Tu ausencia es presencia,
tu presencia nunca es ausencia.
Tú siempre estás, aunque no estés:
estás en mi pensamiento.
Esperante estaba tu semblante:
relajación de los músculos.
¿Qué digo?
Lo tuyo no son músculos,
son turgencias suaves,
que incitan a la vida,
al tacto y al contacto,
a la caricia y al cariño.
Pies que son lindos,
porque forman parte
de un todo:
un cuerpo armonioso.
Conmixión de las piernas:
calor pasional, apasionado,
dulzura de tacto y contacto,
contacto íntimo,
porque apunta al interior,
al interior de la vida,
a la vida húmeda:
porque hay emanaciones,
que se palpan,
que son respuesta,
al placer,
que no es descriptible,
porque sólo es vivencia:
vivencia del Infinito.
Placer de vivir,
de vivencia única,
inolvidable, cósmica,
sensual, tierna.
Quedaron sin explorar
lugares recónditos,
formas exuberantes,
turgencias emergentes,
senos transparentes,
manantiales de vida,
labios que se insinúan,
labios que llaman,
que incitan y provocan,
que invocan,
al deseo, al beso,
al fundirse en humedad,
humedad rica y compartida.
Descanso para las sinuosidades
que forman tus senos
y las concavidades húmedas,
-húmedas de placer-
que bordea tu bosquecillo,
bosquecillo poblado
de tiernos arbolitos,
que adornan
la fuente de la vida.
Es parte
de las sensaciones percibidas
en un momento eterno.
Autor del texto y copyright: Antonio Martín Ortiz
Mi amiga Claudia AB, en su comentario profundo, nos recuerda el precioso poema de Pablo Neruda, escrito en 1924.
Como no podía ser de otra forma, aquí lo dejo, en lugar de preferencia, como colofón, corolario, y broche de oro a lo que yo escribí.
Antonio
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
Pablo Neruda, 1924
16 comentarios:
Veo este poema, amigo Antonio, y no puedo dejar de reconocer su sello personal, muy en la línea de algo a lo que ya nos tiene bastante acostumbrados en otras muestras de su faceta creativa: cierto aire de sencillez, franqueza y naturalidad con que nos desvela su innegable pasión por el sexo, o ese entusiasmo fisiológico por la mujer en lo que tiene de carnal y atrayente, o su fascinación y embeleso ante el cuerpo de la mujer como manifestación de sensualidad y erotismo. Desde luego, lo suyo es muy fuerte.
Por otro lado, una cosa ha llamado mi atención: un término me ha dejado algo perplejo por su extrañeza y por parecerme un poco fuera de tono, un tanto ajeno el clima general de la composición, de gran llaneza en el resto del vocabulario utilizado. Me estoy refiriendo al término "conmixión", que no he hallado en ningún diccionario, sólo "conmixtión" con el significado de "mezcla de cosas diversas", el cual no me cuadra demasiado o, si acaso, cogido por los pelos, en el contexto que usted lo utiliza. ¿Se trata de una errata, de un neologismo basado en alguna etimología en particular? También he visto "conmixtión" como término litúrgico relacionado con la consagración, pero claro, esto aún me parecería aún más fuera de contexto... ¿Tendría la amabilidad de aclararme y aclarar al resto de lectores que así lo precisen el por qué del uso de dicho término?
Cordiales saludos (no le doy un fuerte abrazo, dadas las circunstancias, no vaya a ser que con tanto entusiasmo...).
Amigo Don Carlos Hernández, Chacien,
Muchas gracias por su comentario, que en su momento recibirá un análisis más meditado y congruente. Paso ahora a resolverle la duda que le apremia.
Cuando digo:
Conmixión de las piernas:
soy consciente de que he utilizado una palabra que no existe en nuestra Lengua Castellana. En realidad es un neologismo, bien consciente, que procede del verbo latino
conmisceo (commisceo)-es-ere-conmiscui (commiscui)-conmixtum(commistum) / conmistum (commistum): mezclar, unir, confundir con
Entonces, está claro que cuando digo conmixión de las piernas, me estoy refiriendo al punto donde las piernas se unen, por arriba, y se confunden. Me pareció una forma no excesivamente atrevida de referirme a las pudenda muliebria (las partes pudendas femeninas).
