ATENAS.- Alemania le debe a Grecia 278.700 millones de Euros. Ésa es la cifra que Berlín tiene que pagar a Atenas por la devastación derivada de la ocupación Nazi y el préstamo forzoso que Hitler impuso al Gobierno títere que colocó en el País Heleno, según el cálculo realizado por una Comisión Parlamentaria Griega.
La cifra supera la realizada en el año 2013 por un informe de expertos nombrado por el Ministerio de Economía Heleno. Entonces se situaba la reparación en 162.000 millones, cifra que no tenía en cuenta los intereses generados desde la ocupación. El cálculo actual valora el coste total de las reparaciones por los daños individuales y a infraestructuras, y de esos casi 279.000 millones, 10.300 millones corresponden al préstamo forzoso.
Nada más convertirse en Primer Ministro, Alexis Tsipras abrió la Caja de la Memoria y recordó a Alemania los días más negros de su historia. Durante la presentación de su plan de Gobierno en el Parlamento avisó de que iba a pedir a Berlín reparaciones de guerra y la devolución del dinero usurpado por los Nazis. No era una reclamación nueva. Anteriores Gobiernos ya lo hicieron, quizá de forma más tímida. No se trata, insistía Tsipras, de una cuestión monetaria, sino de justicia histórica.
El pasado 11 de Marzo el Parlamento Griego aprobó por unanimidad la creación de una Comisión formada por todos los Partidos para reclamar a Alemania las reparaciones, así como la devolución del préstamo forzoso y de las obras de arte expoliadas. "Es un deber moral no sólo hacia nuestro pueblo, sino también hacia todos los pueblos de Europa que lucharon contra el Fascismo", dijo Tsipras ante los Diputados.
Según los cálculos de diferentes economistas e historiadores, la Deuda Histórica de la Alemania Nazi con Grecia es mayor ─e incluso, según quien haga la cuenta, duplica─ la que Angela Merkel y el resto de la Unión Europea exigen ahora a Atenas. La Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) reclama al País Heleno 316.900 millones de Euros, lo que supone el 185% de su PIB. Por contra, el economista francés Jacques Depla, antiguo asesor de Nicolas Sarkozy, eleva la cifra de la devastación Nazi hasta los 575.000 millones de Euros.
Este Martes, el Viceministro de Finanzas Griego, Dimitris Mardas, recordó, durante su comparecencia ante la Comisión Parlamentaria encargada del asunto, que, en la Conferencia de París en 1946, en la que se trazó el mapa político de después de la II Guerra Mundial, se había calculado que el monto de las reparaciones ascendían a 341.200 millones de Euros.
El Gobierno Alemán ha sostenido repetidamente que la disputa sobre las reparaciones es una cuestión que está cerrada. Hoy mismo, el Ministro de Economía y Vicecanciller Alemán, Sigmar Gabriel, tildó de "tonto" que Atenas traiga ahora a colación las reparaciones de guerra por la ocupación Nazi de Grecia en medio del debate sobre su estabilización económica.
El también Presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) consideró además que es un ardid político traer esta cuestión al "debate sobre la estabilización del Euro", ya que el problema actual "no tiene nada que ver con la II Guerra Mundial y las reparaciones".
El Ministro señaló que las reflexiones y las discusiones en torno a la cuestión de las compensaciones por los atropellos de los Nazis seguirán teniendo lugar en los próximos años en Alemania, pese a que, a juicio del Gobierno Alemán, legalmente el asunto está cerrado. Berlín defiende que ya satisfizo a Grecia con un pago en 1960 de 115 millones de Marcos, equivalentes a unos 60 millones de Euros.
Los Nazis explotaron y saquearon todos los recursos del País Heleno. Destrozaron sus infraestructuras. Dejaron un reguero de muerte con decenas de miles de ejecutados y masacres como la de Dístomo, asunto pendiente de resolución en el Tribunal de La Haya. Unas 300.000 personas murieron de hambre y miles se vieron abocadas al exilio.
