Artist: Jaspar de Isaac
Location: Bibliothèque Nationale, Paris, France
Medium:Oil Painting Reproduction on Canvas
Poeta Latino, Publio Ovidio Nasón (43 aC.-17 dC.), nació en Sulmona, en Italia Central, de una familia acomodada de rango ecuestre, a la que incomodaba la afición de su hijo hacia la poesía. Siendo muy joven, fue enviado a Roma para estudiar; tuvo como maestros de elocuencia a los gramáticos más afamados de su tiempo: Arelio Fusco y Porcio Latrón. Luego viajó a Atenas, a Asia Menor y a Sicilia. A su regreso a Roma, se introdujo en ambientes intelectuales, pero fuera de los círculos de Mesala y Mecenas. Desempeñó diversos cargos públicos, pero finalmente rechazó la política para dedicarse plenamente a la poesía, en la que vertió su vasta cultura y erudición. Tenía una gran facilidad para componer poesía y alcanzó un inmenso éxito. Su vida personal y poética está partida por su lamentable condena al destierro. En el año 8 aC. fue objeto de una acusación, aún no aclarada: Augusto lo envió a Tomis (en la costa occidental del Mar Negro, en la Dacia), y tuvo que abandonar para siempre la familia que había formado, su círculo de amistades y la fama y el éxito que ya conocía como poeta.
El Contra Ibis
El In Ibin de Ovidio es una obra singular: son 644 versos hexámetros dirigidos desde el destierro a un enemigo de Ovidio, cuya identidad desconocemos, bajo el pseudónimo de Ibis, la repugnante ave egipcia, aunque los filólogos han apuntado a diferentes destinatarios, sin excluir al propio Augusto, que fue el que dio la orden de destierro. Es la más densa acumulación de imprecaciones y maldiciones contra alguien que uno pueda imaginarse. Ovidio, que era una persona alegre y bien intencionada, da curso libre a su vena mortífera y venenosa en este escrito, y da rienda suelta a sus instintos vengativos contra alguien al que considera responsable de su destierro. Más abajo les dejo un fragmento, para que Vds. puedan juzgar. Tengo que advertir que ninguna traducción es mía, porque no me pareció sensato hacer lo que otros ya hicieron, y lo hicieron bien.
Cierto aura de misterio envuelve al Ibis de Ovidio, pues
muchos son los enigmas que aún hoy plantea la obra y que resulta difícil
desligar de la propia personalidad del poeta y de las adversas circunstancias personales
en las que se encontraba en el momento de su composición. Así, cuestiones como
la identidad del destinatario -en el supuesto de que éste sea real, lo que a su
vez constituye un nuevo dilema para la crítica-, la datación de la obra, la
razón del exilio de Ovidio, etc., vienen siendo objeto de estudio desde la
Antigüedad y han hecho correr ríos de tinta sin que hasta la fecha se haya
alcanzado unanimidad al respecto…
En definitiva, todo lo que sabemos de Ibis se reduce a lo que
Ovidio nos muestra de él. A nuestro parecer, puede decirse que crea un personaje
a medida de sus necesidades, de tal forma que pueda ser el pretexto para dar un
enfoque nuevo a su reiterada queja ante lo injusto de su situación. Por medio
de una breve introducción o proemio nos pone en antecedentes sobre sus razones
para vituperar tan cruelmente al ignoto enemigo, pero éste no será presentado
hasta el v. 29, si bien ya en el 7 hay una ligera alusión a él. Tal vez, con
este retraso intencionado, busca Ovidio dar realce al personaje, reclamado por
la curiosidad del lector ante las menciones previas que indirectamente hacen
referencia al mismo. Evidentemente su sobrenombre está adelantando de alguna
manera su reprobable actuación, con lo que, teniendo en cuenta que su
significación determina el carácter de su portador, podemos concluir que nos
encontramos ante un αἴτιον [aition: motivo, origen] de tipo etimológico. Sabemos, en efecto, que el ibis
era un ave sagrada egipcia conocida por la costumbre -que, entre otros, relata
Ovidio- de clisterizarse con su propio pico. De ahí que tal vez tanto Ovidio
como Calímaco hayan tomado el nombre como símbolo de inmundicia moral, del
comportamiento reprobable de una persona que se aprovecha de las desgracias
ajenas.
http://interclassica.um.es/index.php/interclassica/investigacion/monografias/el_i_ibis_i_de_ovidio_introduccion_traduccion_y_notas/ii_introduccion
Ahora, del modo en que el Batíada (1) maldice a su enemigo
Ibis, de igual forma yo te maldigo a ti y a los tuyos y, como aquél, envolveré
mis versos en enigmáticas historias, aunque yo no acostumbro a utilizar este
género. Se dirá que he imitado los rodeos de aquél en el Ibis, habiéndome olvidado
de mis costumbres y parecer. Y, puesto que aún no he revelado a quienes me
preguntan quién eres, recibe en tanto también tú el nombre de Ibis (2).
