ANTONIO MARTÍN ORTIZ: (El nacimiento del árbol de la) MIRRA (y V): Se consuma la locura de Mirra y nace el árbol.
ANTONIO MARTÍN ORTIZ
EN ESTA POSICIÓN ME HE PASADO LA MAYOR PARTE DE MI VIDA.
AQUÍ Y ASÍ ME TENÉIS.

Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci.
OMNE TVLIT PVNCTVM QVI MISCVIT VTILE DVLCI.
(Q. Horatius Flaccus, Epistula ad Pisones, 343)
Ganó todo mérito el que mezcló lo útil con lo agradable.

VERANO DE 1964 EN SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia

<strong>VERANO DE 1964 EN <em>SAINT CIERS DU TAILLON [Charente Maritime], Francia</em></strong>
Mi padre [R.I.P.], un amigo (Josep Ma. Riba i Armenter [R.I.P.]), mi hermana Simona, yo mismo, mi hermana Rosario,
mi hermano Pepe, mi madre [R.I.P.], otro amigo (Josep Amiell):
PATRI MATRIQVE MEIS IN MEMORIAM: Descansen en Paz los dos juntos
.
"Cuando uno ha perdido a su padre y a su madre, se ha quedado sin referencia al pasado".
(Frase mía, que yo, como bien nacido, les dedico a quienes me dieron la Vida y me abrieron el Camino para ser Feliz)
A mí, lo mismo que a Ovidio (Tristia, I, III, 4):
Labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
Todavía ahora se me resbala una lágrima de los ojos, los míos.

Recojo y comparto la frase, más optimista, de mi amigo Carlos Hernández, Chacien: ”Lo que en verdad mata es el olvido”.
No es mi caso, porque yo, estas cosas, no las olvido.

EQUITACIÓN AL SON DE POLCAS VIENESAS

Si quieres disfrutar de la maravilla de ver a los caballos de la Escuela Española de Equitación de Viena danzando al son de las polcas de los Strauss,
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Ejercicios de doma de caballos

domingo, 17 de mayo de 2009

(El nacimiento del árbol de la) MIRRA (y V): Se consuma la locura de Mirra y nace el árbol.

A mismo tiempo que este relato, mi gran amiga, Soledad Sánchez M., en su “locus amoenus”, publica un exuberante, apasionado, erótico y sensual poema sobre la locura y el desenfreno de Mirra. Pinchad aquí para gozarlo

Llevo unos días contándoos EL NACIMIENTO DEL ÁRBOL DE LA MIRRA. Recapitulemos lo ya dicho en los cuatro capítulos anteriores.


Pigmalión, en Chipre, ha hecho una estatua de marfil blanco. Es su ideal de mujer. Afrodita, ante el amor que siente Pigmalión por la estatua, hace que ésta cobre vida: se convierte en mujer de carne y hueso. Hubo tálamo nupcial, hubo matrimonio. De esa unión nace una hija de nombre Pafos. De esa hija nace un niño, de nombre Cíniras. Cíniras, a su vez, tiene una hija llamada Mirra. Mirra se enamora apasionadamente de su padre Cíniras, pero su amor no es un amor propio de una hija a un padre, es un amor como el que le puede tener una mujer a un hombre, un amor apasionado. Mirra está ahora atormentada por el sentimiento y la pasión que siente por su padre, porque es antinatural. Es una cosa horrible. Está hablando y meditando Mirra consigo misma. Angustiada Mirra, decide suicidarse, atándose la garganta con un lazo. Al darse cuenta la nodriza de lo que Mirra iba a hacer, le desata el lazo y lo hace trizas, muy a pesar de Mirra todo ello. Sin entender nada de sus intenciones, se dirige a Mirra, hablándole.


La hábil nodriza descubre las inquietudes y deseos de Mirra y, aprovechando unos días de abstinencia obligada por parte de su padre, por celebrarse las fiestas de Ceres, lleva a cabo todos los preparativos, engaños incluidos, para que lo espantoso de que hablaba Ovidio al principio se consume.


