Ovidius Naso - Edition
Met. X, 213
Virgil Solis, Ed. 1581
Me obligo a caminar
por el negro pasillo,
hasta tu puerta.
Abre el silencio
y estás en cada hueco de las cosas.
Te has ido y es mentira...
porque quedas en mí.
Queda de ti
una sombra
para cubrir las almas
que reposan cansadas
tras el largo viaje.
Quedan palabras
escritas en la noche
empapadas de adioses.
Y recuerdos.
(Soledad Sánchez M.)
Para Ana y para Sole y para Simona y para Luisa:
Tibi suauis daedala tellus
summittit flores, tibi rident aequora ponti
placatumque nitet diffuso lumine caelum.
(Lucretius, De rerum natura, I, 7-9)
Para ti la artificiosa tierra
perfumadas flores hace surgir,
para ti ríen las llanuras del mar,
y el cielo, una vez apaciguado,
resplandece con derramada luz.
(Lucrecio, Sobre la Realidad, I, 7-9) Ovidius Naso - Edition
Met. X, 304-310
Virgil Solis, Ed. 1581
"Antonio ha recogido, en mi nombre y en el suyo, una ausencia perenne en el corazón de muchos de nosotros. La madre se ha ido. Nacimos con su mitad, de su claustro, tan íntimo, y a pesar del ombligo, que atestigua una ruptura, estamos unidos eternamente a ellas por un cordón de vivencias muy fuertes. Nada marca tanto el carácter de un ser humano como la huella indeleble de su madre. Siempre queda en nosotros la terrible soledad de lo no dicho, de lo no vivido, de lo no demostrado, prevaleciendo a veces sobre todas las cosas hermosas que se compartieron. No hay blanco ni negro. Hay un enorme vacío y un gran desamparo, y un camino largo y duro para recomponer la propia vida, distinta ya para siempre. Recordarlas en este domingo es solamente un signo, una pulsación hacia dentro, porque no ha pasado, ni pasará un sólo día en que su recuerdo no acuda a nosotros, unas veces golpeando con fuerza y otras, como un suave bálsamo sobre una quemadura.
Mi madre no está, ni la de Antonio, ni la de muchos de vosotros, pero es mi deseo y el vuestro el hacerlas vivas, como todas estas bellas rosas, cada vez que se nos llene la boca con la palabra MADRE.
Un beso, desde muy alto, Antonio".
Soledad Sánchez M.
13 comentarios:
Antonio ha recogido, en mi nombre y en el suyo, una ausencia perenne en el corazón de muchos de nosotros. La madre se ha ido. Nacimos con su mitad, de su claustro, tan íntimo, y a pesar del ombligo, que atestigua una ruptura, estamos unidos eternamente a ellas por un cordón de vivencias muy fuertes. Nada marca tanto el carácter de un ser humano como la huella indeleble de su madre. Siempre queda en nosotros la terrible soledad de lo no dicho, de lo no vivido, de lo no demostrado, prevaleciendo a veces sobre todas las cosas hermosas que se compartieron. No hay blanco ni negro. Hay un enorme vacío y un gran desamparo, y un camino largo y duro para recomponer la propia vida, distinta ya para siempre. Recordarlas en este domingo es solamente un signo, una pulsación hacia dentro, porque no ha pasado, ni pasará un sólo día en que su recuerdo no acuda a nosotros, unas veces golpeando con fuerza y otras, como un suave bálsamo sobre una quemadura.
Mi madre no está, ni la de Antonio, ni la de muchos de vosotros, pero es mi deseo y el vuestro el hacerlas vivas, como todas estas bellas rosas, cada vez que se nos llene la boca con la palabra MADRE.
Un beso, desde muy alto, Antonio.
Muy lindo homenaje . Siempre tan atento a la figura de la mujer y en este hermoso día de mayo vuelan certeras palabras a todas las mamás. Poesía y flores. Muchas gracias por tu delicadeza.
Un besito.
Amiga Soledad,
Tú y yo, principalmente tú, porque la parte principal salió de tu pluma, habíamos preparado un homenaje a las madres, a las que no están ya y a las que sí están, y estáis, todavía, a las nuestras y a todas las demás. Fue una colaboración tierna y amorosa, como corresponde hacer cuando se trata de las madres.
