DEL MÁS CONOCIDO
DE
Tales meteorólogo y comerciante
Pues se dice que, como lo injuriaban tanto por su pobreza como por la inutilidad de la filosofía, supo, por medio de la astrología, cómo sería la producción de aceitunas. Así, cuando aún era invierno, se procuró una pequeña cantidad de dinero, y depositó fianzas por todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, puesto que nadie compitió. Cuando llegó el momento oportuno, al ser muchos los que a la vez y de repente las deseaban, las iba alquilando como quería, reuniendo mucho dinero, demostrando así que es fácil a los filósofos enriquecerse, si quieren hacerlo; pero que no es esto lo que les interesa
Tales como sabio distraído
También se dice que Tales, mientras observaba los astros, oh Teodoro, y miraba hacia arriba, se cayó en un pozo, y que una bonita y graciosa criada tracia se burló de que deseara vivamente conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que estaban detrás de él y delante de sus pies.
Traducción en:
http://www.filosofia.org/cur/pre/talesfyt.htm
Como ya viene siendo habitual, mi, dicho con más propiedad, porque no quiero ser ni exclusivo ni posesivo, nuestra querida amiga Elena Pascual, que nos deja entrar por su ventana, siempre abierta, con el pseudónimo de Elena Clásica, y que es, hay que decirlo siempre, una exquisita escritora y una mujer con una vitalidad e inteligencia exuberantes, pues eso, que ha dejado un comentario en esta página mía, que tiene y merece los honores de ser publicado en primera página, por la calidad y profundidad del mismo. Y es que este espacio es ya más suyo que mío, porque sus comentarios son auténticas obras maestras. Muchas gracias, querida Elena, Φίλη Ἐλένη, Amiga del alma.
Aquí lo tenéis:
Querido Antonio:
Una entrada preciosa, llena de vida, de la realidad, cotidianeidad del filósofo, del sabio, que también era, ante todo, un hombre. Bonita humanización de uno de los gigantes de la filosofía, nada menos que la presocrática, origen de todo pensamiento y sustrato, de ese ἀρχή, que aún no descubierto, se mantiene como vital comienzo del misterio.
Y así, el filósofo y sabio que nos ocupa comenzó una ardua tarea en la búsqueda del principio, seguramente desde una intuición a la que hoy los físicos atribuirían vocablos técnicos, pero que encubre ni más ni menos que una visión relampagueante y original del gigante Tales.
Independiente de que el agua anime o no ese principio universal, el talento de su propuesta es el principio de toda nuestra tradición filosófica y física, la de la naturaleza, claro, etimológicamente.
Vuelvo a la pasión de los columpios artísticos de tu blog, cuando encuentro las inquietudes personales de este filósofo, y tan simpáticas anécdotas tan asociadas al despiste de los científicos e investigadores, quizás perplejos ante la realidad oculta que se muestra a sus ojos con grandes alas abiertas de sabiduría y cercanía al Principio Universal.
Así, y gracias a tus explicaciones, elaboradas y magistrales, asistimos a su caída al pozo, desde el que seguía viendo brillar, sin ninguna duda, las estrellas, y presuponemos incluso el rubor que le cubrió ante las risas de la más prosaica criada tracia.
La facilidad, en cuanto a las posibles ganancias de un filósofo, si se dedica al estudio crematístico de la física, y hablo nuevamente en sentido etimológico, asociado a un cuestionamiento simultáneo, constituye una excelente carta de presentación del verdadero papel de la filosofía, no exento de gracejo en tu buen narrar, querido Antonio, sobre la producción de aceitunas.
Tales de Mileto, menudo filósofo y menudo hombre. Nada menudo de tamaño, sino un gigante, al que afortunadamente hemos conocido un poco más, gracias a tus aladas palabras, comprensión de Maestro.
Y conocer al filósofo y al hombre redunda en nuestro propio conocimiento y en el del grandioso universo que palpita y parpadea ante nuestras miradas, cual guiño inteligente, intentando insuflar en nosotros el soplo divino de la comprensión en la observación de la φύσις.
Con mi admiración hacia esta bellísima entrada, te devuelvo un cariñoso guiño, te brindo todo mi reconocimiento, y, cómo no,
te envío un beso gigante de amiga.
De tu admiradora Ἑλένη.
