ANTONIO MARTÍN ORTIZ: DRÍOPE SE CONVIERTE EN LOTO
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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4) Best Equestrian Art School of Europe 251107.
Ejercicios de doma de caballos

viernes, 20 de febrero de 2009

DRÍOPE SE CONVIERTE EN LOTO

Aquí tenéís la descripción que hace Ovidio de la Metamorfosis de Dríope en loto. Está hablando su hermana, hermana sólo de padre, porque a ella la engendró su padre en otra mujer.
“Mi hermana no lo sabía. Aterrada, se disponía a retroceder y, rezando a las Ninfas, a alejarse, cuando sus pies quedaron inmóviles constituyendo una raíz. Se esfuerza en arrancarlos, y no mueve otra cosa que la parte superior de su cuerpo. Una blanda corteza empieza a crecerle desde abajo, y poco a poco va oprimiendo toda la región de los hijares. Cuando se dio cuenta, intentó arrancarse con las manos los cabellos y se llenó de ojas las manos: toda su cabeza estaba ocupada por ramaje. En cuanto al niño Anfiso (pues este nombre la había dado su abuelo Éurito), notó que se endurecían los pechos de su madre; y el lácteo líquido no acude cuando çel succiona. Allí estaba yo, espectadora del implacable destino, y no podía prestarte ayuda, hermana, y abrazando el tronco y las ramas intentaba con todas mis fuerzas detener su crecimiento, y, lo confieso, deseé quedar escondida bajo la misma corteza.
He aquí que llegan su marido Andremon y su desventurado padre, y buscan a Dríope; a Dríope buscaban ellos, y yo les mostré el loto. Dan besos a la tibia madera, y dejándose caer junto a las raíces del árbol que era suyo se abrazan a ellas. Ya mi querida hermana no tenía nada, a excepción del rostro, que no fuera árbol; las lágrimas le caen a raudales sobre las hojkas que se han formado de su desdichado cuerpo; y, mientras puede y la boca da paso a la voz, echa al aire estos lamentos: “Si algún crédito se da a los desdichados, yo juro por los poderes divinos que no he merecido esta atrocidad. Sin culpa sufro castigo. He vivido sin hacer daño. Si miento, que me seque y pierda las hojas que tengo, y que me corten con hachas y me quemen. Pero al menos quitad a este niño de las ramas de su madre, y dadlo a una nodriza, y ocupaos de que debajo de mi árbol juegue.
Y cuando pueda hablar, ocupaos de que salude a su madre y diga entristecido: “Mi madre está oculta en este tronco”. Pero que tenga miedo al lago y no coja flores de los árboles y piense que todos los vegetales son cuerpos de diosas. ¡Adiós, querido esposo y tú, hermana, y padre mío!. Y otra cosa, si me tenéis algún afecto, defended mi ramaje de la herida de la afilada podadera. Y, puesto que ya no me está permitido inclinarme hacia vosotros, levantad hasta aquí vuestros miembros y acercaos para que yo os bese, mientras aún se me puede tocar, y alzad a mi hijito. Yo no puedo seguir hablando. Pues ya la blanca capa subcortical va avanzando por mi blanco cuello, y mi parte más elevada se está escondiendo. Apartad de mis ojos las manos. Que la corteza, trepando hasta arriba, me cierre sin vuestra ayuda los ojos moribundos”
Su boca dejó de hablar al mismo tiempo que dejaba de existir. Y durante largo tiempo después de la transformación de su cuerpo se mantuvieron calientes las ramas.
(Ovidio, Metamorfosis, IX, 349-393) Traducción de Antonio Ruiz de Elvira).