La deuda de la Alemania Nazi con Grecia supera lo que Merkel y la UE reclaman hoy a Atenas
Tsipras ha renovado la reclamación de reparaciones de guerra por la brutal ocupación de su país bajo el Nazismo, que Berlín nunca ha querido asumir. La Deuda Histórica de los Germanos con los Griegos es mayor (incluso duplica) la de Atenas con la UE y el FMI, según los cálculos de economistas e historiadores.
Grecia está en el disparadero. Por Tsipras. Por Varufakis. Por su Deuda Pública. La Unión Europea ha convertido el dinero heleno en una cuestión, prácticamente, de existencia. El flamante Gobierno de Syriza defiende que, para poder empezar a recuperar el país, es necesario un nuevo acuerdo con los acreedores. Bruselas se cierra en banda y se niega a cambiar sus reglas del juego. Tiras y aflojas que terminarán en una reunión de encorbatados que decidirá en los próximos días el futuro de unos once millones de personas.
Alemania, como líder indiscutible de la política comunitaria, acude a los diferentes encuentros de los Ministros de Finanzas de la Eurozona con una posición firme. No a una quita de la Deuda. No a renunciar a la Austeridad. Mientras, las calles griegas ofrecen una imagen "casi de postguerra", como comenta Emilio Silva, periodista y uno de los fundadores de la Asociación de la Memoria Histórica, tras su visita a Grecia con motivo de las elecciones que encumbraron a Alexis Tsipras. "El deterioro es brutal", añade Silva, que se encontró con un país destrozado tras sucumbir a "la trampa de la Unión Europea”. La Troika reclama a Grecia 316.900 millones de Euros, lo que supone el 185% de su PIB, algo de todo punto impagable.
La cita en Berlín entre el encargado de las Finanzas Alemanas, Wolfgang Schäuble, y su Homólogo Griego, el descorbatado Yanis Varoufakis, evidenció el desacuerdo entre dos países que miran hacia lados opuestos. El entendimiento entre ambos Gobiernos está a 316.900 millones de Euros de distancia, el precio de los planes de la Troika. El Ejecutivo Heleno, el recién llegado, está ahogado por una Deuda que alcanza ya el 185% del PIB Giego. El Alemán, sin embargo, no perdona ni un céntimo de un programa de "ayudas" montado a su antojo. Pero, realmente, ¿quién debe a quién?
Dos fechas. Abril de 1941: la Alemania Nazi invade Grecia. Abril de 2010: el Gobierno Heleno pide ayuda financiera para evitar una suspensión de pagos. Dos sucesos separados por unos 70 años y sin aparente vinculación, pero con un nexo que ha sobrevivido al paso del tiempo y a las barbaries: los préstamos firmados entre Germanos y Griegos.
Alemania le debe dinero a Grecia y, según algunos cálculos, podría suponer casi el doble de lo que los Griegos adeudan a sus socios europeos. Nadie desde Berlín ha decidido compensar al País Heleno por las consecuencias de los crímenes del Nazismo ni por los préstamos forzosos con los que Hitler sometió al Gobierno títere que colocó en Atenas. Las cifras son abrumadoras. "En 1944, Alemania impuso la concesión de un crédito por una cantidad equivalente a 3.000 millones de Euros", explica a Público Edmundo Fayanas Escuer, Profesor y Licenciado en Historia. "Si se aplica ─añade el experto─ el interés medio de los bonos estadounidenses como punto de referencia, la cantidad que Alemania debería pagar a Grecia sería de 163.800 millones de dólares".
Ese dinero nunca ha sido devuelto. Y no se queda ahí, ya que sólo hace referencia a la cantidad que se exigía al Banco de Grecia para sufragar los gastos de la invasión. La ocupación de Grecia fue una de las más brutales de Europa y "supuso para el país la ruina económica", rememora Carlos Sanz Díaz, Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid.