Ὀνειδιζόντων γὰρ αὐτῷ διὰ τὴν πενίαν ὡς ἀνωφελοῦς
τῆς φιλοσοφίας οὔσης, κατανοήσαντά φασιν αὐτὸν ἐλαιῶν
φορὰν ἐσομένην ἐκ τῆς ἀστρολογίας, ἔτι χειμῶνος ὄντος
εὐπορήσαντα χρημάτων ὀλίγων ἀρραβῶνας διαδοῦναι τῶν
ἐλαιουργίων τῶν τ’ ἐν Μιλήτῳ καὶ Χίῳ πάντων, ὀλίγου μι-
σθωσάμενον ἅτ’ οὐθενὸς ἐπιβάλλοντος• ἐπειδὴ δ’ ὁ καιρὸς
ἧκε, πολλῶν ζητουμένων ἅμα καὶ ἐξαίφνης, ἐκμισθοῦντα ὃν
ἧκε, πολλῶν ζητουμένων ἅμα καὶ ἐξαίφνης, ἐκμισθοῦντα ὃν
τρόπον ἠβούλετο, πολλὰ χρήματα συλλέξαντα ἐπιδεῖξαι
ὅτι ῥᾴδιόν ἐστι πλουτεῖν τοῖς φιλοσόφοις, ἂν βούλωνται, ἀλλ’
οὐ τοῦτ’ ἐστὶ περὶ ὃ σπουδάζουσιν.
(D-K 11 A 10) Arist., Pol. I 11, 1259a:
Ὥσπερ καὶ Θαλῆν ἀστρονομοῦντα, ὦ Θεόδωρε, καὶ
ἄνω βλέποντα, πεσόντα εἰς φρέαρ, Θρᾷττά τις ἐμμελὴς καὶ
χαρίεσσα θεραπαινὶς ἀποσκῶψαι λέγεται ὡς τὰ μὲν ἐν
οὐρανῷ προθυμοῖτο εἰδέναι, τὰ δ’ ἔμπροσθεν αὐτοῦ καὶ παρὰ
πόδας λανθάνοι αὐτόν
13 comentarios:
Carajo, qué olvidados los tengo, don Antonio, a los Siete Sabios, me sucede lo mismo con con las siete maravillas del mundo, creo que sabría enumerar como mucho un par de ellas, entre otras cosas porque no entiendo esa manía de clasificar lo bello en conjuntos, orden o números.
Por su aportación a la estadística, su nombre estuvo rodando en apuntes que sirvieron para una licenciatura en Economía y Empresariales, pero no me pregunte más que no sabría decirle. Es curioso también como parece inherente el despiste al sabio, que por ir absorto con las estrellas termina de bruces en el suelo.
Reciba un cordial saludo.
Los pies en el suelo, y la cabeza en el cielo. Pero es cierto que mirando al cielo los pies pueden tropezar, y tropiezan, que lo sé por experiencia.
Habrá que conjugar pasos furmes y miradas más allá de las nubes...
Un abrazo, Antonio
Al margen de su inteligencia, la primera anécdota me gusta, porque Mileto y sus aceitunas demostraron que el saber, y el mirar al cielo también dan hermosos frutos. Y en este caso, además, literales.
Y la segunda es encantadora. La cabeza se llena de ideas y se pierde fácilmente la perspectiva de nuestra querida tierra. Es difícil conjugar -como dice Carmen- el volar alto con los pasos firmes... pero también se avanza un buen trecho en cada tropiezo.
Siempre es muy bueno acercar a nosotros a los grandes genios de la historia.
Un beso, maestro.
Soledad.
Sin duda que la risa de la bonita criada tracia bien valía caerse en el pozo por ir mirando hacia los astros. La filosofía cuando lo desea se enfoca en determinado punto pero es su cualidad de ir donde quiere y no a donde le indiquen o le determinen donde debe estar, su virtud es la libertad y su pasión y su terreno lo infinito. Muy interesante tus citas acerca de este presocrático.
