Ahora ha sucedido lo mismo, pero de forma espontánea, y sin programación alguna, algo así como una Metamorfosis de Ovidio que va adquiriendo cuerpo y forma de un modo natural, sin que se haya programado nada:
Yo publiqué un estudio sobre Safo de Lesbos, una aproximación a la inmortal poetisa, en la medida de mis conocimientos. Seguidamente Soledad Sánchez Mulas, con su estilo siempre valiente e inspirado, publicó un comentario que no tiene desperdicio. Para coronar de forma ya definitiva y solemne esta exposición, Elena Clásica, que es el pseudónimo de Elena Pascual, en un alarde de apasionamiento y sólidos conocimientos, con un estilo pedagógico y riguroso, como es siempre propio de ella, ha publicado un extenso comentario que deja ya de una forma definitiva a Safo de Lesbos en el lugar que en justicia le corresponde.
Bien puedo yo, como Ovidio, repetir ahora, aquí mismo, lo que ya escribí en este mismo espacio, el 19 de Octubre:
Tu mihi, tu certe, memini, Graecine, negabas
uno posse aliquem tempore amare duas.
Per te ego decipior, per te deprensus inermis:
Ecce, duas uno tempore turpis amo!
Vtraque formosa est, operosae cultibus ambae;
artibus in dubio est haec sit an illa prior.
Pulchrior hac illa est, haec est quoque pulchrior illa;
et magis haec nobis, et magis illa placet!
Erro, uelut uentis discordibus acta phaselos,
diuiduumque tenent alter et alter amor.
Quid geminas, Erycina, meos sine fine dolores?
Non erat in curas una puella satis?
Quid folia arboribus, quid pleno sidera caelo,
in freta collectas alta quid addis aquas?
(Ouidius, Amores (II, X, 1-14)
Tú me decías, Grecino, tú me decías, yo me acuerdo bien, que era imposible amar a dos mujeres al mismo tiempo. Por tu culpa yo he caído en la trampa, yo he sido sorprendido sin defensa. Sí: yo amo a dos mujeres al mismo tiempo, y no me avergüenzo. Una y otra son hermosas, ambas están igualmente preocupadas por su elegancia, y es difícil de decir si es la primera o la segunda la que tiene más talento. La primera es más hermosa que la segunda, pero, a su vez, la segunda es más hermosa que la primera. Es ya la primera, ya la segunda, la que me gusta más. Mi corazón, como una ligera barca con velas empujadas por vientos opuestos, flota incierta entre estos dos amores que se lo disputan. ¿Por qué, diosa del monte Erix, duplicar mis tormentos, de los que noveo fin? ¿Por qué hacerme preocupar? ¿No era suficiente una sola belleza? ¿Por qué añadir hojas a los árboles, estrellas al cielo que está lleno, aguas nuevas a los mares profundos?
Es que la amistad y el afecto hace cosas maravillosas. Soledad Sánchez Mulas y Elena Clásica, Elena Pascual, al igual que Safo de Lesbos, son mujeres superiores. Eso es así: el no reconocerlo sería faltar al rigor y a la Verdad.
Seguidamente tenéis los tres textos, en orden cronológico de aparición. Espero que disfrutéis. Y también que aprendáis, sobre todo de ellas tres, de Safo de Lesbos, de Soledad Sánchez Mulas, de Elena Pascual.
Viene esta explicación a cuento de que considero totalmente inapropiado, y falto de rigor filológico, el uso de la palabra sáfica, lesbiana o lésbica, cuando se está uno refiriendo al amor o afecto entre dos mujeres. Me explico.
Fueron los autores de esa época, especialmente los cómicos, los que no comprendieron que hubiera podido haber una mujer de valía en épocas pasadas y, como consecuencia de ello, inventaron esa mitomanía sobre la homosexualidad de Safo. Incluso inventaron el verbo λεσβιάζειν [lesbiátzein] (comportarse como la de Lesbos), para significar la relación erótica entre dos mujeres, que siempre existió en Grecia, aunque, al contrario de la que existía entre hombres, permaneciese en la oscuridad y estuviese mal vista. Safo no fue homosexual: fue una buena poetisa que destacó en su época.