Claro, hay que entender que ello es consecuencia de mi obsesión por el Latín, Lengua que no todo el mundo tiene por qué conocer.
Le envío un gran abrazo,
Antonio
Amigo Don Carlos Hernández, Chacien,
A veces se cree uno que ha descubierto algo, y luego resulta que ya hubo otros que se le adelantaron.
Lea Vd. mismo lo que acabo de encontrar:
7.- Modos de adquisición del derecho de gentes. Tradición, ocupación, accesión, especificación, confusión o conmixión, prescriptio “longi temporis”. Pérdida de la propiedad.
Supongo que al autor del texto en cuestión le habrá pasado lo mismo que a mí: como resultado de su vivencia con los temas Romanos, el subconsciente le ha puesto encima de la mesa algo que puede ser perfectamente Romano, haciendo que use una palabra que, aunque no esté en los diccionarios, es rigurosamente legítima, porque es concorde con las normas y formas de evolución de la Lengua Latina.
Por si lo quiere Vd. consultar, el texto en cuestión está en la página 26 de:
DERECHO ROMANO
MODULO Nº 2
CARRERA: ABOGACIA
PROFESOR:
Dr. JORGE SOSA VALLEJO
SALTA
Le envío un gran abrazo,
Antonio
Desde el norte más al norte, Ortegal, donde se unen, entran en "conmixión" húmeda dos océanos, lugar lúdico, telúrico, cónclave de paganas sirenas nórdicas que no aves, pececillas escamosas, tritones marineros, percebeiros musculosos y atrevidos escaladores, todo anegado y preso en algas rojizas, llegándome el eco de Odín más que de Poseidón, ante mis ojos el celta musgo, el carvallo orgulloso, los líquenes, los helechos y las grabadas piedras junto a los castros, te saludo amigo Antonio.
Santa Compaña, Meigas, a lua y la brisa yodada adormecen mis cansados sentidos y me calmo y me aparto, sin embargo, no del todo, porque a tus letras acudo siempre convocada por gusto, muy gustosa.
Perdona mi evocación fuera de tu asunto, pero es que ante mis pupilas, ahora veo ese horizonte verde y azul, gris, y xove y no puedo evitarlo.
Además esta vez en tus letras siento un dulce, intenso, tíbio, curvo, suave, mojado, boscoso peregrinar en la piel femenina sin prisas,pulgada a pulgada, con oficio de amante incansable y curioso. Dulcísimo y a la vez salado homenaje que rindes a Eros y a Venus !Afrodita!, al amor que esta vez rastrea el cuerpo de mujer, siendo tú hombre, pero que podría, al revés, explorar el tendón, la clavícula, la cadera, el masculino ombligo, muslos, nalgas, en mi caso. Nada existe más bello que el humano cuerpo, al punto que los inventados dioses y diosas quisieron copiarlo.
Bellísimo viaje he emprendido merced a tus palabras, a la postre, acabo de viajar también de punta a punta geográficamente, que también en el paisaje existe algo de sensualidad si se quiere.
Las imágenes, Antonio, me remiten a muestras exquisitas de la mujer, aquellas que suele regalarnos una común amiga a la que añoro siempre.
!Salve!, contemplo un prado de verde cabellera mecido por fragancias salobres, hasta ahora.
Amigo Carlos Hernández, Chacien,
Contesto a lo que Vd. menciona en su comentario, sobre mi pasión por la belleza del cuerpo femenino. Es cierto: el cuerpo femenino es el exponente máximo, por lo menos para mí, de la armonía de la Naturaleza. Si a ello unimos que el sexo, el heterosexual, es la culminación del Amor, ya lo tenemos todo. Creo que es un sentimiento y una sensación de lo más noble que se pueda uno imaginar.
Leí hace tiempo una frase de un escritor Griego tardío: no hay nada más agradable a la vista que la visión de una mujer bella.