No puedo dejar pasar por alto tu último comentario dejado en el número 13, esa edición se relaciona mucho con las mitologías que una vez expusiste en este sitio de las diferentes edades de la humanidad empezando por la del oro. Y se relaciona mucho con esa manía como dice la amiga de "El Patio" de dividir todo en 7, también en 3, y toda numeración ha de tener un primer número, por ejemplo, cuando miramos estamos acostumbrados a dividir casi siempre en 3, fondo, primer plano y plano medio, lo mismo cuando comemos, entrada, plato fuerte y postre, cuando oímos hay un ritmo, una melodía y unos acordes, los ejemplos son muchos, pero el proceso de vida nos da también ejemplo niñez, etapa de adulto y vejez, en la formación es igual, iniciado, discípulo o alumno y luego maestro. Generalmente el principio (edad de oro)está lleno siempre de abundancia y dependiendo de esta primera abundancia así serán las siguiente etapas. A propósito en la introducción de tu bitágora se lee "Bien venidos a Trevélez/ el pueblo mas alto de España/ deguste su buen jamón y hospitalidad." y luego viene la confirmación de la regla del mito "Aquí me parió mi madre".
En la siguiente edición del verde en la serie del conócete a ti mismo hablaré de la ordenación histórica desde el número 7 y como ha impactado el pensamiento y la vida de las sociedades.
Mi gran saludo amigo Antonio!!!
Amiga El Patio
Siempre son interesantes tus comentarios, por la espontaneidad que contienen y la forma directa de hablar. Yo creo que nadie, o casi nadie, sabe cuáles son los nombres de los Siete Sabios de Grecia. Además, los nombres pueden tener alguna variación, dependiendo del testimonio al que nos atengamos.
Como muy bien dice nuestro amigo Dilman en su comentario, lo cierto es que el número siete tiene su simbología especial:
- Siete los Sabios de Grecia
- Siete las Maravillas del mundo
- Siete los días de la semana
- Siete los Reyes de Roma
- Siete los montes que rodeaban la Antigua Roma
- Cuatro veces siete los días que dura el Ciclo de la Luna, que es el mismo que el de la mujer
- Setenta veces siete son las que hay que perdonar, según La Biblia
- Siete los meses que tienen 31 días.
Espero ansioso el estudio de Dilman sobre el número siete y el tres.
Un abrazo,
Antonio
Querido Antonio, Tales de Mileto tenía su mirada siempre en lo alto, y esto le permitió engrandecer tanto su espíritu cuanto la filosofía griega antigua y la actual y la eterna.
Pues qué habría sido del pensamiento actual sin sus excéntricas divagaciones. Un tropiezo en el camino, bien vale ante el descubrimiento de una estrella.
Es tan hermoso venir tu lugar querido Maestro...
Querido Antonio:
Una entrada preciosa, llena de vida, de la realidad, cotidianeidad del filósofo, del sabio, que también era, ante todo, un hombre. Bonita humanización de uno de los gigantes de la filosofía, nada menos que la presocrática, origen de todo pensamiento y sustrato, de ese ἀρχή, que aún no descubierto, se mantiene como vital comienzo del misterio.
Y así, el filósofo y sabio que nos ocupa, comenzó una ardua tarea en la búsqueda del principio, seguramente desde una intuición a la que hoy los físicos atribuirían vocablos técnicos, pero que encubre ni más ni menos que una visión relampagueante y original del gigante Tales.
Independiente de que el agua anime o no ese principio universal, el talento de su propuesta es el principio de toda nuestra tradición filosófica y física, la de la naturaleza, claro, etimológicamente.
Vuelvo a la pasión de los columpios artísticos de tu blog, cuando encuentro las inquietudes personales de este filósofo, y tan simpáticas anécdotas tan asociadas al despiste de los científicos e investigadores, quizás perplejos ante la realidad oculta que se muestra a sus ojos con grandes alas abiertas de sabiduría y cercanía al Principio Universal.
Así, y gracias a tus explicaciones, elaboradas y magistrales, asistimos a su caída al pozo, desde el que seguía viendo brillar, sin ninguna duda, las estrellas, y presuponemos incluso el rubor que le cubrió ante las risas de la más prosaica criada tracia.
La facilidad, en cuanto a las posibles ganancias de un filósofo, si se dedica al estudio crematístico de la física, y hablo nuevamente en sentido etimológico, asociado a un cuestionamiento simultáneo, costituye una excelente carta de presentación del verdadero papel de la filosofía, no exento de gracejo en tu buen narrar, querido Antonio, sobre la producción de aceitunas.
Tales de Mileto, menudo filósofo y menudo hombre. Nada menudo de tamaño, sino un gigante, al que afortunadamente hemos conocido un pco más, gracias a tus aladas palabras, comprensión de Maestro.
Y conocer al filósofo y al hombre redunda en nuestro propio conocimiento y en el del grandioso universo que palpita y parpadea ante nuestras miradas, cual guiño inteligente, intentando insuflar en nosotros el soplo divino de la comprensión en la observación de la
φύσις.