Puede comprobarse lo que digo en:
Alsina, José, Literatura Griega. Contenido, problemas y métodos. Ariel, Barcelona, 1967, que dice:
Es sabido que existe una cuestión “sáfica”, que se plantea en el sentido de si la poetisa de Lesbos tuvo o no desviaciones sexuales.
He leído en algún lugar que hay quien ha tildado de homófobo el texto de Alsina. Tengo que recordar que el texto de Alsina es de 1967 y refleja el pensamiento y la forma de escribir de ese año. Lo pasado no se puede cambiar. Por lo que respecta a Alsina, añado que fue durante muchos años Catedrático titular de Filología Griega de la Universidad de Barcelona, y yo disfruté mucho con sus clases. Hay que suponer que el profesor Alsina conocía a Safo bastante más que todos nosotros juntos.
También en el mejor libro que conozco sobre Safo:
Wolfgang Schadewaldt (1900-1974):
“Sappho. Dasein in der Liebe” ["Safo. Existencia en el amor"] (1950)
Un buen estudio sobre el Amor y Safo puede leerse en:
http://www.raco.cat/index.php/Scriptura/article/view/94183/142463
SAFO. Atenas: Museo Arqueológico Nacional
Seguiré diciendo poetisa cuando me refiera a Safo y poeta cuando me refiera a Catulo, que era un admirador suyo y tradujo al Latín su mejor poema. Los Griegos distinguían perfectamente entre "poeta” y “poetisa". Cito dos ejemplos:
Σαπφὼ ἡ ποιητρία τὸ μὲν γένος ἦν Λεσβία, πόλεως δὲ Μιτυλήνης
(Safo la poetisa era Lesbia de nacimiento, de la ciudad de Mitilene).
Ἄρατος ὁ ποιητὴς γένει ἦν ἀπὸ Σόλων τῆς Κιλικίας
(Arato el poeta era procedente de Soli, en Cilicia).
Es lo que puede leerse en la mejor biblioteca clásica que conozco en Internet, por citar unos textos accesibles a todo el mundo.
http://www.hs-augsburg.de/~Harsch/graeca/Auctores/g_alpha.html
Yo, que me he leído repetidas veces en Griego y he consultado las mejores traducciones de lo que nos ha llegado de Safo, que es una ínfima parte de lo que escribió, puedo afirmar que en toda su obra conservada no se atisba ni un solo indicio de que ella fuese homosexual. Ocurre todo lo contrario.
SAFO: Antikemmuseum, München
También he leído en alguna parte que nada podemos afirmar sobre con quién se acostaba Safo. Por supuesto que nadie puede saber con quién se acostaba Safo. Creo que eso no tendría interés ninguno para nadie más que para ella. Y también para quien compartiese su cama. Ese dato ni añadiría ni quitaría valor a sus poemas. Yo sólo puedo citar un poema suyo:
D. 94
(Snell)
Hephaest. Ench. 11, 5 (p. 36 Consbruch)
Δέδυκε μὲν ἀ σελάννα
καὶ Πληίαδες· μέσαι δὲ
νύκτες, παρὰ δ᾽ ἔρχετ᾽ ὤρα·
ἔγω δὲ μόνα κατεύδω.
Se han puesto ya la luna
y las Pléyades. Es media noche.
Pasa el tiempo.
Y yo sigo durmiendo sola.
El texto se puede encontrar, en Griego, en:
http://www.hs-augsburg.de/~Harsch/graeca/Chronologia/S_ante06/Sappho/sap_me05.html
SAFO: Fresco de Pompeya. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles
Aquí tenéis el poema mejor suyo, el que fue fielmente traducido al Latín por el poeta Romano Cayo Valerio Catulo, en el que se expresan de forma explícita, por vez primera en Occidente, los síntomas físicos que se perciben y que se apoderan de uno en el momento del enamoramiento. El poema está escrito en Estrofas Sáficas, que son una combinación de versos que recibieron ese nombre por haber sido inventada precisamente por Safo:
Me parece igual a los dioses ese
hombre que ahora está frente a ti sentado,
y tu dulce voz a tu lado escucha
mientras le hablas
y tu amable risa; lo cual, te juro,
en mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues te miro apenas y mis palabras
ya no me salen
se me queda rota la lengua y, suave,
por la piel un fuego me corre al punto,
por mis ojos ya nada veo, y oigo
sólo un zumbido,
me destila un frío sudor y entera
un temblor me apresa, y cual la paja
amarilla estoy y mi muerte siento
poco alejada.