Ya he dado las explicaciones correspondientes a conmixión. Vayamos ahora a por el término conmixtión que Vd. cita. Tengo que decirle que ambas palabras tienen la misma etimología, la que ya he dado para conmixión, con la diferencia de que la palabra de la que procede conmixtión está documentada en Latín:
Commixtionem (commixtio-commixtionis): mezcla. De la misma familia es commixtim : mezclándolo todo, adverbio que es utilizado por la Vulgata (Paralipomenon, 2, 35, 8).
Creo que, con lo dicho, he satisfecho su curiosidad enteramente. La manifiesto mi agradecimiento más que sincero y le envío un abrazo de amistad.
Antonio
Querida Natàlia,
Tienes que saber que tu comentario, desenfadado y lleno de la brisa del Mar, o del Océano, con resonancias mitológicas, me ha encantado de veras. Estás, en él, como manifestándote, volátil y marina, ante las emociones del mar infecundo, que, con tu presencia, se vuelve fértil, por mucho que Homero nos recuerde a cada momento la característica esa del mar.
Efectivamente esas imágenes femeninas las he tomado de un pintor búlgaro, al que conocí a través de nuestra común y Querida amiga Elena Pascual, Elena Clásica. Se trata de Angel Peychinov, un búlgaro que yo no conocía previamente.
Te agradezco la emoción y el desenfado que pones en lo que escribes, que es contagioso, de forma que tus emociones han conseguido traspasar mi piel y me han calado hondo: bien podrías ser tú –permíteme el atrevimiento- esa CÁNDIDA, que es la homenajeada en el texto y que, como puedes imaginarte, no es que se llame así, sino que ese pseudónimo refleja la Candidez y la transparencia de su forma de ser, y de sus encantos todos.
Bueno, Querida Natàlia, que sigas disfrutando de las vacaciones, de tus vacaciones, en esa Cruzada, que estás ahora realizando por esos mares, que bien podrían ser los que rodean y envuelven las Islas Afortunadas.
Te envío un abrazo marinero y marino,
Antonio
Gracias amigo por tu comentario en mi blog sobre el nebuloso tema.
Mar vinosa, donde el sol se pone, peligrosa, mar, sin embargo fecunda y preñada de vida. Mar de Odiseo para viajarse topándose con la aventura, al cabo la vida.Ya sabes, importa más el viaje que llegar a Ítaca, para más dolor de Penélope.
Tienes razón, estoy ante la galega mar como absorta y fascinada, me impregna esta mágia celta, sin abandonar la mediterránea cruzada. Hay que navegar siempre, de forma real o con la imaginación.
Nadadora soy y no le temo a la lluvia láctea de Zeus, ni a las nubes que derraman su divina esperma, no me llamo Danae, y si así fuera mi hijo Perseo voló muy alto, por encima de las nubes, cerca de su padre con el alado Pegaso. Volar o soñar, de vez en cuando ¿por qué no?
Un placer siempre recibir tus agudísimos comentarios, nos vemos por estos lares o en mi casa bloguera, besito yodado.
!Ah! si me apodas CÁNDIDA, ingenua, alba como túnica o toga nueva, lo mismo que luna llena, me llenas de alegría,me llenas de piropos y en tu honor suelto palomas blancas arruladoras.
Amiga Natàlia,
Muchas gracias por tu efusivo comentario. Se nota que estás impregnada de mar, de mar salado, y que el mar está preñado de fecundas ideas e impresiones. Ya veo que estás nadando entre Felicidad y Nostalgia de tu Andorra querida. Siempre es un placer leer tus sinceros comentarios. Puedes estar segura de ello.
Y ahora una pequeña observación:
Cuando escribes:
me impregna esta mágia celta,
estás añorando tu tierra Andorrana, es decir, Catalana, porque en Catalán es màgia, pero en Castellano es magia.
Resulta que no me puedo desprender de mi prolongada Vida de Profesor de Lengua.
Te envío unos besos alados y un abrazo salado.
Antonio
Lo primero, disculpe la tardanza en añadir algo a lo ya dicho: es que hasta hoy no había leído sus respuestas, en este caso bastante exhaustivas, porque pensaba que estaba suscrito (como viene siendo habitual cada vez que soy interviniente) a los comentarios de esta entrada. Un poco extrañado por no recibir nada en el lector de feeds me he pasado por aquí y me he encontrado los nuevos comentarios.