Con mi admiración hacia esta bellísima entrada, te devuelvo un cariñoso guiño, te brindo todo mi reconocimiento, y, cómo no,
te envío un beso gigante de amiga.
De tu admiradora Ἑλένη.
Amiga Elena, Φίλη Ἐλένη, Querida Elena,
Acabo de recibir tu comentario, que es, hay que decirlo, una exposición magistral sobre ese otro Gigante, que es Tales de Mileto, exposición que tú haces todavía más atractiva con tu riqueza de vocabulario y tu forma de expresarte, que tiene tintes épicos -me ha emocionado, entre otras cosas, ver calificadas de aladas las palabras, cosa que Homero repite constantemente-. Y es que ya no sé, o sí lo sé, si este espacio es el tuyo o el mío, porque tus colaboraciones desbordan todas las expectativas: tú eres genial y generosa como nadie. A veces, es decir siempre, tengo la sensación de que dedicas más tiempo y esfuerzo a resaltar lo que de meritorio haya en los demás -en mi caso, no es que sea mucho-, que en ti misma. Siempre es una gozada leer lo que tú escribes y comprobar la ilusión y emoción que pones siempre. ¿Qué más quieres que te diga? Un Gigante fue Homero, otro Gigante fue Tales, como también lo fue, y lo sigue siendo a pesar de todo lo sucedido, nuestro querido Don Francisco Ayala. Pues también tú, querida Elena, Φίλη Ἐλένη, tú eres también una Gigante, cuando te pones a ser tú misma, que es siempre que haces algo por los demás. Me faltan palabras y recursos para mostrarte el agradecimiento hacia ti de que soy poseedor y la admiración que siento por tu persona en su integridad.
Si te das un paseo por mi espacio, podrás comprobar que, como no podía ser de otra forma, tu texto está ya en el lugar de honor que le corresponde.
Un beso y un abrazo Gigantes y emocionados de tu admirador incondicional, Querida Elena, Φίλη Ἐλένη,
Antonio
Amiga Soledad,
Me encantó tu comentario a Tales por lo Real y Práctico de tus palabras. Como siempre, eres capaz de conjugar Sabiduría y Sentido Común. Siempre encuentras el punto práctico y cercano a nuestras vidas en todo lo que haces y dices. Tú eres siempre la que nos hace recordar que, más allá de las ideas y los pensamientos abstractos, estamos en ésta, nuestra Tierra, que es siempre nuestra Alma Mater, nuestra Madre Nutricia.
Y es que, por encima de todo, debemos tener siempre los pies bien puestos en la Tierra que nos dio la vida.
Como siempre, es todo un placer leerte.
Un gran beso y un abrazo,
Antonio
Amiga Carmen,
Contesto aquí, en mi espacio, al comentario que has dejado sobre Tales de Mileto y te dejo también el comentario que he instalado en tu espacio, en relación al tema que allí planteas, todo ello para mayor abudamiento.
No es fácil el problema que planteas en tu exposición sobre el aborto. Yo, la verdad, no sabría inclinarme por ninguna de las teorías en circulación. Creo que habría que examinar concienzudamente la circunstancias de cada caso y en esa discusión cada uno tendría que tener el papel que le corresponde a sus conocimientos y a su competencia:
- Los médicos deberían opinar sobre el aspecto biológico en ejercicio de su profesión, teniendo siempre presente el principio hipocrático de que los médicos están para salvar vidas, no para suprimirlas;
- Los filósofos o los sabios deberían opinar sobre las cuestiones éticas y las motivaciones;
- Las personas más directamente afectadas, como pueden serlo la madre y los familiares más próximos, incluido el padre, deberían ser quienes tomasen las decisiones definitivas, teniendo siempre presente el principio que has dejado en el comentario a mi explicación de Tales de Mileto:
Los pies en el suelo, y la cabeza en el cielo. Pero es cierto que mirando al cielo los pies pueden tropezar, y tropiezan, que lo sé por experiencia.
Habrá que conjugar pasos furmes y miradas más allá de las nubes.
Te envío un saludo matinal y un beso cariñoso,
Antonio
Amigo Dilman,
Como siempre, tu comentario a Tales no tiene desperdicio. Tú ves más allá que la mayoría del resto de los mortales. Me ha gustado esa percepción del número tres referida a:
“Bien venidos a Trevélez / el pueblo mas alto de España / deguste su buen jamón y hospitalidad". Y luego viene la confirmación de la regla del mito "Aquí me parió mi madre".