(Ovidio, Contra Ibis, 55-62)
…………………………………………………
Origen de la imagen
No hay dilación en mí: como un sacerdote, ejecutaré los
calculados votos. Todos los que acudáis a mis ceremonias, secundadme con
vuestra voz; todos los que acudáis a mis ceremonias, pronunciad luctuosas palabras,
y, con las mejillas humedecidas por el llanto, aproximaos a Ibis, y con malos
augurios y pie izquierdo (3), acudid, y
que negras vestiduras cubran vuestros cuerpos.
Tú también, ¿por qué vacilas en
coger los fúnebres adornos? Ya está en pie, como tú mismo contemplas, el ara de
tu funeral. Para ti ha sido dispuesto el cortejo; lejos de mis funestos ruegos
la demora. Ofrece tu cerviz a mi cuchillo, víctima maldita. Niéguete la tierra
sus frutos, niéguete el río sus aguas, te niegue sus soplos el viento y los
suyos la brisa. Ni el Sol sea para ti resplandeciente ni Febe luminosa y las
brillantes estrellas falten a tus ojos. Ni Vulcano ni el Éter se te ofrezcan,
ni te concedan la tierra ni el mar un camino (4). Vaga desterrado sin recursos,
y recorre umbrales ajenos y pide con temblorosa boca una pizca de alimento. Que
ni tu cuerpo ni tu alma enferma estén privados de quejumbroso dolor, y la noche
te sea más penosa que el día, y el día más que la noche.
Que seas desgraciado
siempre y no seas digno de compasión para nadie: que mujeres y hombres se alegren
de tus adversidades. Que se una a tus lágrimas el odio y que tú, aunque hayas
soportado muchas desgracias, seas juzgado digno de soportar aún más, y esté
-cosa extraña- desprovista de la acostumbrada conmiseración la visión repulsiva
de tu suerte, y que no te falte el motivo, que te falte la facultad de morir: que tu
vida forzosa ponga en fuga a una muerte deseada, y los miembros lacerados
abandone tu aliento tras haber luchado durante largo tiempo, y con prolongada
agonía te atormente antes. Así sucederá. El propio Febo me acaba de confiar los
designios del futuro, y desde la izquierda (5) ha volado un ave de mal agüero. En
verdad, yo tengo la certeza de que ha de conmover a los dioses supremos lo que
les pido con votos, y me aumentaré siempre, desleal, con la esperanza de tu
muerte.
(Ovidio, Contra Ibis,95-130)
Notas
1 Primera mención a Calímaco, hijo de Bato, y con él a su obra,
homónima de la de Ovidio.
2. El hecho de que Ovidio dé a su enemigo el nombre de Ibis -ave que
estaba consagrada al dios Toth-Hermes en Hermópolis (cf. Plat. Phaedr. 274c y Herodot.
1167)-, así como su exposición programática, ha hecho pensar a algunos estudiosos que se
pudiera tratar de una simple traducción latina de la obra del de Cirene, hipótesis que
yo descarto por falta de fundamentos.
3. Bien sabido es que se creía que traía mala suerte el cruzar un
umbral o iniciar el paso con este pie, creencia que perdura en nuestros días.
4. En esta alusión a las fatigas por tierra y mar, que encontramos ya
en Od. I 3, podemos vislumbrar uno de los rasgos típicos de la épica. Por otra parte la
prohibición de disfrutar bienes comunes tiene paralelos en el episodio de Latona y los licios
relatado por Ovidio en Met. VI 314 ss. y muy especialmente en los vv. 350-354.
5. El lado izquierdo o siniestro era tenido como de mal agüero, como
vemos en el célebre episodio de Rómulo y Remo.