Pero todo habrá que sufrirlo, incluso...
Traducción en:
http://caiusiuliuscaesaraugustusgermanicus.iespana.es/safo/poesia.pdf
[Φαίνεταί μοι κῆνος ἴσος θέοισιν
ἔμμεν᾽ ὤνηρ, ὄττις ἐνάντιός τοι
ἰσδάνει καὶ πλάσιον ἆδυ φωνεί-
σας ὐπακούει
καὶ γελαίσ‹ας› ἰμέροεν. τό μ᾽ ἦ μάν
καρδίαν ἐν στήθεσιν ἐπτόαισεν.
ὢς γὰρ ἔς σ᾽ ἴδω βρόχε᾽, ὤς με φώνη-
σ᾽ οὖδεν ἔτ᾽ εἴκει,
ἀλλὰ κὰμ μὲν γλῶσσα ἔαγε, λέπτον
δ᾽ αὔτικα χρῶι πῦρ ὐπαδεδρόμακεν,
ὀππάτεσσι δ᾽ οὖδεν ὄρημμ᾽, ἐπιρρόμ-
βεισι δ᾽ ἄκουαι,
ἀ δέ μ᾽ ἴδρως κακχέεται, τρόμος δέ
παῖσαν ἄγρει, χλωροτέρα δὲ ποίας
ἔμμι, τεθνάκην δ᾽ ὀλίγω ᾽πιδεύης
φαίνομ᾽ ἔμ᾽ αὔται·
ἀλλὰ πᾶν τόλματον, ἐπεὶ +καὶ πένητα]
El texto se puede encontrar, en Griego, en:
http://www.hs-augsburg.de/~Harsch/graeca/Chronologia/S_ante06/Sappho/sap_me01.html
Busto de SAFO. Musei Capitolini de Roma
La enorme poetisa, y digo enorme por la grandiosidad, la inspiración y la audacia de sus poemas, que es Soledad Sánchez Mulas, hizo ayer en su locus amoenus un estupendo homenaje a las mujeres maltratadas. En el comentario, sabroso y valiente, que ha hecho a mi explicación de Safo, ha hecho también un exquisito homenaje a otra mujer, también maltratada en cierta forma, por la Historia. Reivindica, de forma valiente y sólida, la devolución a la gran poetisa Safo del puesto que le corresponde, situándola en las cimas de la producción poética, sin ulteriores connotaciones. Es el comentario que ha tenido a bien hacer a mi exposición. Aquí lo tenéis, por méritos propios, tal cual:
Querido Antonio:
Tu post de hoy me parece absolutamente delicioso. Desde que te conozco, he ahondado en la figura de Safo, pues alguna vez, como siempre desde tu generosidad, has comparado mis humildes versos con los suyos. Ni me aproximo, por supuesto... son tan bellos, que me conformo simplemente con leerlos, y, a mi modo, sentirme tan POETISA como ella.
Yo también he leído encendidos comentarios en pro de su homosexualidad... y como tú, opino que la historia es la que es, y que no sirve querer adecuarla a los sentimientos o necesidades de cada quien.
Efectivamente, la vida sexual de cada persona es la que cada uno lleva a la práctica, en su intimidad... o no. Ha de ser algo natural, y me temo que abanderar una determinada opción sexual no es relevante para nadie. En ninguno de sus poemas Safo declara sus inclinaciones sexuales, solamente deslumbra con unos versos bellísimos, que han de disfrutarse con la mente abierta. No creo que a Safo le gustase ser recordada por encima de sus versos... y mucho menos por sus preferencias sexuales.
Siempre te agradezco que me descubras nuevos aspectos de nuestros queridos clásicos, y creo que hoy le has hecho un gran honor a Safo: validar su indiscutible calidad literaria fuera de cualquier círculo cerrado que pretenda "apoderarse" de su perfil.
Un beso, maestro, y gracias.
Soledad.