Prosigue Ovidio (Metamorfosis, X, 446-518)



“Era el momento en que todo está en silencio, y entre los Triones (la Osa Mayor) había el Boyero (otra constelación junto a la Osa Mayor) hecho girar la carrera invirtiendo la lanza. Ella se encamina a realizar su atentado; la áurea luna huye del cielo, negras nubes ocultan las estrellas que se esconden; la noche está privada de su propio fuego; tú, Ícaro, eres el primero en ocultar el rostro, y también Erígone, consagrada por su piadoso amor a su padre.


Por tres veces tropezaron sus pies dándole así una señal de que debía renunciar, por tres veces un búho siniestro emitió su augurio con su canto de muerte: ella seguía andando, sin embargo, y las tinieblas y la negra noche disminuyen su vergüenza; con la mano izquierda coge la de la nodriza; la otra tantea el invisible camino. Ya toca el umbral del tálamo, ya abre las puertas, ya se desliza dentro; pero las corvas se le doblaban haciéndole temblar las rodillas, y se le escapa el color y la sangre, y, conforme avanza, la abandona el valor. Y, en cuanto más cerca se encuentra de su crimen, más se espanta y se arrepiente de su audacia, y quisiera poder retirarse sin ser reconocida. Mientras duda, la mano anciana tira de ella hacia dentro, y, una vez llegada al lecho, en el momento de entregarla, dijo: “Tómala, Cíniras, tuya es”, y unió los cuerpos malditos.


Recibe el padre sus propias entrañas en lecho impuro, y atenúa el miedo de la virgen, y la anima mientras ella está despavorida. Quizá, en nombre de su edad, también la llamó “hija”, y ella lo llamó “padre”, para que el crimen no careciese ni aún de nombres. Llena de su padre, salió del tálamo, y lleva en el vientre execrable impíos gérmenes, y es vehículo de una concepción criminal. La noche siguiente repite la fechoría, y no habría límite en ella, mas, al fin, Cíniras, ansioso de conocer quién es su amante después de tanto estar juntos, hizo traer luz y vio el crimen, así como a su hija, y, sin que el dolor le dejara proferir palabra, saca su espada refulgente de la vaina que tenía colgada; Mirra huye, y las tinieblas y la protección de la ciega noche la libran de la muerte, y, después de vagar por los anchos campos, abandonó la Arabia fecunda en palmeras y los labrantíos de Panquea, y anduvo errante durante nueve cuernos de la luna en retorno (es decir, nueve meses), y, al cabo, se detuvo agotada en la tierra de los Sabeos (en Arabia), y ya apenas podía con la carga de su vientre.


Entonces, sin saber qué pedir a los dioses, y, entre el temor a la muerte y el odio a la vida, hilvanó las siguientes plegarias:


“Oh divinidades, si existís alguna que deis acogida a los que confiesan, he merecido un espantoso suplicio y no lo rehúso, pero, para que yo no ofenda a los vivos con mi supervivencia, ni a los difuntos con mi muerte, arrojadme de ambos reinos, y, haciéndome cambiar de forma, negadme tanto la vida como la muerte”.


Hay una divinidad que da acogida a los que confiesan: en todo caso su última petición tuvo dioses que la atendieran. Pues, mientras ella hablaba, la tierra vino a cubrirle las piernas, se le rompen las uñas, y por ellas se extiende una raíz atravesada, fundamento de su largo tronco, los huesos cobran dureza, y, mientras su médula sigue ocupando la región central, la sangre se convierte en savia, los brazos en grandes ramas, los dedos en pequeñas, y la piel se le endurece en calidad de corteza. Y ya el árbol que la va invadiendo le había apretado el grávido vientre y sepultado el pecho, y estaba a punto de taparle el cuello: no soportó ella la espera, y, saliendo al encuentro de la madera que se le acercaba, se hundió en ella y sumergió en la corteza el rostro. Y aunque ella perdió, a la vez que el cuerpo, sus antiguos sentidos, llora, sin embargo, y del árbol manan tibias gotas. También sus lágrimas tienen calidad, y la mirra que destila el tronco conserva el nombre de su dueña y ninguna época dejará de celebrarla.














