ANTONIO MARTÍN ORTIZ: UNA FRASE LAPIDARIA DE SÓFOCLES: La Fatalidad del Destino
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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jueves, 17 de marzo de 2011

UNA FRASE LAPIDARIA DE SÓFOCLES:
La Fatalidad del Destino

Jean-Auguste-Dominique Ingres.

A ningún mortal que esté aún en espera del último día de su vida llame nadie feliz, hasta que haya traspasado el umbral de la muerte sin caer en desventura alguna.
(Sófocles, Edipo Rey, 1527-9)

(Final absoluto de Edipo Rey)

Texto Griego: Oedipus Tyrannus. A. Dain and P. Mazon, Sophocle, Vol. 2. Paris: Les Belles Lettres, 1958 (Repr. 1968 (1st edn. rev.))

Ὥστε θνητὸν ὄντ’ ἐκείνην τὴν τελευταίαν ἰδεῖν
ἡμέραν ἐπισκοποῦντα μηδέν’ ὀλβίζειν, πρὶν ἂν
τέρμα τοῦ βίου περάσῃ μηδὲν ἀλγεινὸν παθών”

Sófocles (Σοφοκλής)

OIDIPOVS & THE SPHINX
Museum Collection: Musée du Louvre, Paris, France
Catalogue No.: Louvre G417.Beazley Archive No.: 214483
Ware: Attic Red Figure.Shape: Stamnos
Painter: Attributed to the Menelaus Painter.
Date: ca 475 - 425 BC.Period: Classical
SUMMARY: The hero Oidipous in traveller's cloak and cap, ponders the riddle of the Sphinx who sits high on a plinth

OBSERVACIÓN IMPORTANTE:

Mi amigo Don Carlos Hernández, Chacien, es un hombre cabal y de un rigor y unos conocimientos más que exquisitos, como lo demuestra en su propio Blog, en el que comenta las maravillosas tallas en madera de su padre, Don Serapio, otra eminencia, como en los comentarios que tiene a bien hacer en lo que yo escribo.

A propósito de los versos de Sófocles, me recuerda que Eurípides, en Los Heráclidas, dijo después algo tan parecido que es prácticamente lo mismo:

... no envidiar a quien aparenta ser feliz, hasta que uno lo vea muerto. Que efímeras son las vicisitudes de la fortuna (865-6).

Mi forma de agradecérselo es plasmar aquí mismo la cita entera de Eurípides. Muchas, pero que muchas gracias, amigo Carlos. Si la Perfección absoluta, en el sentido de las Ideas de Platón se plasmase en la Realidad, Vd. sería el primer candidato.

Su Destino, el de ahora [el del fuerte y valiente Euristeo, enfrentado en lucha al hijo de Heracles, el viejo Yolao, que ha rejuvenecido milagrosamente, y lo ha vencido, a Euristeo, llevándolo prisionero a Alcmena, que lo amenaza de muerte], anuncia de forma clara a todos los mortales a que aprendan a no envidiar a quien aparenta ser feliz, hasta que uno lo vea muerto. Así son de efímeras las vicisitudes de la Fortuna.
(Euripides, Los Heráclidas, 863-6)

.............................Τῇ δὲ νῦν τύχῃ
βροτοῖς ἅπασι λαμπρὰ κηρύσσει μαθεῖν,
τὸν εὐτυχεῖν δοκοῦντα μὴ ζηλοῦν, πρὶν ἂν
θανόντ’ ἴδῃ τις• ὡς ἐφήμεροι τύχαι.

(Euripides: Heraclidae, 863-6)
G. Murray, Euripidis fabulae, vol. 1. Oxford: Clarendon Press, 1902 (repr. 1966).

Que cada uno juzgue por sí mismo sobre las cualidades de cada cual. Un abrazo, amigo Carlos.
Antonio Martín Ortiz

Como ya viene siendo habitual en este espacio, mi, nuestra, gran e ilustrada amiga, Elena Pascual, Elena Clásica, pone broche de oro a este texto trayéndonos un precioso Soneto de Quevedo que transmite en verso lo que ya los Trágicos habían dicho milenios antes. Muchas gracias, Querida Elena.
Antonio Martín Ortiz

Miré los muros de la patria mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;

vencida de la edad sentí mi espada
y no hallé cosa en que poner mis ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

17 comentarios:

Chacien dijo...