Los Nazis explotaron y saquearon todos los recursos del país. Destrozaron sus infraestructuras. Dejaron un reguero de muerte con decenas de miles de ejecutados y masacres como la de Dístomo, asunto pendiente de resolución en el Tribunal de La Haya. Unas 300.000 personas murieron de hambre. Miles se vieron abocados al exilio y, además, "las privaciones de la guerra y la depauperación favorecieron las epidemias de malaria y tuberculosis", apunta el historiador.
Las estimaciones de la Deuda impagada de la Alemania Nazi con Grecia oscilan entre los 300.000 y los 575.000 millones de Euros. El cálculo de tal devastación, concede Fayanas Escuer, varía según quien haga las cuentas, aunque ciertas estimaciones hablan de unos 300.000 millones. Una cifra que el economista francés Jacques Depla, antiguo asesor de Nicolas Sarkozy, eleva hasta los 575.000 millones de Euros. "Está claro que con esas cantidades Grecia no sólo tendría resuelto el problema de la Deuda sino que le sobraría dinero", apunta el Profesor.
Ni siquiera los Griegos reclaman tanto. Un informe de expertos encargado por el Ministerio de Economía en 2013 situaba la reparación en 162.000 millones de Euros, sin tener en cuenta los intereses generados desde la ocupación. El documento, basado en el estudio de 791 volúmenes de archivo, estipula que 108.000 millones serían para paliar la destrucción de infraestructuras, mientras que el resto correspondería al préstamo suscrito por el Gobierno Colaboracionista.
Justicia histórica
En los últimos días, Alexis Tsipras ha vuelto a abrir la caja de la memoria y a recordar a Alemania los días más negros de su Historia. Durante la presentación de su plan de Gobierno en el Parlamento Heleno, el Primer Ministro Griego avisó de que pedirá a Berlín reparaciones de guerra y la devolución del dinero usurpado por los Nazis. No se trata, insistía, de una cuestión monetaria, sino de justicia histórica. "Es un deber moral no sólo hacia nuestro pueblo, sino también hacia todos los pueblos de Europa que lucharon contra el Fascismo", dijo ante los Diputados.
"En Grecia, los marginados de la Historia han llegado al Gobierno y han dejado fuera del poder a los hijos del colaboracionismo", apunta Emilio Silva. No es una reclamación nueva. Anteriores Gobiernos ya lo hicieron, quizá de forma más tímida. La diferencia está en que esta vez a Tsipras le acompañan "los herederos de la resistencia contra el Nazismo y la Dictadura Griega, totalmente presente en Syriza", apunta Emilio Silva. Uno de ellos es el eurodiputado Manolis Glezos, de 92 años, todo un símbolo, que ha dedicado buena parte de su vida a reclamar las Deudas Alemanas por el expolio de Hitler y que pasó a la Historia por atreverse, y conseguir, arrancar la bandera Nazi de la Acrópolis.
"Los marginados de la Historia han llegado al Gobierno y han dejado fuera del poder a los hijos del colaboracionismo. Es como si en España la resistencia antifranquista hubiera llegado a gobernar", resume Silva.
Alexis Tsipras en el memorial por los 200 Griegos que murieron luchando contra la ocupación Nazi. - CLEMENTE BERNAD.
En su primer acto como jefe del Ejecutivo, Tsipras visitó el memorial de Kesariani, uno de los lugares simbólicos de la Izquierda Griega donde 200 comunistas fueron ejecutados en 1944. Un guiño a la militancia de Syriza tras el Pacto de Gobierno con la Derecha Nacionalista, recuerda Silva, presente en el acto. Y un claro mensaje a la "ocupación financiera alemana", incide el periodista y sociólogo.
"Europa debería haber aprendido la lección de que, cuando se lleva a un pueblo a la desesperación y la humillación, el camino a los extremismos está allanado".
En Berlín no gustó nada. Tampoco hizo mucha gracia que Varoufakis hiciera, en plena Capital Germana, un paralelismo entre Amanecer Dorado, Tercera Fuerza Política Helena, y el ascenso del Nazismo en Alemania, para apelar a la solidaridad del pueblo Alemán. "Ninguna otra nación puede comprender la situación en Grecia", declaró. No era una comparación descabellada, como defiende el Profesor Carlos Sanz de la UCM: "Europa debería haber aprendido la lección de que, cuando se lleva a un pueblo a la desesperación y la humillación, el camino a los extremismos está allanado".