Mas la criatura concebida en el pecado había crecido debajo del tronco y buscaba camino por donde, abandonando a su madre, pudiera situarse en el exterior: en mitad del árbol se comba hacia fuera el grávido vientre. La carga produce a la madre una tensión; pero sus dolores carecen de palabras para expresarse, y no puede invocar a Lucina (diosa de los alumbramientos) la voz de la parturienta. Sin embargo, su apariencia es la de una mujer que está en trance de dar a luz, y el árbol se inclina y profiere frecuentes quejidos, y se humedece con las lágrimas que le caen. Junto a las ramas doloridas se detuvo Lucina propicia, le puso las manos encima y pronunció palabras que producen el parto: el árbol se resquebraja, y, una vez hendida la corteza, hace salir su carga viva, y un niño da un vagido; las Náyades lo colocaron sobre la blanda hierba y lo ungieron con las lágrimas de su madre. Hasta la Envidia habría alabado su belleza; pues, como se pintan en un cuadro los cuerpos de los desnudos Amores, así era, pero, para que el atavío no establezca diferencias, añádele al uno o quítale al otro la ligera aljaba”.


(Traducción, con algunos retoques de puntuación, de Antonio Ruiz de Elvira)



Y ya tenemos a Adonis, que acababa de nacer, pero esto es ya otra historia.



Texto Latino:



Tempus erat, quo cuncta silent, interque triones
flexerat obliquo plaustrum temone Bootes:
ad facinus uenit illa suum; fugit aurea caelo
luna, tegunt nigrae latitantia sidera nubes;

450
nox caret igne suo; primus tegis, Icare, uultus,
Erigoneque pio sacrata parentis amore.
Ter pedis offensi signo est reuocata, ter omen
funereus bubo letali carmine fecit:
it tamen, et tenebrae minuunt noxque atra pudorem;

455
nutricisque manum laeua tenet, altera motu
caecum iter explorat. thalami iam limina tangit,
iamque fores aperit, iam ducitur intus: at illi
poplite succiduo genua intremuere, fugitque
et color et sanguis, animusque relinquit euntem.

460
Quoque suo propior sceleri est, magis horret, et ausi
paenitet, et uellet non cognita posse reuerti.
cunctantem longaeua manu deducit et alto
admotam lecto cum traderet "accipe," dixit,
"ista tua est, Cinyra" deuotaque corpora iunxit.

465
Accipit obsceno genitor sua uiscera lecto
uirgineosque metus leuat hortaturque timentem.
forsitan aetatis quoque nomine "filia" dixit,
dixit et illa "pater," sceleri ne nomina desint.
plena patris thalamis excedit et inpia diro

470
semina fert utero conceptaque crimina portat.
Postera nox facinus geminat, nec finis in illa est,
cum tandem Cinyras, auidus cognoscere amantem
post tot concubitus, inlato lumine uidit
et scelus et natam uerbisque dolore retentis

475
pendenti nitidum uagina deripit ensem.
Myrrha fugit: tenebrisque et caecae munere noctis
intercepta neci est latosque uagata per agros
palmiferos Arabas Panchaeaque rura relinquit
perque nouem errauit redeuntis cornua lunae,

480
cum tandem terra requieuit fessa Sabaea;
uixque uteri portabat onus. tum nescia uoti
atque inter mortisque metus et taedia uitae
est tales conplexa preces: "o siqua patetis
numina confessis, merui nec triste recuso

485
supplicium, sed ne uiolem uiuosque superstes
mortuaque exstinctos, ambobus pellite regnis
mutataeque mihi uitamque necemque negate!"
numen confessis aliquod patet: ultima certe
uota suos habuere deos. nam crura loquentis

490
terra superuenit, ruptosque obliqua per ungues
porrigitur radix, longi firmamina trunci,
ossaque robur agunt, mediaque manente medulla
sanguis it in sucos, in magnos bracchia ramos,
in paruos digiti, duratur cortice pellis.