Muchas gracias, querida Soledad, por tu generosidad al referirte a mí, con elogios que seguramente no merezco, aunque sé que están hechos con el corazón en la mano. Tienes que saber que la admiración es recíproca.
Desde aquí te envío, yo también, un beso.
Antonio
Comentario recibido de Elena Clásica, Elena Pascual, comentario que no necesita ulteriores explicaciones:
Mi querido Antonio:
Es ésta una entrada desbordante de genialidad, belleza, poesía, dulzura, comprensión histórica, impecable exposición desde la Grecia de los siglos VII y VI, la Grecia clásica hasta, volando en los siglos, la realidad de la posguerra española.
Fantástica aclaración sobre la falta de realidad histórica y la carencia de rigor en el uso del calificativo "sáfico", quizás utilizado peyorativamente en tantas ocasiones, cuando parece que la grandeza de una poetisa se midió por el rasero de la envidia y del prejuicio entre algunos comediógrafos de la época clásica de Grecia.
Pues la luz propia e interior seguirá reluciendo a través de los siglos y de todos los comentarios malintencionados, pues, y retomo las palabras de nuestra querida Soledad: ¿quién se atreve a inspeccionar debajo de las sábanas las inclinaciones íntimas de cada persona?
De manera que, la maledicencia sólo lleva al vacío existencial y al conceptual, sin apreciar los valores artísticos y los grandes nombres de la Literatura, nada menos que la Clásica y, definitiva, la universal.
Pero, así como las lenguas que se estructuran en un filo doble y rasgan la envoltura física, que no un alma humana, pues tal no parece hacerse presente, en mil pedazos, sean los elevados, místicos, geniales poemas de Safo los que reluzcan por la eternidad de amor y estrellas. Sea:
Nos ofreces un primer poema que es tan breve cuanto inspirado, brillante y cósmico en su concisión. Así, la poetisa, cuya voz parece identificarse con la primera persona cuya voz escuchamos en el poema, siente la soledad de su pequeñez en el cosmos grandioso. La Luna y las Pléyades asumen personalidad propia y su propia existencia fría en el universo infinito aparece plena de sentimientos, merced a que la autora transmuta su propia sensibilidad en mágico vuelo a las figuras astrales.
El cielo que parece ponernos delante de nuestros ojos se vuelve un lugar cálido y vivo, humanizado, pues la poetisa ejerce el papel mágico del demiurgo en la creación. Incluso llega a trasladar los sentimientos que ella conoce a los astros, cuerpos celestes, mientras en su contemplación ya es ajena a los mismos, y siente únicamente la soledad bajo las constelaciones y la luna sensual. Toda una teatral puesta en escena desde las palabras de la gigante poetisa.
El segundo poema, maravilla de descripción del estado anímico del o de la que ama, en este caso, continúa dibujando el tono misterioso y temeroso del enamorado desde la incertidumbre.
Nos remontamos con nuestra poetisa a los siglos VII y VI A.C, y por tanto temblorosa es nuestra mirada sobre la influencia que estos versos tendrán en la Historia de la Literatura. Sentimientos universales que hemos de encontrar a la vez en la tradición de la poesía islámica, como en "El collar de la paloma" de Ibn Hazn, del siglo XI.
Los sentimientos del amante desde Safo, recogiendo también otras tradiciones como la islámica mencionada, pasarán a la poesía trovadoresca provenzal, desde la cual una voz masculina le brinda su vida de amor no correspondido a su amada, a la que le ofrece pleitesía, cual si de un señor feudal se tratase, el pacto de vasallaje se hará, pues, desde términos amorosos. Poesía trovadoresca que llegará a los humanistas del XIV, entre ellos Dante con su "dolce stil nuovo" cantando a su amada Beatriz, y el inmenso Petrarca que desde su “Canzoniere” y no alejado de esta tradición, dedica su vida y su obra a su amada Laura. Influencias que llegarán a nuestro Renacimiento, cómo no recordar a Garcilaso de La Vega y su amor rendido por Isabel Freire, amor imposible, por ser ella una dama casada como lo era Laura, la musa de Petrarca. Desde la escuela garcilasista, Herrera con la luz de Leonor, los poetas barrocos que la mantienen.... esta tradición llega hasta nuestros días.