El Ibis de Ovidio. Introducción, traducción y
notas
Autor:
|
Rosario Guarino Ortega
|
|
Servicio de Publicaciones. Universidad de Murcia
|
ISBN:
|
84-8371-145-1
|
|
Aujourd'hui,
pareil au fis de Battus qui maudit son ennemi Ibis, je te maudis aussi, toi et
les tiens. Comme lui, et malgré mon inexpérience de cette manière d'écrire, j'envelopperai mes vers de fables obscures; on dira [60] qu'oubliant
mes allures et mon oût habituels, j'ai imité les détours dont il use dans son
Ibis; et, puisque je ne révèle pas encore ton nom à ceux qui voudraient
l'apprendre, reçois, en attendant, celui d'Ibis.
(Ovide: Contre Ibis, 55-62)
...................................................................................
Je maudis
donc celui que ma pensée désigne sous le nom d'Ibis, et qui sait bien avoir
mérité cette exécration. Hâtons-nous; prêtre, je prononcerai des voeux qui
seront exaucés. Vous tous, témoins de ce sacrifice, secondez-moi; vous tous,
témoins de ce sacrifice, faites entendre de lugubres paroles. [100]
Approchez-vous d'Ibis le visage arrosé de larmes; accourez, en avançant
d'abord le pied gauche, et, sous de lugubres auspices, soyez couverts de
vêtements noirs.
Et toi,
Ibis, pourquoi hésiter à ceindre les fatales bandelettes? Ne vois-tu pas,
dressé devant toi, l'autel funèbre? La cérémonie est prête; l'expiation ne
souffre plus de retard: victime dévouée, tends la gorge au couteau! Que la
terre te refuse ses moissons, et les fleuves leurs eaux; que le vent te refuse
son souffle, et la brise son haleine; que le soleil soit pour toi sans
lumière, et la lune sans clarté; [110] que les astres soient voilés à tes yeux; que le feu, que l'air manquent à tes besoins; que toute voie te soit fermée
sur terre et sur mer; qu'exilé, pauvre et vagabond, tu visites le seuil de
l'étranger, mendiant, d'une bouche tremblante, un peu de nourriture; que la
douleur plaintive assiège sans cesse ton corps et ton âme, épuisée par la
souffrance; que la nuit te soit plus affreuse que le jour, et le jour que la
nuit!
Sois toujours malheureux et toujours privé de la pitié d'autrui; que
tous, hommes et femmes, se réjouissent de ton infortune; que leur haine ajoute
à tes larmes, [120] et que plus tu auras souffert, plus tu sembles digne de
souffrir encore; que l'aspect odieux de ta misère n'excite pas l'intérêt qu'on
porte toujours au malheur; que mille raisons te fassent désirer la mort, sans
que tu puisses la rencontrer jamais; et que cette vie, qui te sera imposée,
échappe sans cesse à sa destruction; qu'enfin le souffle n'abandonne ton corps
épuisé qu'après une lente agonie, qu'après une longue et pénible lutte! [130]
et toujours je me nourrirai, perfide, de l'espoir de ta mort.
(Ovide, Contre
Ibis, 95-130)
UCL | FLTR | Itinera
Electronica | Bibliotheca Classica Selecta (BCS) |
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Schumacher
OVIDE, OEUVRES COMPLÈTES,
AVEC LA TRADUCTION EN FRANÇAIS,
PUBLIÉES SOUS LA DIRECTION DE M.
NISARD,
MAÎTRE DE CONFÉRENCE À L'ÉCOLE NORMALE, PARIS, J.-J. DUBOCHET ET COMPAGNIE, ÉDITEURS, RUE DE
SEINE, N. 33, 1838
Origen de la imagen
[55]
Nunc quo Battiades inimicum deuouet Ibin
Hoc ego deuoueo
teque tuosque modo.
Vtque ille, historiis inuoluam
carmina caecis:
Non soleam quamuis hoc genus ipse
sequi.
Illius ambages
imitatus in Ibide dicar
[60]
Oblitus moris
iudiciique mei.
Et quoniam, qui
sis, nondum quaerentibus edo,
Ibidis interea tu
quoque nomen habe.
(Ouidius, In Ibin,
55-62)
………............................…
[95]
Illum ego deuoueo,
quem mens intellegit, Ibin,
Qui se scit factis
has meruisse preces.
Nulla mora est in
me: peragam rata uota sacerdos.
Quisquis ades
sacris, ore fauete, meis;
Quisquis ades
sacris, lugubria dicite uerba,
[100]
Et fletu madidis Ibin adite genis:
Ominibusque malis
pedibusque occurrite laeuis,
Et nigrae uestes
corpora uestra tegant!
Tu quoque, quid
dubitas ferales sumere uittas?
Iam stat, ut ipse uides, funeris ara
tui.