495
Iamque grauem crescens uterum perstrinxerat arbor
pectoraque obruerat collumque operire parabat:
non tulit illa moram uenientique obuia ligno
subsedit mersitque suos in cortice uultus.
quae quamquam amisit ueteres cum corpore sensus,

500
flet tamen, et tepidae manant ex arbore guttae.
est honor et lacrimis, stillataque cortice murra
nomen erile tenet nulloque tacebitur aeuo.
At male conceptus sub robore creuerat infans
quaerebatque uiam, qua se genetrice relicta

505
exsereret; media grauidus tumet arbore uenter.
tendit onus matrem; neque habent sua uerba dolores,
nec Lucina potest parientis uoce uocari.
nitenti tamen est similis curuataque crebros
dat gemitus arbor lacrimisque cadentibus umet.

510
Constitit ad ramos mitis Lucina dolentes
admouitque manus et uerba puerpera dixit:
arbor agit rimas et fissa cortice uiuum
reddit onus, uagitque puer; quem mollibus herbis
naides inpositum lacrimis unxere parentis.

515
Laudaret faciem Liuor quoque; qualia namque
corpora nudorum tabula pinguntur Amorum,
Talis erat, sed, ne faciat discrimina cultus,
aut huic adde leues, aut illis deme pharetras.



Mi amiga Elena Clásica, Elena Pascual, Ἑλένη,
viene haciendo, a lo que yo escribo, unos comentarios que, por su profundidad, su inspiración, su contundencia y sus insinuaciones, son como un broche de oro a todo lo escrito. No puedo abstenerme, contando con su aprobación, de traspasar, a primera página, su exquisito comentario, que ennoblece y da significado completo a todo lo escrito. Aquí tenéis el último que ha escrito:


Mi querido Antonio:

No había redención para Mirra; aunque los negros augurios y las sombras la advirtieran, tenía que caer en su incestuosa pasión.

Después de tu mágica aportación, divinos retoques, aladas palabras, danzantes pinturas: los árboles se suman al llanto de Mirra, los bosques aúllan desde lo más profundo de todas las raíces, los cielos extienden su manto negro. Un poco de compasión de los dioses:

Propicia Lucina, atiende a sus dolores y la asiste (gigante la pintura del árbol alumbrando).

¿Qué terroríficos hilos tejieron la vida de Mirra y esbozaron su locura? ¿Qué ardoroso y temible dios enciende tan alborotada llama en el corazón de esta joven? ¿Qué hado funesto le impidió poner fin a sus propios días, su sufrimiento...?

He aquí la poesía: qué grande es este blog, qué grande eres, Antonio, qué entrelazados troncos de sapiencia alumbran, cual Lucina espléndida, las palabras de Ovidio a la lumbre absoluta.

Al fin, nació Adonis, el hermoso, qué jabalí furioso se vislumbra en el camino...

Qué vida tan intensa en este hogar, en el encuentro de un encantador sofá frente a la chimenea de tu magia. Antonio, mago, sólo puedo decirte cuán maravilloso eres.

Me han encantado los comentarios previos y suscribo la reflexión de Dilman.

No puedo agradecerte lo suficiente la majestuosidad poética que me ofreces en mi blog y con la que tan íntimamente te fusionas.
Simplemente : gracias.Ἑλένη


Muchas gracias, amiga del alma, y un beso,
Antonio


IMÁGENES TOMADAS DE:
Ouidius Naso – Edition
Virgil Solis, Ed. 1581
http://www.latein-pagina.de/

19 comentarios:

carmen dijo...

