco, escribió en Griego una biografía de Julio César, en la que nos da toda clase de detalles sobre su vida y sus vivencias.
En relación al político actual que Vd. menciona, poniéndolo casi al lado de Julio César, mi opinión es que ha puesto Vd. juntos a dos políticos que no se pueden comparar, por muchos motivos. Es que no hay comparación.
En relación al comentario que hace Vd. sobre el Centón Nupcial de Ausonio, pues eso, que puede Vd. comprobar que nada nuevo se ha descubierto. Los Encuentros de Don Alfredo García Francés tienen un nivelazo, pero la obra clásica que yo recojo tampoco se queda a la zaga. Es que es muy difícil superar a los que que podemos considerar grandes por naturaleza.
Reciba un cordial saludo,
Antonio
Amigo Antonio: Agradezco mucho su comentario sobre mi poema "La hoguera". Realmente he pretendido hacer una poesía extremadamente críptica. Entre las llamas y el humo de la hoguera he quemado y escondido muchos conceptos vitales, que no sé si serán captados por el lector. Porque, un poco cansado de escribir de forma muy evidente, estilo Angel González, con objeto de acercar mi pensamiento a cualquier nivel de lectura, decidí en este caso dar rienda suelta a mi espíritu críptico y profundizar a niveles probablemente indescifrables. Es una licencia que me he permitido, pero prometo no repetir ese camino.
Por cierto, disfruto leyendo en latín los temas que inserta en su entrada. Es una lástima que no haya dedicado algún tiempo en mi vida para ese idioma tan de mis ancestros, pero ahora sólo puedo disfrutar de vez en cuando leyendo despacio los párrafos que leo en sus magníficas entradas.
Un abrazo ab imo pectore.
Amiga Doctora Señora Doña El Patio,
No por breve deja de ser más interesante su comentario al Centón Nupcial de Ausonio. Apunta Vd. un dato que algunos hombres ya sospechábamos, pero del que ahora tenemos la certeza, confirmada por una mujer. En efecto, siempre son las mujeres las que ganan y vencen en los trances amorosos o eróticos. Bajo la apariencia de la resistencia, se esconde la aquiescencia, y bajo el aspecto de la sumisión de la mujer se esconde la auténtica sumisión del hombre, que, aunque crea lo contrario, en estos trances siempre es guiado por la mujer.
Eso las hace a Vds., Señoras, todavía más atractivas y más interesantes.
Reciba un cariñoso abrazo,
Antonio
D. Antonio, el suyo sí que es un homenaje valioso y merecido al Sr Saramago, yo simplemente me he limitado a dejar unas frases en mal portugués en casa del Sr. Francés así como una traducción de un homenaje (éste taqmbién lo es) de un amigo bloguero al que también admiro.
http://josearomeropseguin.blogspot.com/2010/06/muerte-de-un-nino-escritor.html
Requiescat in pace José Saramago.
Como dejó escrito Publius Ouidius Naso, al final de Las Metamorfosis (XV, 871-9):
Iamque opus exegi, quod nec Iouis ira nec ignis
nec poterit ferrum nec edax abolere uetustas.
…
Parte tamen meliore mei super alta perennis
astra ferar, nomenque erit indelebile nostrum.
…
Ore legar populi, perque omnia saecula fama,
siquid habent ueri uatum praesagia, vivam.
Y ya he terminado una obra que no podrá aniquilar ni la cólera de Júpiter, ni el fuego, ni el hierro, ni el tiempo devorador.
…
Pero, en la mejor parte de mí, yo viajaré inmortal por encima de los astros de las alturas, y mi nombre será indestructible.
…
Seré leído por la voz del pueblo, y, gracias a la fama, si algo de verdadero tienen los presntimientos de los poetas, viviré por todos los siglos.
Antonio Martín Ortiz
Muchas gracias amigo Antonio por su último comentario dejado en el Número 13. Lo he dejado en la columna derecha del Verdequetequieroverde como su sentido y más que merecido homenaje póstumo al escritor.
Mil gracias amigo Antonio!!!
Quedo impresionada después de presenciar este desvirgamiento que, seguramente, no debía diferir en casi nada de los reales. Más allá de la admiración hacia una creación literaria tan original en su manera de ser construida y de los aciertos de Ausonio, no puedo evitar quedarme con un cierto sabor ácido. Pobrecillas de las mujeres que eran introducidas así en los placeres de Venus.
Magnífico post, querido amigo.
Amiga Elena, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,
Siempre que pones tu opinión en un texto de los que con la mejor intención escribo, el texto queda enriquecido y aclarado con tus oportunos comentarios, porque tú eres de las personas que se leen los textos y se adentran en ellos, percibiendo todas las circunstancias que lo enmarcan.
Ya lo sabes, pero insisto en ello: uno de los placeres más exquisitos de la vida es leer los comentarios que haces tú, cuando te enfrentas a un texto literario de calidad Y el Centón de Ausonio es un texto de calidad.
Si hay una cosa que tengo programada para mi próxima reencarnación es tener la edad apropiada para poder disfrutar de tus exposiciones en clase de Lengua.
Te envío un gran abrazo,
Antonio
Amigo Francisco Ortiz,
Muchas gracias por presentarnos en tu blog a este escritor, a Justo Navarro, que yo antes desconocía. Estoy seguro de que su lectura me enriquecerá.
Maravilloso Curriculum uitae.
Sobre el comentario que has dejado en mi blog a propósito del Centón Nupcial de Ausonio. Dijo un escritor importante, Italo Calvino, que un Clásico es aquel que se puede leer un montón de veces, y cada vez que se lee, encuentra uno un texto que dice cosas nuevas..
Cordialmente,
Antonio
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