Nescierat soror hoc. quae cum perterrita retro
ire et adoratis uellet discedere nymphis, 350
haeserunt radice pedes. conuellere pugnat,
nec quicquam, nisi summa mouet. subcrescit ab imo,
totaque paulatim lentus premit inguina cortex.
Vt uidit, conata manu laniare capillos,
fronde manum impleuit: frondes caput omne tenebant. 355
At puer Amphissos (namque hoc auus Eurytus illi
addiderat nomen) materna rigescere sentit
ubera; nec sequitur ducentem lacteus umor.
Spectatrix aderam fati crudelis, opemque
non poteram tibi ferre, soror, quantumque ualebam, 360
crescentem truncum ramosque amplexa morabar,
et, fateor, uolui sub eodem cortice condi.
Ecce uir Andraemon genitorque miserrimus adsunt,
et quaerunt Dryopen: Dryopen quaerentibus illis
ostendi loton. tepido dant oscula ligno, 365
adfusique suae radicibus arboris haerent.
nil nisi iam faciem, quod non foret arbor, habebat,
cara soror: lacrimae misero de corpore factis
inrorant foliis, ac, dum licet, oraque praestant
uocis iter, tales effundit in ae+ra questus: 370
"siqua fides miseris, hoc me per numina iuro
non meruisse nefas. patior sine crimine poenam.
Viximus innocuae. si mentior, arida perdam
quas habeo frondes, et caesa securibus urar.
hunc tamen infantem maternis demite ramis, 375
et date nutrici, nostraque sub arbore saepe
lac facitote bibat, nostraque sub arbore ludat.
Cumque loqui poterit, matrem facitote salutet,
et tristis dicat 'latet hoc in stipite mater.'
Stagna tamen timeat, nec carpat ab arbore flores, 380
et frutices omnis corpus putet esse dearum.
care uale coniunx, et tu, germana, paterque!
Qui, siqua est pietas, ab acutae uulnere falcis,
a pecoris morsu frondes defendite nostras.
Et quoniam mihi fas ad uos incumbere non est, 385
erigite huc artus, et ad oscula nostra uenite,
dum tangi possum, paruumque attollite natum!
Plura loqui nequeo. nam iam per candida mollis
colla liber serpit, summoque cacumine condor.
Ex oculis remouete manus. sine munere uestro 390
contegat inductus morientia lumina cortex!"
Desierant simul ora loqui, simul esse. diuque
corpore mutato rami caluere recentes.
No sabía mi hermana esto; la cual, cuando aterrada quiso
irse hacia atrás, y retirarse ya adoradas de las ninfas, 350
prendidos quedaron de una raíz sus pies; por arrancarlos pugna
y no otra cosa sino su parte más alta mueve. Le crece desde abajo
y poco a poco le aprieta todas las ingles una flexible corteza.
Cuando lo vio, intentando con la mano mesarse los cabellos,
de fronda su mano llenó: frondas su cabeza toda ocupaban. 355
Mas el niño Anfiso -pues tal nombre su abuelo Éurito a él
le había añadido- siente que se endurecen los pechos
de su madre y no obedece al que lo saca el lácteo humor.
Espectadora asistía yo de ese hado cruel, y ayuda
no podía a ti ofrecerte, hermana, y cuanto podían mis fuerzas, 360
creciente el tronco y sus ramas, los detenía estrechándolos y,
lo confieso, bajo la misma corteza quise esconderme.
He aquí que su marido Andremon y su padre desgraciadísimo llegan
y buscan a Dríope: a Dríope, a los que la buscaban,
se la mostré de loto. A su tibio leño dan besos 365
y derramándose por las raíces de su querido árbol a él quedan prendidos.
Nada sino ya su rostro, que no fuera árbol, tenía
mi qurida hermana: sus lágrimas entre las hojas formadas de su desgraciado
cuerpo roran, y mientras puede y su boca ofrece
de voz un camino, tales derrama al aire sus lamentos: 370
«Si alguna fe se da a los desgraciados, por las divinidades juro
que yo no he merecido esta impiedad; sufro sin culpa un castigo.
Vivimos inocente; si miento, que árida pierda
las frondas que tengo y cortada a segures se me queme.
Mas quitad a este niño de las maternas ramas 375
y dadlo a una nodriza, y bajo mi árbol muchas veces
su leche haced que beba, y que bajo nuestro árbol juegue,
y cuando pueda hablar, a su madre haced que salude
y triste diga: 'Se oculta en este tronco mi madre'.
Pero que los estanques tema y no coja del árbol sus flores, 380
de los retoños todos piense que el cuerpo son de dioses.
Querido esposo, adiós, y tú, germana, y padre:
si es que tenéis piedad, de la herida de la aguda hoz,
del mordisco del rebaño defended mis frondas,
y puesto que a mí lícito inclinarme a vosotros no me es, 385
erigid aquí los brazos y a mis besos venid,
mientras ser tocados pueden, y levantad a mi pequeño nacido.
Más cosas decir no puedo. Pues ya por mi blanco cuello una blanda
corteza serpea y en lo alto de una copa me escondo.
Quitad de mis ojos las manos. Sin la ofrenda vuestra 390
tape la corteza que los va cubriendo mis moribundos ojos».
Dejó a la vez su boca de hablar, a la vez de existir, y mucho tiempo
en su cuerpo mutado sus ramas recientes se mantuvieron tibias».