Esta es una frase, amigo Antonio, que adquiere, tal vez, su más dramática significación en el Edipo Rey de Sófocles por el propio contexto de la obra (cuesta imaginar un cambio de fortuna más drástico y cruel), pero sospecho que debía ser un tópico en la antigüedad clásica, pues en Esquilo, en su tragedia "Los Heráclidas", puede leerse expresado de este modo:

... no envidiar a quien aparenta ser feliz, hasta que uno lo vea muerto. Que efímeras son las vicisitudes de la fortuna.

Con todo es una frase digna de figurar en nuestras conciencias como un axioma de los que conviene no olvidar; así como está y dado la vuelta:

"A ningún mortal que esté aún en espera del último día de su vida llame nadie infeliz, hasta que haya traspasado el umbral de la muerte, pues la más auténtica dicha en el último tramo de la existencia puede redimirnos de todos los sufrimientos pasados y dar plenitud y justificación a nuestro ser".

Tal y como lo veo, haciendo uso de la reflexión y aplicándonos a la deducción, yo concluiría que no debemos confiar tanto en nuestra suerte como para no temer la mala fortuna, pero tampoco abandonar nunca la fe y la esperanza en un futuro mejor.

Saludos, Maestro.

María dijo...

Interesante frase, Antonio, gracias por compartirla.

Un beso.

Natàlia Tàrraco dijo...

Amigo Antonio, esta vez nos zambulles en el fatalismo, a merced de los dioses.
Fatalismo que impregnaba la mentalidad griega. Edipo responde a la Esfinge con acierto, pero ignora que Destino ha trazado para él y Tebas un terrible futuro del cual resulta imposible escapar.

Me acojo a las palabras de Marco Aurelio, dicen así, aproximadamente (no estoy segura de la calidad de la traducción):
"Un instante dura la vida del hombre; fluir continuo es su esencia, oscuras sus sensaciones, corruptible su cuerpo, errabunda su alma, imprevisible su destino, azarosa su fama. En una palabra, lo propio de su cuerpo es como el fluir de un rio; lo propio de su alma, sueño y vanidad. Su existencia es un batallar, un viaje por tierras extranjeras. Su gloria póstuma, olvido. ¿Qué le queda, entonces, que lo proteja? Única y exclusivamente la filosofía"
El pensamiento del emperador tiene un matiz pesimista, pero confia en el pensamiento como tabla salvadora, como amigo que acompaña y nos mantiene vivos, con energía y llenos de dudas, activos.

Gracias amigo, siempre me haces meditar y ello es muy conveniente.
Besitos.

Rosa María dijo...

Hola Antonio: Me encanta la foto familiar, y con relación al gran contenido del blog, pasaré con tiempo para empapar mis pulilas y transferir a mis neuronas todo, ya que es altamente interesante.
Me alegro de haberte conocido
Un abraciño,
Rosa María

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Cuánta razón tenía Sófocles! Y, sin embargo, no podemos dejar de sentirnos afortunados en algunos momentos de nuestras vidas, o considerar afortunados a otros. Si hubiéramos de esperar al balance final de la vida, quizá no llegaríamos de valorar cuánto de bueno hemos tenido. Un abrazo, querido amigo.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos Hernández, Chacien,

Muy acertado y muy convincente es su comentario. Vd. demuestra que es un hombre positivo, optimista, pues, al darle la vuelta a los versos de Sófocles, los convierte en un bonito texto, un texto esperanzado. Y es que, con los Clásicos, pasa eso: que dicen lo que dicen, pero, si uno quiere, también puede interpretar lo contrario. Ahí está su grandeza. Bien podría estar en Griego lo que Vd. dice:

"A ningún mortal que esté aún en espera del último día de su vida llame nadie infeliz, hasta que haya traspasado el umbral de la muerte, pues la más auténtica dicha en el último tramo de la existencia puede redimirnos de todos los sufrimientos pasados y dar plenitud y justificación a nuestro ser".