La enamorada Safo queda paralizada, privada del don de la palabra, sólo temblorosa ante la cercanía del hombre amado, mientras la idealización ya planea en el universo creado en sus versos, pues su amado "es semejante a los dioses". Idealización universal, quizás la primera referencia poética de la que tengamos constatación.
El sentimiento del amor expresado en los contrarios, a través del glorioso “oxímoron”, figura retórica que será tan querida por los poetas trovadorescos y toda la tradición posterior, toma unos tintes sublimes en el fuego interior que la posee, mientras un sudor frío la recorre y un temblor.
Gloriosos contrarios, imposible no pensar en Quevedo, extraordinario amante del “oxímoron” y de la paradoja "nadar sabe mi llama el agua fría".
Amén de la descripción lírica del amor como fuego que recorre el alma y la piel, que durante siglos ha quemado a tantos poetas como quemó a nuestra Safo y que, trasladada a los místicos, es una metáfora también muy querida, así las "lámparas de fuego" en San Juan de la Cruz. ¿Pues qué describe la unión del amor místico del poeta con la divinidad, sino el mismo amor, pero en este caso mundano, que sentían otros amantes más carnales hacia sus amados o amadas?
Y es esta gigante lírica la que inaugura este proceso. No se me ocurren más palabras, sino que es mucho fuego el que arde también en la llama mística de este blog, de este espacio iluminado, siempre con la presencia de los clásicos a quienes se les ofrece su merecido lugar en el cosmos. Igualmente te agradezco las referencias bibliográficas, tan oportunas y eruditas.
Mi querido Antonio, Maestro, mi admiración, mi beso gigante de cariño cegado por el fuego que aquí se balancea escuchando a los grandes músicos que nos ofreces.
Tu admiradora Ἐλένη.
Mi querida Elena, Φίλη Ἑλένη, amiga Elena,
También yo, desde aquí, te expreso toda mi admiración y todo mi afecto. Muchas gracias.
Antonio
10 comentarios:
Querido Maestro:
¿Qué puedo decir ante el concepto renacentista de amistad que nos ofreces en este espacio de amor a la Filología, a la Literatura, la Clásica y la Universal, al Arte, a la inquietud por el conocimiento, por la búsqueda del rigor histórico, lingüístico, filosófico?
Sólo el agradecimiento cabe en mí, y el amor grande hacia las Letras que cada día crece más y más en mi ánimo.
Es un privilegio, un honor, que me sumes a este segunda parte de la entrada dedicada a la poetisa Safo de Lesbos, junto a nuestra querida y mágica poetisa, la extraordinaria Soledad Sánchez Mulas.
De todo corazón, Maestro, gracias.
Y mi abrazo gigante de admiración y profundo cariño.
Tu admiradora Ἐλένη,
Querido Antonio, la pasión se multiplica al aparecer en escena nuestras dos amigas Soledad y Elena.
Me permito dirigirme a ti como Maestro de la exposición y formular las siguientes cuestiones, al hilo del comentario de mi consanguínea Elena:
¿comienza la estela de Safo ya en la época dorada del círculo de intelectuales, allá por el siglo I a.c. desde las creaciones de los poetas Propercio y Tibulo?
Pues si hablamos de que el centro de la obra poética está ocupado por las respectivas amadas Cintia y Delia, ¿ no serán ellos también diligentes alumnos de la escula de Safo?
Desde luego este mundo clásico cada vez me apasiona más.
Hasta pronto amigo Antonio, siempre un lujo.
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Al igual que nuestra querida Elena, yo también te agradezco la deferencia de incluir nuestros comentarios en tu post.
Sabes que siempre me maravillo ante la MAGIA de la palabra. La oportunidad que nos brinda de compartir lo que honestamente sabemos, con quienes también aman el poder de las LETRAS, así, con mayúsculas.
Es un inmenso placer "subir" a tus entradas... y mucho más al lado de Elena, a quien admiro profundamente.
Como siempre, un beso, Maestro.
Soledad.
Amigas Carmensabes, Carmen Pascual, Elena Clásica, Elena Pascual, y la que cuida su locus amoenus, Soledad Sánchez,
Estábamos hablando de una mujer grande y gigantesca, por su grandiosidad e inspiración, y recibo tres sabrosos comentarios, de tres mujeres grandes también y llenas de inspiración, vosotras tres.