Alemania, la mayor deudora del siglo XX
Alemania ha negado siempre toda posibilidad de pagar reparaciones de guerra a Grecia. "La probabilidad es cero", insistió esta misma semana el Vicecanciller Sigmar Gabriel, que recordó que para Berlín es un conflicto cerrado. Sin embargo, las viejas heridas siguen abiertas y Alemania, reprocha Fayanas Escuer, evidencia su falta de memoria histórica.
"Los alemanes han recibido de Europa un trato que ellos no están dispensando, sobre todo a los países del Sur", critica el Profesor en Historia Edmundo Fayanas.
Los Alemanes han recibido de Europa un trato que ellos no están dispensando, sobre todo a los países del Sur del Continente", critica el Profesor, que hace referencia a las condonaciones de Deuda y sanciones que recibió Alemania tras la II Guerra Mundial. Ayudas también, apunta el Historiador Sanz Díaz, como las del Plan Marshall. Un trato de favor que, según definió el Doctor en Economía Alemán, Albrecht Ritschl, de la London School of Economics, en una entrevista a Der Spiegel en 2011, convierte a Alemania "en la mayor deudora del siglo XX o incluso de toda la historia financiera contemporánea tras protagonizar las bancarrotas nacionales más abultadas".
Grecia, comenta el profesor Sanz Díaz, podría invocar el antecedente histórico de la indulgencia que se tuvo con Alemania para reclamar un trato similar. "Teniendo en cuenta además que, debido al pequeño tamaño de la Economía Griega, los sacrificios para los acreedores derivados de una reestructuración de su Deuda (quita incluida) serían mucho menores que los que se asumieron en ocasiones anteriores con los Germanos", argumenta.
Lema contra la Canciller Angela Merkel durante una protesta contra las medidas de austeridad frente al Parlamento Griego. - REUTERS
El Milagro Económico Alemán
Tras la capitulación Nazi, Berlín comenzó su reconstrucción y apenas atendió a las imposiciones de los aliados. Estados Unidos y Reino Unido obligaron a Grecia, inmersa en una guerra civil, a no reclamar ni reparaciones ni las devoluciones de los préstamos hechos a Alemania, pese a que había sido uno de los vencedores de la contienda. De hecho, fue de los pocos países que no recibió nada en un primer momento de las compensaciones por las ocupaciones Nazis. Al amparo de los Acuerdos de París, Italia y Bulgaria sí abonaron parte de su castigo por la invasión.
Con el Tratado de Londres de 1953, rememora Fayanas Escuer, los Aliados reducen la Deuda Alemana un 63%. Entre los países que ofrecieron una condonación estaban Grecia y también España. Alemania Occidental se escudó en que no existía un acuerdo de paz definitivo para no devolver los préstamos forzosos de Hitler.
Grecia sólo ha recibido de Alemania el equivalente a 60 millones de Euros por los crímenes del Nazismo.
Con todas las indemnizaciones congeladas, se llegó a 1990. Justo antes de la reunificación alemana, se firmó el Tratado Dos más Cuatro. Berlín, con el visto bueno de las cuatro potencias que controlaban las zonas de ocupación aliada en Alemania ─EEUU, Reino Unido, Francia y Unión Soviética─, consideró que el acuerdo ponía punto y final a la cuestión de las reparaciones de guerra. En octubre de 2010 realizó el último pago de las indemnizaciones de la Gran Guerra.
Aquella firma es el fundamento de las Autoridades Alemanas para dar por cerrada la vía legal de las reclamaciones por los crímenes del Nazismo. "A raíz de las condonaciones de Deuda y el apoyo estadounidense, Alemania empieza a crecer y a poner las bases de su actual desarrollo", recuerda Fayanas Escuer. El Profesor censura a los sucesivos Gobiernos Germanos por olvidar la "generosidad" recibida que contribuyó en gran medida al Milagro Económico Alemán. "Es el país que más se ha beneficiado de la UE y, por tanto, el que más debería cuidar de ella", ahonda el experto.