Después de leídas sus explicaciones convenientemente, amigo Antonio, comprendo los motivos por los que ha utilizado el término "conmixión" y no puedo menos que declarar mi absoluto respeto ante una decisión tomada con pleno conocimiento y haciendo uso de su libertad como autor. De este modo, el primer motivo de mi perplejidad ha quedado completamente resuelto (y mi curiosidad satisfecha); no tanto el segundo motivo que era, como recordará, la extrañeza por el uso de un término que yo calificaría de "hiperculto" en un contexto con un vocabulario que desborda llaneza y sencillez; pero esto es una cuestión de estilo, cuando no de gusto, y ahí ya no puedo yo meterme ni pasar de la mera manifestación de dicha extrañeza.
Algo inquieto me tenía, asimismo, la dedicatoria original a una tal Cándida, y había llegado a preguntarme de qué modo podría afectar a la armonía con su pareja un homenaje tan explícito y un recorrido tan intenso e integral por la anatomía de la dedicataria, suponiendo a su esposa, Ana, muy al corriente de todo lo que publica; pero ya está deshecho el equívoco con el posterior añadido.
Por otro lado, hace bien en puntualizar que el cuerpo femenino es el exponente máximo de la armonía de la Naturaleza, al menos para usted, porque mucho me temo que si pudiéramos plantearle la misma pregunta al macho del chimpancé o del caballo o del lagarto, etc., y ellos pudieran articular una respuesta inteligible (aunque fuera sin palabras) está sería, sin lugar a dudas, que su hembra respectiva era, para cada uno, el máximo exponente de la armonía en la naturaleza, porque si no hubiera atracción entre los diferentes sexos difícilmente se podría garantizar la supervivencia de ninguna especie.
Tal vez sólo a los humanos, a algunos humanos, nos sería posible afinar un poco más en la definición de lo que consideramos más bello en el amor, y, así, atrevernos a parafrasear la frase del escritor griego citado por usted y transformarla de este modo:
"no hay nada más agradable a la vista que la visión del amor (cuando es correspondido) en los ojos de una mujer bella (cualquier mujer a la que uno ama es bella, al menos para él), cuando algo, como un resplandor, ilumina su semblante y es, asimismo, expresión inefable del amor.
A lo que yo añadiría que, si el sexo es la culminación del amor, tal vez marque el inicio de su declive, y que yo sí me imagino un sentimiento y una sensación si no más nobles, más elevados: la constatación del amor correspondido en la imagen ilusionada y radiante de una mujer que experimenta auténtico amor.
Disculpe por la extensión de este comentario: espero que a mi tardanza no se una la circunstancia de llegar a cansarle.
Un abrazo.
Jajaja, "touche" mi querido profesor.
Llevas razón como siempre, no añoro la MAGIA andorrana, nací en capital Condal y ahora me ahogo un poco entre excesivos montes.
A cada cual su oficio, no podemos evitarlo magister. Se me nota que soy de artes por lo machacona en el tema, tampoco puedo olvidar mis clases y la estética me atonta el cerebro.
Sense adonar-me quan escric en castellà, em salten accents com sardinetes vives a la mar. Gràcies amic meu per corretgir els meus errors, de tot cor.
Gràcies per les teves amables paraules sobre els meus escrits. Petons molts.
Me sumo a tú cándido y apasionado poema: "OMNIA VINCIT AMOR ET NOS CEDAMVS AMORI..." Llevas razón bucólico Virgilio ¿o fue San Agustín o fueron ambos?
Muchas gracias, amiga Natàlia, por su calurosas palabras, siempre emotivas y elogiosas, porque te salen del corazón.
Efectivamente, el verso
Omnia uincit Amor: et nos cedamus Amori.
[Todo lo vence el Amor, y nosotros, cedamos al Amor].
Es de Virgilio (Bucólica, X, 69)
aunque también San Agustín dijo después algo semejante, algo así como:
Ama y haz lo que quieras.
Para el tema de San Agustín habría que preguntarle a nuestro común amigo Don Carlos Hernández, Chacien, que es el que mejor lo conoce y que buenos comentarios ha hecho sobre este texto mío, como ya es su costumbre.