Y ahora una pequeña observación marginal, debida sin duda a un lapsus del texto que ha manejado Vd., porque yo a Vd. lo conozco como un hombre concienzudo y riguroso, y es muy difícil que Vd. cometa un lapsus:

La frase que cita Vd. de Los Heráclidas debe corresponder a la tragedia de Eurípides, no de Esquilo, porque Esquilo no me consta que escribiese una tragedia con ese título

... no envidiar a quien aparenta ser feliz, hasta que uno lo vea muerto. Que efímeras son las vicisitudes de la fortuna.

Si Vd. me da más o menos el verso en el que aparece la frase, o quién y cuándo la pronuncia, podré consultar el texto original.

Le agradezco sinceramente el interés que toma por todo lo que yo escribo y le envío un abrazo de amistad.

Antonio

Unknown dijo...

Querido profesor: esas frases lapidarias que nos traes me hacen reflexionar en ese misterioso reloj que no se detiene y al que debemos estar atentos para que cuando marque su hora, su tiempo y el nuestro, no nos sintamos desprotegidos y lo aceptemos con la felicidad que nos espera.
Tenía alguna consulta que hacerte si no te importa pero preferiría hacerla por correo, fuera del blog. Mi dirección figura en mi blog.

Chacien dijo...

Disculpe el lapsus, amigo Antonio, producto más que nada del apresuramiento con que recogí la cita (la dichosa escasez de tiempo); como bien apunta usted la tragedia es de Eurípides. Debería valerle como referencia el verso 865 de "Los Heráclidas"; quien habla creo que es un servidor de Alcmena. Página 305 del tomo primero de las tragedias de Eurípides en la edición de la Biblioteca Clásica Gredos.

Vaya también un abrazo de amistad por mi parte.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Don Carlos,

Muchas gracias por la referencia que me da Vd. de Los Heráclidas. Como podrá Vd. comprobar, he incluido, en la página principal, tanto la frase que Vd. me cita, como los versos que le preceden y una breve explicación del contexto entre paréntesis. En la frase citada por Vd., he respetado la traducción de la BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, que es buena, como suelen serlo todas las de esa Colección, de donde la ha tomado Vd., pero en el resto, al no disponer yo ahora del libro correspondiente, he hecho mi propia traducción.

Le envío mi agradecimiento sincero y un gran abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga María,

Las gracias te las doy yo a ti por visitarme y dejar plasmadas palabras que me satisfacen de verdad.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Natàlia,

Muy acertado es tu comentario y muy pertinentes las palabras de Marco Aurelio. Claro, es muy diferente el ambiente que se respira en la Tragedia Griega, en el Mito de Edipo, pongamos por caso, del sosiego y la tranquilidad del alma que impregna el pensamiento y la vida de Marco Aurelio.

En la Tragedia, el héroe se enfrenta duramente al Destino, e intenta doblegarlo, cambiarlo, sin saber, en su ceguera, que eso es imposible. Un buen Estoico, como lo fue Marco Aurelio, sabe que el Destino no se puede cambiar, porque todo está predeterminado. En consecuencia, la única solución es aceptarlo tal como viene, sin enfrentarse a él.

Si nos remitimos a los héroes homéricos, el Aquiles de la Iliada podría representar perfectamente la visión Trágica, y el Ulises de la Odisea, la visión más pragmática, y, en definitiva, más asequible.

Siempre son muy interesantes tus reflexiones, Querida Natàlia. Muchas gracias por compartirlas con todos los que tenemos algo que ver con este espacio.

Te envío un gran abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Yo también me alegro mucho, Amiga Ana María, de haber entrado en contacto contigo. Me hace mucha ilusión que te haya gustado especialmente esa fotograqía familiar, que tanto representa para mí, y de la que estoy tan orgulloso.

Ya visité tu espacio y dejé allí mis palabras. Espero que nos conectemos con asiduidad.

Te envío un beso de amistad.

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Isabel Barceló, Isabel Romana,

Comparto totalmente tu opinión de que la Vida vale la pena, y es superior a todo, y de que el Optimismo tiene que estar siempre presente.