Lo recibo como una nota de sensibilidad tuya hacia mis orígenes y hacia la que me dio la vida [R.I.P.].
Tú profundizas como nadie en todos los aspectos de lo que lees. Estamos ya todos ansiosos por leer esa exposición tuya sobre el número siete, y el número tres, con toda la simbología que encierraN. Además tú eres de los que lo leen todo: y digo a esto a propósito de que comentas una exposición mía de hace ya bastante tiempo, la referida a Las Edades Míticas.
Por si te es de alguna utilidad, aunque estoy seguro de que no te será necesario, dados tus amplios conocimientos, de dejo aquí una relación de cosas que se refieren al número siete, y que yo puse en un comentario en esta misma página:
- Siete los Sabios de Grecia
- Siete las Maravillas del mundo
- Siete los días de la semana
- Siete los Reyes de Roma
- Siete los montes que rodeaban la Antigua Roma
- Cuatro veces siete los días que dura el Ciclo de la Luna, que es el mismo que el de la mujer
- Setenta veces siete son las que hay que perdonar, según La Biblia
- Siete los meses que tienen 31 días
Y añado las referencias que recibí, en su propio espacio, de nuestra común amiga El Patio, también sobre el número siete, incluida su impaciencia ante tu esperada explicación:
El Apocalipsis también está lleno de sietes: siete ángeles, siete llamas, siete plagas, siete sellos, candelabros de siete brazos, dragones de siete cabezas... en fin, esperaremos con impaciencia el estudio de Dilman.
Resumiendo: que es un placer leerte y siempre tus aportaciones son una riqueza, quedando uno, como es mi caso, siempre boquiabierto ante tanta Sabiduría (así con mayúscula).
Recibe toda mi admiración y un gran abrazo,
Antonio
Amiga Carmensabes, Carmen Pascual,
Vengo de tu espacio, donde te he dejado el comentario que transcribo también aquí, porque tú hablas de que somos lo que somos gracias a los Grandes que nos precedieron. Tengo que insistir en que los Grandes también existen ahora. Buen ejemplo de ello puede verse en lo que te he dicho en tu espacio y repito a continuación.
Un beso cariñoso,
Antonio
Amiga Carmen,
Después de pasarme un buen espacio de tiempo leyendo las exquisitas explicaciones que nos das sobre Mary Beth McKenzie, acompañado todo ello de las estupendas pinturas producidas por ella, sólo puedo quedarme boquiabierto, ante tanto savoir faire, y me refiero a la pintora Beth, y también a la artista que eres tú, con tu exquisita y atractiva forma de exponer. Me pasa como, al decir de Platón, les pasaba a los que percibían a su alrededor un atisbo de Sabiduría: el Θαυμάζειν [Thaumátzein], el maravillarse ante la grandeza de lo que desconocemos y las ansias que tenemos de saber.
Veo, en los vaivenes de la valoración de la obra de la pintora, la confirmación de lo relativo de muchos valores: se pasa de la ignorancia o la incomprensión a la idolatría de facto ante una obra que antes no se conocía. Tengo la sensación de que la vida de nuestra pintora no fue excesivamente fácil, si tengo que atenerme a lo que percibo en sus pinturas: sus personajes aparecen como seres diferentes, marginales casi, tristes y difuminados, pero, claro, quien tiene buenos ojos para ver y sentimientos nobles para empalizar, se da cuenta de que detrás de esas figuras hay todo un mundo lleno de vida, aunque la vida no sea a veces tan apetecible. Ni tan fácil.
Cuando escribes, querida Carmen, eres una especie de Gigante -la palabra es propiedad de tu consanguínea Elena-, que lo expresa todo a lo grande. Sin apenas anotarlo, nos pones delante de los ojos al propio Eurípides, que fue el que inventó para sus tragedias esos artilugios que los Romanos llamaron deus ex machina (No pongo la expresión en Griego, que por supuesto existe, como es lógico, para no pecar de pedantería.
En fin, que ha sido, como era de esperar, toda una delicia pasarme un buen tiempo en este tu espacio.
Te envío mi Felicitación por tan excelente trabajo, y un beso cariñoso,
Antonio
Ha sido muy grato leerte y descubrir tu espacio.
saludos...
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