Mira Antonio, yo que´con mis reflexiones trato de dar razones en temas en los que es un deber de los pensadores contribuir... Me canso. Me quedo perpleja de de las interpretaciones ... Me encantaría hacer poesía...
Por eso disfruto , me relajo, y aprendo de la delicadeza de estas historias. Porque siempre habrá pasiones y dramas, y el erotismo propio de nuestro ser amante, pero qué diferencia con la frialdad materialista y consumista de sexo en nuestros días.

A seguir...Gracias!

Catalina Zentner Levin dijo...

Vengo desde el Blog de Soledad, he quedado fascinada con la historia y me congratulo de haber descubierto este rincón mágico.

Aristos Veyrud dijo...

Antonio sigo con detenimiento y me esfuerzo por no adelantarme a los temas que periódicamente tratas, no tengo prisa. Indagando en el origen de las palabras se llega al origen de la cultura, es decir de las reglas que nos separan de lo animal. En ese sentido tus escritos lejos de convertirse en interpretaciones "morales" presenta casos para que cada quien los aborde de acuerdo a su entender. Recomiendo en este caso para quienes se interesen en el seguimiento del incesto desde la sociología las investigaciones de Claude Lévi-Strauss al respecto, esto le añade pasión al tema al tiempo que es difícil no sucumbir ante lo apodíctico de sus argumentos. Siempre me llama la atención el sesgo de culpa hacia lo femenino, lo cual no sería problema si se quedara en la mera mitología, pero desgraciadamente en nuestros días muchas y muchos menores son abusados en todo el mundo con total o parcial impunidad por familiares o gente cercana a la familia y el manejo de la culpa incluso a niveles jurídicos y psicológicos enturbian las soluciones a este tipo de agresiones.
Reitero mi felicitación por tu importante trabajo que tanto beneficia nuestros alcances culturales.
Gran saludo maestro!!!

elena clásica dijo...

Mi querido Antonio:

No había rendención para Mirra, aunque los negros augurios y las sombras la advirtieran, tenía que caer en su incestuosa pasión.

Después de tu mágica aportación, divinos retoques, aladas palabras, danzantes pinturas: los árboles se suman al llanto de Mirra, los bosques aúllan desde los más profundo de todas las raíces, los cielos extienden su manto negro. Un poco de compasión de los dioses:
propicia Lucina atiende a sus dolores y la asiste (gigante la pintura del árbol alumbrando).

¿Qué terroríficos hilos tejieron la vida de Mirra y esbozaron su locura? ¿Qué ardoroso y temible dios enciende tan alborotada llama en el corazón de esta joven? ¿Qué hado funesto le impidió poner fin a sus propios días, su sufrimiento...?

He aquí la poesía: qué grande es este blog, qué grande eres Antonio, qué entrelazados troncos de sapiencia alumbran, cual Lucina espléndida, las palabras de Ovidio a la lumbre absoluta.

Al fin, nació Adonis, el hermoso, qué jabalí furioso se vislumbra en el camino...

Qué vida tan intensa en este hogar en el encuentro un encantador sofá frente a la chimenea de tu magia. Antonio, mago, sólo puedo decirte cuán maravilloso eres.

Me han encantado los comentarios previos y suscribo la reflexión de Dilman.

No puedo agradecerte lo suficiente la majestuosidad poética que me ofreces en mi blog y con la que tan íntimamente te fusionas.
Simplemente: gracias.
Ἑλένη

Maga h dijo...

Increible! Maravillada nuevamente, vuelvo a releer a Soledad.
Un abrazo.

Magah

Trini Reina dijo...

Antonio, he estado leyendo la historia de Mirra, que aquí nos relatas, divinamente, y no he podido despegar mis ojos de las letras. Me ha parecido una historia trágicamentebella.

Saludos

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Como siempre, un inmenso placer colaborar contigo, aportando un sentimiento poético a esta bella historia que nos has ido contando.
Este post es particularmente hermoso en su absoluta dureza.

Preciosas las imágenes, de nuevo.

Mirra renace en cada gota que suda su pena.

Un beso, maestro.

Soledad.

Soledad Sánchez Mulas dijo...