Tendré que subirme a una montaña, quizá a las faldas de Sierra Nevada, para inspirarme lo suficiente, de forma que sea capaz de responderos con la dignidad y la altura que vosotras os merecéis.
Eso llegará en su momento, pero necesito tiempo para una labor tan exigente.
Un beso, es decir, tres (uno para cada una),
Antonio
Una colaboración que nos enriquece a todos, querido amigo, y nos llena de alegría,. Un abrazo muy fuerte y felicidades a los tres.
Realmente como te documentas, investigas a fondo y copias extracto de sus textos, me parece que hay otra dama esperandote con ansias, mas alla del celuloide: Hipatia, la cientifica mas grande de la antiguedad.
Asi, con buena musica e imagenes este donde este, Hipatia me parece se sentiria muy a gusto y agradecida.
Aunque no son epocas para hablar de martirios, aunque ella no fuera cristiana y muriera por defender la libertad de cultos.
Personas como tú y blogs como el tuyo hacen de este mundo un lugar más habitable y nos animan a otros a tratar de seguir el ejemplo. Pero es difícil hacerlo con tu entusiasmo y bonhomía. Mis mejores deseos de bienestar para tí y los tuyos en el año que comienza.
Angel Molledo
Amgo Ángel,
Muchas gracias por tus elogiosas palabras, dejadas en tu comentario, que seguramente no merezco, pero, bueno, tampoco es cuestión de llevarte la contraria en un asunto tan grato.
Tengo que felicitarte por la exhaustiva y bien elaborada información que nos regalas con tu extenso artículo en tu espacio, sobre los orígenes de nuestra especie, y sobre la forma cómo se han ido superando los diferentes obstáculos que podía encontrar la evolución de los homínidos.
Aquí, en tu espacio, tenemos un buen ejemplo de lo que es tesón y ganas de hacer cosas útiles para los demás.
Ya casi no nos hace falta recurrir a las Encilopedias para según que temas: te tenemos a ti y tu exhaustiva información.
Te felicito sinceramente por tu capacidad de trabajo y por la generosidad en poner a nuestra disposición el fruto de muchas horas investigando.
Te seguiré visitando con placer.
Que tengas un buen 2010. Me quedo con la frase que nos cita de Parménides:
porque el pensar y el ser son una y la misma cosa.
Realmente, creo que es así: las cosas no son lo que son, sino lo que creemos que son, porque es ésa la forma como nos afectan.
Un gran abrazo,
Antonio
Sinceramente, amigo Antonio, tu comentario me deja un tanto perplejo. Mis artículos, aparte de no tener otra cualidad o intención que la de conectar de mejor o peor forma cosas archisabidas, no son ni exhaustivos ni enciclopédicos, sólo son kilométricos. Y creo que ello es un defecto más que una virtud pues un blog debiera ser conciso por definición. Simplemente, es que no sé cuando parar a la hora de encadenar los porquéses de los porquéses. Quiero ir al fondo y me pierdo entre detalles. No soy ningún erudito, como tú y la mayoría de la gran gente que participa en vuestros blogs. Soy, si quieres, un apasionado más que un aficionado, porque esto de la escritura es un vicio hermoso que engancha, lo siento. Y leeros me animaba tanto como me acobardaba, hasta que un día me dije ¡qué demonios! Intentaré ser menos farragoso. Dame tiempo.
Un abrazo
Amigo Ángel,
Por favor, no te quites méritos tú a ti mismo, que de eso ya se encargan, por lo general, otros, porque siempre los hay que son incapaces de ver las cualidades del vecino. Yo he escrito lo que pensaba y sigo pensando. También es verdad que hay mucha gente que es incapaz de leer algo que tenga más de un cuarto de página, pero eso es problema de ellos. Fundamentalmente creo que uno para quien primero escribe es para sí mismo. Si además hay otros que lo lean a uno, pues ¡bienvenidos sean!
Por consiguiente, te animo a que estés orgulloso de lo que escribes, porque somos bastantes los que valoramos el mérito de lo que haces.
Recibe un gran abrazo, y, nuevamente, mi Felicitación.
Antonio
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