Voy a citar, como no podía ser de otra forma, unos versos de LAS METAMORFOSIS de Ovidio (IV, 208-211). Está hablando Leucónoe, una de las hijas de Minias, hijo éste a su vez de Poseidón y rey de Orcómeno, en Beocia. Se está dirigiendo al Sol, el hijo del Titán Hiperíon.
“A muchas te ha hecho olvidar Leucótoe, a quien dio a luz la más hermosa mujer del país de los aromas, Eurínome, pero, cuando creció la hija, tanto como la madre superaba a todas las demás, superaba a la madre la hija”.
(Leucothoe multarum obliuia fecit,
gentis odoriferae quam formosissima partu
edidit Eurynome; sed postquam filia creuit,
quam mater cunctas, tam matrem filia uicit).
Pues aquí lo mismo. La madre, a la que sus padres llamaron y llaman Ana, desde que puedan recordar los que la vieron nacer y los que con ella convivieron, superaba con creces en belleza, en alegría, en elegancia, en bondad incluso y, por supuesto, también en inteligencia a todas las que había y hay en su entorno, coincidentes en edad, que era esto lo único que las igualaba y las sigue igualando.
Pero he aquí que nació la hija de la madre, y también del padre: ambos pensaron que el nombre de Daniela le iba muy bien. Así la llamaron y así la llaman todos los que la conocen y la quieren, que son multitud. Traviesa era desde los primeros años, incapaz de estarse quieta. Bien se notaba que era hija de su madre. Los dioses y las diosas le concedieron belleza e inteligencia, superiores incluso a las de la madre, que ya es decir. Pasó una adolescencia turbulenta, sí, pero llena de impulso vital y radiante de proyectos. La energía le salía a borbotones por todas partes, por su cuerpo entero.
Pasaron y fueron pasando algunos lustros. Ahora la tenemos ya hecha toda una mujer, apenas cumplidos tres años después de haber cumplido la Tierra, la Tierra madre, su viaje en torno al sol dos veces diez. Ya pasó por La Universidad. Ya le dieron su título de Licenciada en Literatura, con unas calificaciones que cualquiera envidiaría. Sigue en la Universidad perfeccionando su formación, ampliando estudios y esas cosas que se hacen después de haberse licenciado. Es que nunca se termina de aprender.
Ha entrado ya, recientemente, en el mundo laboral: un paso más en la vida, y, por lo que podemos ver quienes la queremos, su vida sigue un ritmo armónico y acompasado. Parece que todo le va bien. También Cupido, o Eros, que es el mismo, por orden de su madre Venus, o Afrodita, que también es lo mismo, le ha disparado sus flechas de amor, como las que disparó a Apolo, no como las que disparó a Dafne, porque las suyas son flechas de amor.
Y aquí tenemos ahora a la madre, que no tiene envidia de la hija, porque es la madre, y ya se sabe, las madres quieren más a las hijas que a sí mismas, pero, si no fuera la madre, seguro que envidiaría su belleza y también su inteligencia, la de su hija, porque, siendo como es la hija superior en todo a la madre, sigue siendo la madre preferida a todas las de su edad, por belleza también y también por inteligencia, sin dejar de lado la ternura y la bondad que la acompaña.
Y no podemos olvidar al otro hijo de su madre, que es su propio hermano, el de Daniela. Por nombre le pusieron Miguel, como el Arcángel, pero todos lo llamamos Nené. Su hermana le lleva la delantera en los mismos años que días tiene una semana. Si lo observamos bien, es ya, a su tierna edad, como el germen de un Sabio Griego, y puede decirse de él lo que Ovidio escribió sobre Adonis (Metamorfosis, X, 523):
Iam iuuenis, iam uir, iam se formosior ipso est.
(Ya joven, ya hombre, ya es más guapo que sí mismo).
Es éste el homenaje que, siendo fiel a la verdad, quiero a hacer a dos mujeres, y a un joven, que se lo merecen y que ocupan un lugar de preferencia en mi alma y en mi corazón.
Antonio Martín Ortiz
PS.: Si queréis entrar en su espacio y saborear lo que escribe, podéis hacerlo pinchando aquí.