Claro, los versos de Sófocles hay que situarlos en su contexto, y, evidentemente, pueden aplicarse a lo que le sucedió a Edipo.

Suele pasar que Auténticas verdades como templos se pueden convertir en Grandes desaciertos, si se sacan de contexto.

Te envío un gran abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Rafael Mulero Valenzuela,

Muchas gracias por sus palabras y la fórmula que tiene para dirigirse a mí. Teniendo en cuenta que nuestras vidas tienen mucho en común, por la trayectoria vital de ambos, me siento algo incómodo si Vd. me trata de Profesor suyo.

Tenga Vd. en cuenta que Vd. y yo estamos en un plano de igualdad, sin que a mí se me ocurra en ningún momento sentirme superior a Vd. en nada.

Ya le he enviado un correo electrónico para que me plantee la cuestión que crea conveniente. Será Vd. debidamente atendido, y de forma privada, por correo electrónico.

Reciba toda mi admiración, mis respetos, y un gran abrazo solidario.

Antonio

elena clásica dijo...

Mi querido Antonio:

Tal es, como apuntan Sófocles y Eurípides la inconsistencia de la felicidad y de todas las circunstancias que rodean al hombre.
Terribles los avatares que nos acechan, o hermosos y mágicos, a pesar de ello ¿cuánto duran unos y otros?

Cuán grato es pasar desapercibido a los ojos de los dioses, deseaba un personaje de "Dido, Reina de Cartago", la extraordinaria novela de nuestra querida Isabel Romana.
Así es la la rueda de la Fortuna que nos transporta a mundos elevados y nos arrastra por los más mezquinos.

¡Ah, dioses! ¿Qué nos queda?
Bonita cita la que aporta nuestra querida Natàlia Tàrraco de Marco Aurelio: la filosofía, nuestra rectitud moral intuyo, nuestro pensamiento una tabla salvadora.

El pensamiento sobre la brevedad de la vida, "vanitas vanitatis" me lleva a pensar en Quevedo:


"Miré los muros de la patria mía
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que amancillada
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;

vencida de la edad sentí mi espada
y no hallé cosa en que poner mis ojos
que no fuese recuerdo de la muerte."

La propia envidia debe recordar que el objeto de su vicio es hombre al fin, sometido a los vaivenes del sufrimiento y del olvido.

Así pues, la lapidaria sentencia de Sófocles es apasionante, pues nos sitúa a todos en las cuerdas inestables y caducas que nos sujetan a la vida.

Menuda entrada. Filosofía y literatura unidas en las intensas palabras de los trágicos.

Un abrazo gigante, sonriendo a plena luz, y aun conociendo los delirios punzantes que nos rodean, mi queridísimo y admirado Antonio, de tu admiradora Ἑλένη.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga del alma, Elena Pascual, Elena Clásica, Φίλη Ἑλένη, Querida Elena,

Como siempre, tu comentario apostilla y pone broche de oro a lo escrito en este espacio. Siempre tienes, a punto y dispuesta, la referencia de otros que, de forma también solemne y precisa, vinieron a decir más o menos lo mismo. En este caso nos has traído a Quevedo, y, como podrás comprobar, he colocado su Soneto en primera página.

Muchísimas gracias, Querida Elena, por tu afecto, tu simpatía y empatía, tu grandeza, tu amistad, y tu elegancia.

Te envío un beso, también gigante.

Antonio

elena clásica dijo...

Mi queridísimo Antonio:

Gracias a ti por tu generosidad y tus preciosas palabras.
Las entradas de este blog son las que dan pie a la llegada de los grandes de la Literatura, de la Filosofía, de la Historia.

Aquí llegan pues no se pueden sustraer al encanto de tu sapiencia, tu sentido del humor, de tu invitación constante a gozar de la amistad. A las pinturas, esculturas que se pasean con la comodidad de encontrarse en su casa.

Es un lujo, un privilegio para mí ser recibida con tanta amabilidad y tanto cariño. La habitación de huéspedes siempre está disponible en este espacio clásico.

Gracias de corazón y mi abrazo gigante, querido amigo.