Grecia se quedó fuera del oficioso acuerdo de paz entre vencedores y vencidos de la Segunda Guerra Mundial. El Nazismo arrasó el país y la única compensación que los Helenos recibieron fueron 115 millones de Marcos Alemanes en 1960, equivalentes a unos 60 millones de Euros. Era sólo un pago inicial a la espera de que el resto de sus reclamaciones fueran discutidas tras la reunificación. Pero ahí se quedó y ahí, parece, se quedará a no ser que Tsipras sea capaz de sacar a Merkel de su amnesia económica.
Tsipras, el 'demonio' de la mirada limpia
Desde que en 2012 apenas tuviera un 5% de influencia electoral, el líder de Syriza ha convertido al Partido en la fuerza más votada en Grecia y en la mayor esperanza para poner fin a las políticas de austeridad.
“Voy a votar a Alexis Tsipras. No porque me vaya a llevar al Paraíso. Confío en su discurso y en su mirada limpia. Tiene alma, pureza y fuerza”. Palabras de la señora Katsulis. El vídeo con la intervención de esta mujer en una tertulia política en la Televisión Griega ha dado la vuelta por todas las redes sociales. Su historia, como ella misma recordaba, es la historia de miles de sus conciudadanos, desesperados por la destrucción provocada por la crisis y las Políticas de Austeridad.
En apenas tres minutos la señora Katsulis dejaba en evidencia a los tertulianos, entre los que se encontraba un Diputado de Nueva Democracia, Partido Conservador en el Gobierno. Hasta las elecciones de este Domingo [25 de Enero de 2015]. "Se os acabó el chollo", les decía mientras anunciaba su voto por Alexis Tsipras, el líder de Syriza y el político llamado a liderar, desde Grecia, el cambio por una Europa “social y más justa”.Tsipras tenía a su favor todas las encuestas y todo un ejército de seguidores. 'Cool Alexis', le llaman.
Tsipras (Atenas, 28 de julio de 1974) se ha convertido, con su victoria en los comicios de los que estaba pendiente medio continente, en el Primer Ministro Griego más joven de la historia. El líder de Syriza tenía a su favor todas las encuestas y todo un ejército de seguidores. Cool Alexis le llaman. Muchos de ellos, entre los que hay que han llegado de diferentes países, le han arropado este Domingo. Por el contrario, la batería de detractores también es numerosa. Y ruidosa.
La campaña del miedo lanzada durante la campaña electoral ha elevado a Tsipras a la categoría de, como poco, de demonio. Sus adversarios de la Derecha y de buena parte de la Prensa dicen que es el representante del Mal Absoluto, que convertirá Grecia "en una segunda Corea del Norte" con sus "políticas irresponsables". Tsipras, en tanto, se defiende: "No somos un peligro para la gente, sino para quienes han destrozado este país con sus Gobiernos", decía en el acto de cierre de campaña celebrado este jueves, donde estaban Pablo Iglesias, Cayo Lara o Ada Colau.
Tsipras, el pequeño de tres hermanos, nació cuatro días después de la caída de la Junta de los Coroneles, la Dictadura Militar que había estrangulado Grecia desde 1967. Quienes le conocen dicen de él que es perfeccionista hasta decir "basta", que nunca levanta la voz más de la cuenta y que es muy trabajador, riguroso y frío. En sus discursos no suele mezclar muchas anécdotas. Sabe hacer las pausas adecuadas para los aplausos y, ataviado con sus vaqueros o traje sin corbata y camisa informal, sonríe, siempre sonríe.