(Traducción de Ana Pérez Vega

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12257292019032617210213/index.htm)


4 comentarios:

Tierralandia dijo...

Muchas gracias Antonio, este texto es impresionante. La tranformación, el castigo sin culpa, las palabras sobre su hijo, sobre la podadora... es terrorífico! si algún día me propongo escribir un guión de género de terror ya sé qué historia contar.

Existe una película coreana que tiene una aparente relación con esta metamorfosis. Este es el enlace de su ficha: http://www.filmaffinity.com/es/film197446.html
Curioso, verdad?

Un abrazo

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Tierralandia,

Un "pleno" por haber encontrado la película "Acacia". Son sorprendentes, deduzco, tus conocimientos de cine. Yo le he preguntado a mi parte femenina, que se llama Ana, que es una entendida en cine, y no la conocía. Yo creo que ella ha visto más películas que libros he leído yo, que ya es un decir. Enhorabuena a ti. He mirado la ficha y los comentarios y se ve que los que la comentan no han acertado, porque aluden a que el espectador ya conoce el final. Bueno, eso pasaba con las Metamorfosis de Ovidio; cualquier Romano o Griego culto conocía las historias que explicaba Ovidio, pero disfrutaba igualmente de ellas al leerlas, o escucharlas cuando un esclavo buen lector las recitaba.

Creo que la historia de Acacia se asemeja mucho, pero que mucho, a la metamorfosis de Dríope. Le encuentro, al igual que tú, un parecido enorme.

Si escribes un guión, espero poder disfrutar de su lectura, y, si tienes otros escritos, pues también me gustaría poder leerlos. Si es así, ¿dónde los puedo encontrar?

Alabo tu olfato fino para encontrar lo que buscas.

Un abrazo, y ENHORABUENA otra vez,
Antonio

Anónimo dijo...

Antonio, como dice Tierralandia es un texto terrorífico.
Lo que más me impresionan son estas palabras de la madre:
"quitad a este niño de las ramas de su madre, y dadlo a una nodriza, y ocupaos de que debajo de mi árbol juegue."
"Y cuando pueda hablar, ocupaos de que salude a su madre y diga entristecido: “Mi madre está oculta en este tronco”."
Muere, pero no quiere que su hijo la olvide y quiere morir con el último consuelo de saber que su hijo acudirá a jugar a su lado.
Gracias de nuevo por dejar estos textos.
Saludos muy cordiales.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

winsta,

Según veo, por los comentarios que hacéis las mujeres en esta ENTRADA y en la anterior, que trata del mismo tema, vosotras tenéis una sensibilidad diferente a la que tenemos los hombres: maternidad, ternura, hijos. Eso os honra. La verdad, yo, después de leer y releer la historia, no había caído en la cuenta de que son precisamente ésos los puntos más tiernos.

Gracias por tus comentarios, interesantes siempre. Seguiré escribiendo.

Un beso y un abrazo,

Antonio