18 comentarios:
El otro día, dentro de una de mis atareadas mañanas, me di cuenta de que mi hija ya había traspasado la frontera de la niñez e iba meteóricamente a convertirse en una gran mujer. Este año ha recibido los frutos de su esfuerzo, ha obtenido la Licenciatura en Literatura, ha encontrado un trabajo, que, aunque temporal, es y responde a sus méritos, y además ha encontrado un gran amor que la acompaña y con quien comparte sus logros. Sentí la necesidad de hacerle un buen homenaje a través de las expertas y cultas manos de mi compañero, Antonio. El camino ha sido duro, como el de cualquier madre que batalla a través de todas y cada una de las etapas de una hija, pero, ¡cuán satisfactorio resulta tener la certeza de que su camino empieza ya a dulcificarse!, y lo único que espero es que la vida y el mundo le sonría y apoye.
Ana
Olé por los padres y las madres a los que se les desborda el cariño y la admiración por sus hijos. Olé!
El amor más incondicional es, sin duda, el amor de una madre hacia sus hijos.
Como bien dice mi querida Ana, el camino es duro. Nuestros hijos nacen, no para nosotros, sino para la VIDA, y nuestro mayor empeño es que fructifiquen en la vida y sean grandes seres humanos.
Ana es una bella persona, como Antonio, su compañero y "parte masculina". Y los frutos de Ana, Daniela y Miguel, han sido cuidados por ambos con mimo, respeto, amor, cariño, esfuerzo... como no podía ser de otra forma. Y el resultado es evidente.
Me encanta el texto que ha elegido Antonio para este hermoso homenaje.
Daniela, tan bella como su madre, comienza a recoger también los frutos de sí misma, de su trabajo, de su empeño. El recorrido habrá sido duro, como el de cada uno de nosotros hasta que encontramos el camino que habremos de seguir... pero estoy segura de que siempre ha sentido la mano protectora de quien le dio la vida y el apoyo incondicional de Antonio.
No hay más que pasearse por su espacio para saber de su talento e inteligencia. Y no hay más que mirar sus ojos, en esa entrañable fotografía, para imaginar que ha heredado la belleza interior (la exterior no hay que imaginarla, se ve a simple vista) de Ana.
Te envío, Daniela, todo mi cariño, y te abro mi espacio para que, con toda confianza, como hace Antonio, comentes mis escritos: tienes mucho que enseñarme. Y como madre (somos así, Daniela, qué se le va a hacer) me voy a permitir aconsejarte que SIEMPRE mantengas fuerte el cordón que te une a la tuya, a los tuyos, aunque ese cordón tenga que hacerse muy largo por los avatares de la vida... que siempre puedas recogerlo para sentir su tacto y su calor.
Enhorabuena por tu incorporación al mundo laboral, siempre tan complicado. Que sea el primer paso de tu andadura. Y felicidades, muchas, muchas, por haber encontrado a la persona que va a acompañarte: espero que tu relación sea tan armoniosa como la de tu madre y Antonio.
Y a Ana, y a Antonio por la parte que le corresponde... ¿qué más puedo deciros? Que os agradezco mucho que compartáis con nosotros, con esta sinceridad tan de agradecer en los tiempos que corren, vuestros momentos felices y vuestro orgullo. Porque no es para menos.
Un beso, hoy muy especial y cargado de emociones maternales.
Soledad.
Querido Antonio:
le envío mi felicitación a esta bellísima Daniela, que ama la literatura y que ha luchado con toda su pasión por alcanzar su licenciatura y que ha alcanzado un puesto laboral a su altura.
Tienes una familia maravillosa, unida y generosa. Personas que amáis el arte y visto está la literatura especialmente, por eso probablemente he sentido una atracción grande hacia quienes tienen tanto que decir y sentir.
De manera que mucha suerte para Daniela en su andadura y para todos vosotros que tanto os apoyáis en vuestros dulces e inspirados objetivos.
Un beso para Ana, Daniela, Miguel y otro gigante para ti, de tu admiradora Ἑλένη.
Emotiva entrada la suya, don Antonio, no podía ser de otra manera.
El orgullo de los padres por sus hijos no es otra cosa que esa sana conformidad, esa constatación en ellos de que uno ha hecho las cosas bien, de que el acompañarles desde que vienen a este mundo y necesitan de nuestra mano para sentirse seguros en sus primeros pasos, hasta que deciden volar solos, ha dado los frutos esperados, y que ellos han sabido valorar y aprovechar tanto desvelo, tanto celo, nuestros consejos y nuestras críticas... en definitiva tanto amor a raudales como ponemos los padres en esa parte de nuestras entrañas que se abren paso en este mundo que les ha tocado vivir. Y qué gran suerte y qué felicidad verlos realizados, felices y luchando por ser lo que desean ser.