Vive con su pareja y sus dos hijos en Kypseli, barrio que no figura en la mayoría de las guías de Atenas y hogar para un gran número de inmigrantes. Desde allí conduce su moto, una de sus pasiones, para enfrentarse a las caóticas calles de la Capital Griega. No está casado. Es ateo y no lo oculta, pero, consciente de la importancia y el poder que tiene la Iglesia Ortodoxa en el país, también se ha ocupado de hacer los guiños oportunos a los más religiosos.
Futbolero y seguidor del Panathinaikós, a los que intenta ir a ver siempre que puede cuando juegan en casa, emplea en algunas ocasiones símiles balompédicos para definir a su Partido. "Somos como el Barça, jugamos con fantasía", ha dicho en alguna ocasión sobre el trabajo de Syriza. Y es que Tsipras, el más ferviente detractor de los acuerdos de Grecia con la Troika, ha planteado estas elecciones bajo un prisma muy claro: "Tenemos en nuestras manos una oportunidad histórica para Grecia y para Europa. La oportunidad de aplastar los Programas de Austeridad".
Ingeniero Civil de profesión, la popularidad del líder de Syriza se inició en 2012, cuando su Partido, con una intención de voto que no pasaba del 5%, se convirtió en la Segunda Fuerza del País. Durante los siguientes dos años se lanzó, con un Programa de rechazo del Austericidio, a la conquista del Electorado Griego, que ha visto cómo su nivel de vida se ha hundido durante seis años de recesión y recortes. El nombramiento de Tsipras como candidato a la Presidencia de la Comisión por el Partido de la Izquierda Europea para las Europeas del pasado mes de Mayo, donde Syriza se alzó como el Partido más votado, le valió para potenciar su imagen fuera de las fronteras Griegas.
En el despacho de Tsipras cuelgan varios retratos, Salvador Allende o el Che entre ellos.
Ya desde su época escolar despuntó como líder en las protestas estudiantiles. Por aquel entonces militaba en las juventudes del Partido Comunista de Grecia (KKE), en coalición con otras Formaciones de Izquierda. Al escindirse el Partido, Tsipras se unió a un conjunto de fuerzas ─socialistas, ecologistas, maoístas, trotskistas, eurocomunistas─ que en 2004 conformaron lo que empezaría a llamarse Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).
En 2006 fue nombrado Candidato a la Alcaldía de Atenas por la lista Ciudad Abierta. Quedó tercero, por detrás de los aspirantes de Nueva Democracia y PASOK. En 2008 ascendió a Presidente de Synaspismós, principal componente de la Coalición y desde donde consiguió aunar a todos los grupos en un sólo partido, Syriza.
En el despacho de Tsipras cuelgan varios retratos, Salvador Allende o el Che entre ellos. Uno de sus hijos, de hecho, se llama Ernesto. Formado en el Comunismo, no esconde su posicionamiento político y, a pesar de los que airean el miedo al peligroso radical de Izquierdas, Tsipras ha sabido ganarse la confianza de los miles de Griegos que, como la señora Katsulis, viven en la desesperación. El primer punto del Programa Electoral de Syriza habla de luchar contra la crisis humanitaria desatada por los recortes.
El primer punto del Programa Electoral de Syriza habla de luchar contra la crisis humanitaria desatada por los recortes: la Sanidad Griega está en estado crítico y, mientras, el desempleo no baja del 25%.
Tsipras apuesta por una Reestructuración de la Deuda, recuperar la Economía mediante una "Justicia Fiscal" y, entre más asuntos, limpiar el Sistema Político de la influencia de la Oligarquía. Propuestas que este Domingo se han puesto a prueba en las urnas. Todos los focos buscaban al líder de la Izquierda Griega, el de la mirada limpia, el adalid del cambio. Y Tsipras, con su sonrisa impertérrita, respondía, como hace siempre que cierra un discurso: "Buena suerte y buena lucha".
http://www.publico.es/opinion/tsipras-demonio-mirada-limpia.HTML
LA MALDITA DEUDA GRIEGA, PRODUCIDA POR POLÍTICOS CORRUPTOS, NO PUEDE NI DEBE SER SOPORTADA POR EL SUFRIDO PUEBLO GRIEGO.
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