Unos instantes después de que dicho homenaje se hiciese público en mi espacio, tu corazón, que es muy grande, y tu inspiración, que es infinita, acompañado todo ello de tu soberbia y soberana capacidad de expresión y de la profundidad inabarcable de tus sentimientos, redactaste unas líneas ante las que me quedé sin palabras, y casi sin respiración, por lo profundo en su contenido de lo que expresabas y la perfección formal de la forma como lo hiciste.
Me vi incapaz de hacer ningún comentario que estuviese a la altura de lo que tú escribiste.
Pasadas ya algunas horas después de esa emoción inicial y meditado y bien meditado que está tu escrito, me atrevo a hacer algunas consideraciones al respecto.
Me cabe comparar lo que tú escribiste con:
“La Orestíada” de Esquilo, una trilogía de tres tragedias, en las que se mezcla el amor filial con lo trágico de la existencia, y de la que el poeta Swinburne dijo que era “the greatest achievement of the human mind”;
La ruptura con todo lo anterior y la alianza con la vida y la alegría que se nos muestran en la Novena Sinfonía de Beethoven, con su colofón, que es la “Oda a la alegría” de Schiller, que, acompañada del genio musical de Beethoven, es una llamada a la Solidaridad entre los humanos;
La perfección, insuperable por siempre, formal y de contenido, de la “Crítica de la Razón Pura” de Kant;
El equilibrio clásico, donde hay lo que tiene que haber y todo está como tiene que estar, de “Las Geórgicas” de Virgilio, tema muy tratado entre nosotros;
La grandiosidad sonora y de contenido del “Oratorio de Navidad” de Johann Sebastian Bach (BWV 248);
La densidad comprimida y la lucha entre lo existente, que es trágico, y lo que se nos propone, que es liberador, del “De rerum natura” [“Sobre la Realidad”] de Lucrecio;
La profundidad y lo inabarcable del “Amor” que nos muestra Platón en su “Banquete”;
La ternura de las emociones que se sienten en lo más profundo del alma, expresadas en el “Cantar de los cantares”, atribuido al Rey Salomón:
La expresión infinita, en sólida y contundente armonía, de la “Missa Solemnis” de Beethoven.
Y podría seguir haciendo comparaciones ante ese entrañable, sólido, tierno, racional, equilibrado, vivo, vital… broche de oro que pusiste a esa colaboración nuestra.
Espero y deseo que este día de la Madre, por tantos motivos, haya sido para ti un día especial, un día en el que hayas dado un paso adelante en esa obligación que tenemos todos en hacer que la vida, la nuestra y la de los que nos son cercanos, sea siempre un proyecto que, aunque siempre esté inacabado, nos arrastre y nos lleve a ser más felices cada día, a nosotros y a los que están cerca de nosotros.
Un beso,
Antonio
Mi querido Antonio:
He cerrado ya este domingo. Ha sido el primero de otros muchos que vendrán sin ella, sin ellas. He sido feliz: mis hijas me han hecho el regalo más hermoso, su vida, sus risas... y yo me he reído y las he querido más que nunca, y he deseado no faltarles nunca, en su alma. He respetado los signos, tan necesarios para reconciliarse uno mismo con uno, y he doblado los labios en una sonrisa para esconder tanta pena.
Y ha pasado el día.
He trasladado a la columna lateral nuestro homenaje (qué importa el sitio, si están en lo más hondo) por no toparme cada día con esa rosa pálida...
Tú me conoces. Así que ahora me subo a mi vida, y publico París, donde también está ella en todos los rincones... y espero que el tiempo suavice las aristas.
Os tengo a todos. A todos los que me conoceis y me dais la fuerza necesaria.
¿Qué más puedo pedir?
Ya pasó este día.
Gracias, gracias a todos.
Un beso, maestro.
Soledad.
Antonio la madre como lo femenino en todas sus manifestaciones es la expresión de la tierra, la gran madre. Esta es una de las cualidades sensibles de la Poeta Soledad. Como madre puede hilar y tejer delicados versos a una puerta hurdana, a una obra de arte o la gran torre de París. No es una artista monotemática, su pretensión es universalista como la pretensión misma del amor, como la pretensión misma del acogimiento de la tierra, la gran madre.