[105}
Pompa parata tibi
est: uotis mora tristibus absit:
Da iugulum
cultris, hostia dira, meis.
Terra tibi fruges,
amnis tibi deneget undas,
Deneget afflatus uentus et aura suos.
Nec tibi sol
calidus, nec sit tibi lucida Phoebe,
[110]
Destituant oculos
sidera clara tuos.
Nec se Vulcanus
nec se tibi praebeat aer,
Nec tibi det tellus nec tibi pontus
iter.
Exul, inops erres,
alienaque limina lustres,
Exiguumque petas
ore tremente cibum.
[115]
Nec corpus querulo
nec mens uacet aegra dolore,
Noxque die grauior
sit tibi, nocte dies.
Sisque miser
semper, nec sis miserabilis ulli:
Gaudeat aduersis femina
uirque tuis.
Accedat lacrimis odium, dignusque
putere,
[120]
Qui, mala cum
tuleris plurima, plura feras.
Sitque, quod est
rarum, solito defecta fauore
Fortunae facies
inuidiosa tuae.
Causaque non
desit, desit tibi copia mortis:
Optatam fugiat
uita coacta necem:
[125]
Luctatusque diu
cruciatos spiritus artus
Deserat, et longa
torqueat ante mora.
Euenient. Dedit
ipse mihi modo signa futuri
Phoebus, et a
laeua maesta uolauit auis.
Certe ego, quae
uoueo, superos motura putabo,
[130]
Speque tuae
mortis, perfide, semper alar.
(Ouidius, In Ibin,
95-130)
4 comentarios:
He de decir que para mí a sido un autentico descubrimiento esta obra de Ovidio. No tenía ni la menor idea de su existencia. Sabía del destierro de su autor y que tan amarga experiencia dio lugar a la composición del poemario Tristia, donde el mismo se queja insistentemente de su situación, pero de esta otra pieza tan incisiva no sabía nada.
Llama la atención la especial virulencia de las palabras del poeta y me parece difícil concebir un sufrimiento mayor que el que describe y le desea a su enemigo; claro que, como autor de las Metamorfosis, alguna noción había de tener sobre suplicios más o menos infernales y sobre cómo se las gastaban los dioses del Olimpo, o sea, que de sobra tenía donde inspirarse.
Muy ilustrativo, raro e interesante me parece el fragmento que has escogido hoy, amigo Antonio. Me ha gustado. Gracias.
Recibe un fuerte abrazo.
Gracias Antonio por tan buena entrada.Ovideo hace muchos años que lo leí, sus poemas de amor y la encrucijada de Las Metamorfosis. No tuvo la vida fácil, la oposición de su padre, no le doblegó a escribir en verso, a pesar de saber que la poesía no era rentable. Así murió de pobre el gran maestro Homero.
Pero metiéndome en mi alma de escritora y poeta, prefiero morir pobre, pero dejar un buen referente para la humanidad.
Los que escribimos con el alma,regalamos cultura, sentimientos y humanidad.
Antonio, regreso a mi España, allí me publican mi libro. Sigo con mis sueños, porque son imparables, aunque el mundo se hunda a mis pies.
Con ternura le dejo un beso.
Sor.Cecilia
A pesar de que ha depositado con todo cuidado, el texto latino en mi casa, tal vez para evitarme la visita a esta suya, la verdad es que aquí estoy; algo cansado por los quehaceres de la vida, pero satisfecho por las alegrías del tercer Camino de Santiago cuyo desafío acabo de realizar.
Y me encuentro con Ovidio. Ovidio fue el auténtico primer Don Juan,el maestro de cuantos D. Juanes han sido. Sus consejos para conquista los he practicado de joven, aún sin haberlo leído. Si cambiamos el teatro por el cine, quién no, alguna vez lo ha hecho: "..siéntate al lado de tu dueña sin que nadie te lo impida. Arrima tu costado a su costado todo lo que puedas. también es una ventaja que, aunque no quieras,la fila obliga a arrimarse, que tendrás que rozar a la muchacha por imposición del lugar." Elemental.
Poesía mundana, con sabios consejos para el mundo.
Pero no asustemos a Sor Cecilia o tal vez extraiga una opinión equívoca de nosotros.
Gracias por acudir a mi humilde teatro, en donde jamás habitaron elegantes musas, sino descontroladas campanillas.
Hola Antonio, mi blog cumple 3 años y el domingo hago la presentación de mi libro en la Feria Nacional del Libro en Villa María. Estoy contenta y vengo a participarle mi alegría.
Con ternura
Sor.Cecilia
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