Felicidades a Daniela, que sin duda es una gran mujer, y felicidades a sus padres que seguro tienen mucho que ver con ello.
Cual Cicerón hacia su amada hija Julia se degrana la admiración hacia la belleza exterior e interior de ésta. Bella Daniela a imagen y semejanza de su madre ama la literatura como hemos visto en ese floreciente blog.
Que los dioses te sean propicios querida Daniela en tu incipiente caminar por el mundo profesional, que tu vida laboral sea fructífera e inspirada como el conocimiento que se respira en tu hogar.
Que la flecha de cupido sea tan dulce como el diosecillo tantas veces procura.
Un fuerte abrazo para toda la familia.
Gracias querido Antonio por hacernos partícipes de instantes hermosos y significativos para todos nosotros.
Amigo Antonio soy padre y sé de que hablas. Tu hija tiene un gran poder: el de la literatura, que le deparará grandes alegrías, y la colmará de grandes enigmas y respuestas, todo un universo de aventuras en el día y en la noche.
Mis mejores deseos de prosperidad y felicidad para tí y toda tu familia.
Un gran saludo!!!
Querido Antonio, perdona mis ausencias en tus entradas, estoy fuera de casa y conecto poco tiempo, aunque te he seguido leyendo.
No puedo dejar de mandarte un beso y mi enhorabuena por esta joya.
Vamos a ver, querida Ana,
¿Qué quieres que te diga, aquí, públicamente, cuando compartimos mesa, mantel y muchas cosas más? Como bien sabes, la satisfacción es mutua porque el esfuerzo ha sido, y es, compartido. Sólo decirte, para que todo el mundo se entere, que la vida contigo es lo más agradable que existe en mi vida, y que el espacio que has creado en casa es tan acogedor que a uno le apetece bien poco salir de casa. Y muchas gracias por ese sillón tan cómodo que has comprado últimamente para que yo me instale delante del ordenador. Eso tiene un riesgo: que me quede clavado junto al ordenador y me olvide de darme un paseo por la cocina. Como bien sabes, yo de decoración entiendo bien poco, pero el mérito que sí me reconozco es el de saber saborear el producto de tu genialidad y tu sensibilidad. A mí me pasa como al que, a pesar de no saber cocinar, sabe comer y saborear los más sabrosos manjares.
Aquí, en público, te dejo un beso y un abrazo cariñosos. En privado, espero y deseo que esto no sea suficiente: me considero un hombre joven y muy lleno de energías.
Otro beso,
Antonio
PS.: A propósito, ¿cuándo vamos de compras para adquirir algún adornito? Es que yo, que estoy tan ocupado, necesito programar mis actividades.
Querida Carmen,
Pues sí, totalmente de acuerdo con lo que tú dices en tu comentario:
¡Olé por los padres y las madres a los que se les desborda el cariño y la admiración por sus hijos!. ¡Olé!
Y yo añado:
¡Y viva la madre que parió a Daniela!, porque el mérito principal siempre es de las madres.
Pues eso, querida Carmen, tú en pocas palabras redactas toda una antología. ¡Bravo por ti también, que tienes un blog lleno de sensatos y acertados consejos y opiniones!
Un beso,
Antonio
Amiga Soledad,
Correspondo al comentario que has hecho a las palabras que yo le dediqué a Daniela. Te lo he dicho muchas veces: cuando coges la pluma para escribir, tus palabras parecen salidas, en cuanto al contenido, de la sensatez y el sentido común más solemnes. Y ¿qué diré en cuanto a la forma? No se te escapa ni un detalle. Estás en todo. Todos salimos bien amparados y bien acogidos por tus sabias palabras. Me he referido en este mismo espacio insistentes veces a la perfección clásica de LAS GEÓRGICAS de Virgilio. Quiero aplicar a lo que tú has escrito esos mismos criterios y los mismos adjetivos. Tu comentario tiene el equilibrio de lo rigurosamente Clásico: la estabilidad y solidez de EL ESCORIAL, la grandeza de la sensibilidad femenina, y, específicamente, la de madre, que es lo más grande que se puede ser en esta vida. Se nota que tu vida está llena de vivencias (valga la redundancia) y de nobles y sólidos sentimientos, sentimientos que compartes con quienes se aproximan a ti. Es, como siempre, una gozada leer lo que tú has escrito, por la armonía de tus palabras y por el equilibrio de tus pensamientos y sentimientos. Sólo me queda, por ahora, desearte que, si alguna Justicia existe en el Cosmos, la Vida te premie con todos los dones que tú te mereces.