Dejo este comentario aquí en tu sitio ya que en el poema de la torre de Soledad no hay espacio para comentarios.
Un gran saludo a los dos.
Mas que bello tu blog y tus letras feliz de haberte encontrado
RECOMENZAR,
Uno, es decir, yo, hace lo que puede y lo que sabe. También es una felicidad para mí haberte encontrado a ti.
Un abrazo,
Antonio
Elena Clásica,
Ya lo ves, ¡es tan fácil y tan bonito hablar bien de las mujeres, y, sobre todo, de las madres! Es que, para un hombre, no hay mejor complemento que una buena mujer o, si lo prefieres, una mujer buena. Yo, que tengo formación clásica, nunca entenderé por qué esos imbéciles de Griegos y Romanos (también los hay ahora) trataron y tratan tan mal a las mujeres.
Te envío un beso y esas flores que he puesto en mi entrada,
Antonio
Queridos amigos: Me uno a este homenaje con todo mi corazón y sin ningún pudor . Madres, cuánto os queremos!!
Mi querido Antonio:
Es que me veo tímida, no sé cómo agradecerte que incluyas mis comentarios en tu propio blog, es para mí de una delicia vertiginosa. Estoy mucho más que encantada, eso sí, desde la prudencia te hago saber que no sé si estoy a la altura de las circunstancias.
Por cierto que me encanta esa "h" que reclamas para mi nombre y con la que a veces ma aludes, si viene de tu sabiduría, de repente me siento coronada de laureles; no he querido añadirla a mi nombre en mi blog porque en él pretendía aunar el clasicismo y la vanguardia, era un guiño que tú has entendido y me has respondido con otro, qué encanto.
Bueno, ya que me has animado, no sé, no sé si quizás haga algún comentario en mis textos.
Me reitero, eres un prodigio de sapiencia, de poesía y de serena reflexión, ¡y extremadamente generoso!
Besos.
Elena,
Ἑλλένη ἙΛΛΈΝΗ Ἑλλένα ἙΛΛΈΝΑ,
Aquí tienes tu nombre, escrito en Griego, en mayúsculas y minúsculas, en Jónico-Atico y en Dórico... Por si te interesa.
Y no te andes con la timidez y el pudor, que a ti te sobra, para dar y regalar, categoría y altura, para estar donde quieras y escribir lo que quieras, cuando te venga en gana.
Un beso te envío y un abrazo,
Antonio
Buenas noches Antonio.
Para mi es un gran honor haber recibido su visita en mi humilde blog.
El verso que me ha dejado es precioso, me encanta leer buenos poemas aunque muy a
mi pesar no tengo vena de poeta.
Hace unos días llegué al blog de Soledad por casualidad, desde entonces paso a diario por él, y ahora me alegro de haber conocido el suyo el cual también visitaré, ya que la buena poesía me fascina.
Le deseo un feliz día.
Un saludo
ISABEL
Ahí va este comentario para todas en este mes de mayo que ofrece un merecido homenaje a las madres:
Para Ana madre de Daniela y Miguel
Para Luisa madre de Marina
Para Simona madre de Nuria y Juanma
Para Pili madre de Javichi
Para Cristi madre de Adrià
Para Angeles madre de Arcadi, Tony y Angi
Para Susana madre de las gemelas Gala y Alba
Para Nuria madre de Poti,Rosana y Cristina y feliz abuela de Inés y dos más que vienen de camino.
Para mi madre madre de Luisa y Ana
Para la gran Carmela madre de sus seis hijos:Ramón, Juan, Meli, Cristina, Antonio y mi amado José.
Para mis compañeras de trabajo madres de Gema, Marçal, Maria, Adrià, Cora, Hanna, Guillem...Elena.
Para Yolanda madre de Carmela y Laura
Para Meli madre de Jaume y Joan.
Para Cristina madre de Inés
Para todas aquellas futuras mamas que
lo serán pronto.
En fin es un gran trabajo ser madre pero tiene muchas recompensas.
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