1B. Traducción alternativa (También correcta)
"MUCHAS SON LAS COSAS TERRIBLES, PERO NO HAY NADA MÁS TERRIBLE QUE EL SER HUMANO"

El humano guarda una piedra oscura en el fondo de su corazón.
El brillo delator del dolor afila su mirada. ¿Quién será capaz de esconder siempre la piedra negra? ¿Quién sabrá siempre guardarla, para sentir solamente su peso en soledad?

El humano desborda su rabia, su ira, su dolor... y afila el odio en la piedra negra de su corazón.

El albedrío es un tirano, capaz de arrancar lenguas y sepultar bellezas. El albedrío impone la cordura o muestra el camino atrayente de la terrible soledad del loco.

Y el daño se vuelve siempre contra el humano. Rompe en dos su alma y asola la hermosura que debería rodearle siempre.

El silencio es, con todo, el arma última del horror:
el humano calla el amor,
el humano calla el error,
el humano calla el sufrimiento del otro.

Cada silencio es un grano de arena, duro y oscuro, que se asienta en el corazón.

...


Pero yo me quedo con la primera traducción. La belleza del hombre puesta en las palabras sublimes de los grandes genios de la literatura.

Me quedo con NUESTRA alegría de vivir y compartir, y con la belleza -en nuestra modestia- regalada y aceptada con tanto cariño.

Un beso, maestro.


Soledad.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Elena Clásica, Elena Pascual, Ἑλένη,

vienes haciendo, a lo que yo escribo, unos comentarios que, por su profundidad, su inspiración, su contundencia y sus insinuaciones, son como un broche de oro a todo lo escrito. No puedo abstenerme, contando con tu aprobación, de traspasar, a primera página, tu exquisito comentario sobre la Mirra, que ennoblece y da significado completo a todo lo escrito. Está al final, después del texto latino. Y ya me estás encargando que hable de Adonis y el jabalí. Gracias por anticiparme los temas.

Me traslado a tu espacio y, cuando todavía no hemos tenido tiempo de digerir la triste noticia de Mario Benedetti, tú, más oportuna que nunca, nos traes ese hermoso poema del poeta que ya se nos fue, hablando de la alegría. Y es que la alegría debe prevalecer ante todo, ante la muerte incluso.
Felicidades y enhorabuena por tu puntualidad y la exquisitez de todo lo que escribes. Eres como un regalo de Las Musas, una de las Nueve, hijas todas ellas de Zeus.

Muchas gracias, amiga del alma, y un beso,
Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Πολλὰ τὰ δεινὰ κοὐδὲν ἀνθρώπου δεινότερον πέλει·

“Muchos son los prodigios, pero no hay nada más prodigioso que el ser humano”
“Muchas son las cosas terribles, pero no hay nada más terrible que el ser humano”
(Sófocles, Antígona, 332).

Amiga Soledad,

Has sido capaz de comentar de forma brillante el sentido de la frase de Sófocles, con dos significados aparentemente contradictorios. En realidad los dos son iguales. Lo que pasa es que las lenguas no se pueden traducir y Sófocles quiere dejar constancia de nuestro asombro (bueno o malo), de nuestra inquietud ante lo imprevisto (bueno o malo), nuestro temor a lo que nos pueda caer encima (bueno o malo), el desconocimiento del futuro (bueno o malo), la imprevisión de las actuaciones humanas (buenas o malas).

Diría yo que es una frase preñada de significado, y tú has sabido captar de forma concreta y acertada las dos caras de una sola moneda, el ser humano.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Carmen,

Gracias por el comentario tan generoso que has hecho en mi Mirra. Es que en la Mitología las cosas eran otra cosa: eran símbolos y hasta lo que nos puede parecer monstruoso tiene su encanto:

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Catalina,

Después de tu visita a mi espacio, que agradezco, me he trasladado al tuyo y me he enterado de cosas que desconocía sobre "los piratas". Es que, pienso yo, si no hubiese hambre en el mundo y si los países desarrollados no hubiesen expoliado al Tercer Mundo, los piratas no tendrían motivo de ser.