Desde mi corazón, te envío un sincero agradecimiento y un abrazo de los auténticos,
Antonio
PS.: En las palabras precedentes he intentado expresarte el común pensamiento de los cuatro miembros de esta familia, los de Ana y míos en primer lugar.
Amiga Elena, Ἑλένη,
Muchas gracias por tu elogioso comentario para los cuatro que formamos esta familia, y, en primer lugar, para Daniela, que era a quien he intentado homenajear. Uno se siente muy satisfecho cuando lee tus palabras y, más todavía, cuando sabe que tus palabras son sinceras y salidas de lo más noble de tu alma, que es muy grande. Si a ello le añadimos tus sólidos conocimientos en Literatura y Lengua y los elogiosos comentarios que has hecho en lo que Daniela escribió en su espacio, ya no hay nada que pedir. Ella se siente muy orgullosa de que una mujer de un nivel tan alto como el tuyo se haya tomado interés en leer lo que ella tiene escrito, y hayas hecho unos comentarios elogiosos a esos escritos. Muchas gracias, de verdad, querida Elena. Tú sabes quedar siempre bien y estás a la altura en todas las circunstancias.
Te hago llegar desde aquí el agradecimiento y la ilusión de Daniela y de todos los que conformamos este hogar, incluida Ana, que está orgullosa de opiniones tan cualificadas como lo son las tuyas.
Recibe un beso gigante, mi querida Elena, Ἑλένη,
Antonio
Amiga El Patio,
Tengo que agradecerte emotivamente las palabras que nos dedicas a todos en tu comentario a nuestro homenaje a Daniela. Se nota que tus palabras están salidas de tu alma y corazón de madre, y es que las madres sois las que tenéis más merecimientos que nadie en este mundo. Tus palabras están llenas de buenos sentimientos y cariñosos adjetivos, acompañados de los mejores deseos para el futuro. Todo eso te lo hago yo extensivo a ti y a quienes tienen la suerte de ser tus seres queridos. De cuando en cuando es bueno salirse de los temas políticos y de las situaciones externas a nosotros, que también nos afectan, y centrarnos en lo que tenemos más cerca, en los seres que, día a día, comparten con nosotros todas las situaciones, las buenas y también las menos buenas.
Te envío un beso y un gran abrazo, unido todo ello a mi más sincero agradecimiento,
Antonio
Amiga Carmen Pascual,
Muchas gracias por las elogiosas palabras y los buenos deseos que manifiestas en tu comentario a mi homenaje a Daniela, palabras que parecen sacadas de un hermoso cuento de hadas, adornado de diosecillos y espíritus buenos y benefactores. ¡Ojalá se cumplan todos tus deseos, que también son los nuestros! Confiemos en que la vida sea agradecida con nosotros y también contigo y todos los que te rodean y te quieren, que deben ser multitud.
Un gran beso y un abrazo,
Antonio
Amigo Dilman,
Muchas gracias por tus elogios hacia DANIELA
Estoy seguro de que tú también estarás orgulloso de tu descendencia y te deseo que tengas en ella el premio a tu inteligencia y tu savoir faire. Hay que creer en que de tal palo, tal astilla, y eso es lo que te deseo a ti y a todos los que te tienen cerca, que deben ser multitud.
Un gran abrazo,
Antonio
Amiga Begoña,
Estupenda y muy exquisita, como todas, la imagen del Pilar de Zaragoza que nos ofreces en tu espacio. En imágenes y fotografía no hay quien te gane. Es siempre un placer visitarte. Gracias por la visita que has hecho a mi espacio y esas palabras elogiosas para
DANIELA
Un gran abrazo,
Antonio
De generoso blog es usted regente. Le felicito.
Amigo Raúl,
Me ha encantado la frase que me atribuye en mi espacio:
De generoso blog es usted regente. Le felicito. Como puede imaginar, o como puedes imaginar, pues eres muy joven todavía, uno hace lo que puede. Me encanta tu blog y que nos acerques a los grandes escritores, como en este caso, nos acercas a Borges. Has escogido un fragmento bellísimo. Yo también te felicito a ti. Sigue por ese buien camino del fruir de la Literatura y triunfarás en la vida y te sentirás realizado.
Un cordial saludo,
Antonio
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