Te envío un abrazo, amiga Natàlia
Antonio
Amigo Don Carlos Hernández,
Ya el presocrático Jenófanes de Colofón afirmaba que todos los seres vivientes que puedan tener dioses los han conformado a su imagen y semejanza, y, si los caballos tienen dioses, éstos tienen que sustentarse en forma de caballo, lo mismo que los etíopes (los negros), si tienen dioses, éstos por necesidad tendrán color negro.
Dicho esto, el propio Jenófanes podría suscribir la frase que Vd. cita:
Por otro lado, hace bien en puntualizar que “el cuerpo femenino es el exponente máximo de la armonía de la Naturaleza”, al menos para usted, porque mucho me temo que, si pudiéramos plantearle la misma pregunta al macho del chimpancé o del caballo o del lagarto, etc., y ellos pudieran articular una respuesta inteligible (aunque fuera sin palabras), está sería, sin lugar a dudas, que su hembra respectiva era, para cada uno, el máximo exponente de la armonía en la naturaleza, porque, si no hubiera atracción entre los diferentes sexos, difícilmente se podría garantizar la supervivencia de ninguna especie..
De forma semejante, le transmito que yo suscribo y estoy totalmente de acuerdo con la frase que Vd. ha escrito:
No hay nada más agradable a la vista que la visión del amor (cuando es correspondido) en los ojos de una mujer bella (cualquier mujer a la que uno ama es bella, al menos para él), cuando algo, como un resplandor, ilumina su semblante y es, asimismo, expresión inefable del amor.
Le transmito mi profunda admiración por sus sesudos comentarios y por la sensatez y cordialidad que demuestran.
Le envío un abrazo,
Antonio
Es extraño el mundo de internet, cómo no se puede leer todo lo que se publica, es cosa de asar el leer un texto un determinado día.
Quede muy sorprendida al descubrir este nuevo registro. Otro matiz.
Hay ciertas frases que son fotografiás, otras poemas o pinturas...a partir de ahí, se instala una sensación, sensación subjetiva por supuesto.
Ciertos poemas de Pablo Neruda son tremendamente sensuales, me atrevería a decir que hasta los puntos tienen un no sé que de erótico.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
No resistí el placer de publicar el poema N°1..
Aprecio mucho la lectura de los comentarios, son a veces más ricos o tan ricos como el artículo publicado.
Contenta de haber pasado.
Un saludo cariñoso!
Amiga Claudia AB,
Te dejo aquí, en contestación a tu comentario, el que te he dejado en tu página, a propósito de tu poema ALGO, porque entiendo que ambos escritos tienen mucha relación "inter se".
Hace días que estoy leyendo este poema y, por fin, mis ideas se aclaran lo suficiente para hacer un comentario con pretensiones de que diga ALGO que pueda ser interesante.
ALGO está pasando entre esos dos cuerpos que se juntan, que se mezclan, que se acariciAn, que se crean y recrean, al modo del Ovidiano Pigmalión (Metamorfosis, X), en el que el amor que siente el artista por la estatua hace que ésta tome vida y se convierta a su vez en un ser viviente.
Es tu poema un esbozo de lo que pueden ser los preliminares en un acto erótico o amoroso, con la contundencia esa de que, cuando uno tiene algo que decir, lo dice siempre, aunque sea, y deba ser, con breves palabras, con la mención sola de ALGO que nos insinúa y nos anticipa lo que será el TODO.
Precioso y diáfano pema el tuyo, Querida Claudia.
Muchas gracias por el comentario tan profundo y tan apropiado que has dejado en mi espacio. Como no puede ser de otra forma, trasladaré el poema de Pablo Neruda a la página principal.
Te envío un gran abrazo, abrazo de cariño que se insinúa.
Antonio
Buenas noches:
éste es otro blog que añado a mi blog de enlaces de latín, griego y lenguas romance.
Si alguien tiene un blog de alguno de dichos idiomas, me gustaría que dejara el enlace en mi blog.
Antonio Realmente es una joya
Saludos desde
Abstracción textos y Reflexión.
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