Ha sido un placer conocerte

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Dilman,

Muchas gracias por tu profundo comentario y las lecturas que aconsejas. Yo, al explicar el mito de Mirra, sólo he pretendido explicar una mitología más, sin entrar en el significado profundo que tienen los mitos y las diferentes interpretaciones que se les dan. Ya sé que nos remiten a lo más primitivo, a lo previo al mundo racional, pero eso es cuestión de los psicoanalistas y los psicólogos.

En el tema del incesto no me parece a mí que haya un sesgo de predominancia de culpabilidad hacia lo femenino. Fíjate que en el Mito de Edipo ocurre exactamente al revés, con la diferencia de que Edipo hizo lo que hizo sin saber que lo hacía, al contrario de Mirra.

De todas formas, es muy interesante tu comentario.

Un abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga TriniReina, Reina,

Bonito canto de amor, aunque sea amor prohibido, el que desribes en tu poema. Es que lo prohibido tiene un atractivo especial: es adentrarse en lo desconocido, como prohibido es el amor que expresó Mirra, con tanta tragedia de por medio. Pero al final nació Adonis. Vete tú a saber si valió la pena.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Magah,

Profundas son las palabras que nos ofreces en tu espacio.Es que, cuando hay sentimiento, el tiempo no existe. Los sentimientos son atemporales. Profundas palabras que no, por breves, dejan de ser densas, las que tú escribes.

Un beso,

Antonio

Gracias por simpatizar con mi Mirra y la de Soledad. Ella se lo merece

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Asisto conmovida a la terrible historia de Mirra, entre el poema de Soledad y el relato que encuentro desde tu bella pluma, uhhh!
Qué gran encuentro de dos almas hacéis Soledad y tú. Me encantó la historia. Por cierto, las pinturas increíbles, magníficas.
¿Qué tiene que ver en esta historia un jabalí? Pues veo que algo comentas con Elena Clásica, espero que nos ofrezcas prontamente alguna continuación.
Gracias!!

Isabel dijo...

Maravillosos relatos y a la vez duros.
Es un placer visitar su rincón al igual que el de Soledad, son mis citas diarias a las que no quiero faltar "aunque sea a una hora tardía".
Felicidades por estos relatos que ayudan a reflexionar.
Un abrazo.
Isabel

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Carmen, Carmen Pascual, Carmensabes,

Magnífica y exhaustiva la exposición que nos haces EN TU ESPACIO de Charley Toorop, con una biografía bien detallada y adornada con las pinturas. No conocía yo antes a esta pintora, pero ahora me voy dando cuenta de lo interesante que es. Tú nos presentas sus pinturas de una forma pedagógica, para que las podamos gozar incluso los profanos en esta materia. Felicidades por tu trabajo.

Lo bueno de estos espacios es que cada uno habla de lo que entiende: en tu caso, mucho.

Veo que te has leído mi Mirra de cabo a rabo. Te contesto a la pregunta que me haces.

Resulta que, en lo que sigue, la propia Venus se enamora de Adonis y le aconseja que huya de los animales que atacan, que se dedique a cazar los que huyen. Sin hacerle caso alguno, Adonis le lanza una flecha a un jabalí. El jabalí se deshace de la flecha y le clave los colmillos a Adonis. Adonis murió convirtiéndose en anémona.

Un beso,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amiga Isabel,

Son impresionantes las imágenes que nos presentas EN TU ESPACIO del Cristo de la Misericordia el Viernes Santo.
Gracias por visitar mi espacio y dedicar parte de tu tiempo a leer esa historia tan dura y tan tierna a la vez, que es la Metamorfosis de Mirra en el árbol de la Mirra. Recuerda que los Reyes Magos le regalarón al niño Jesús oro, incienso y mirra.

Es un descanso para el alma visitar tu espacio.

Cordialmente,
Antonio