Sol tibi signa dabit. solem quis dicere falsum
audeat? ille etiam caecos instare tumultos
saepe monet fraudemque et operta tumescere bella;
ille etiam exstincto miseratus Caesare Romam,
cum caput obscura nitidum ferrugine texit
impiaque aeternam timuerunt saecula noctem.
Tempore quamquam illo tellus quoque et aequora ponti,
obscenaeque canes importunaeque uolucres
signa dabant. quotiens Cyclopum efferuere in agros
uidimus undantem ruptis fornacibus Aetnam,
flammarumque globos liquefactaque uoluere saxa!
Armorum sonitum toto Germania caelo
audiit, insolitis tremuerunt motibus Alpes.
Vox quoque per lucos uulgo exaudita silentis
ingens, et simulacra modis pallentia miris
uisa sub obscurum noctis, pecudesque locutae
(infandum!); sistunt amnes terraeque dehiscunt,
et maestum inlacrimat templis ebur aeraque sudant.
Proluit insano contorquens uertice siluas
fluuiorum rex Eridanus camposque per ovnis
cum stabulis armenta tulit. nec tempore eodem
tristibus aut extis fibrae apparere minaces
aut puteis manare cruor cessauit, et altae
per noctem resonare lupis ululantibus urbes.
Non alias caelo ceciderunt plura sereno
fulgura nec diri totiens arsere cometae.
ergo inter sese paribus concurrere telis
Romanas acies iterum uidere Philippi;
nec fuit indignum superis bis sanguine nostro
Emathiam et latos Haemi pinguescere campos.
scilicet et tempus ueniet, cum finibus illis
agricola incuruo terram molitus aratro
exesa inueniet scabra robigine pila,
aut grauibus rastris galeas pulsabit inanis
grandiaque effossis mirabitur ossa sepulcris.
(Vergilius, Georgicon liber primus, 463-497)
[“El Sol te dará señales. Al Sol, ¿quién se atrevería a llamarlo mentiroso? En verdad es él quien con frecuencia nos advierte los ocultos tumultos que amenazan y que el engaño y las guerras fermentan en secreto. Él es también quien, extinguido César, se compadeció de Roma, cubriendo su brillante cabeza de oscura herrumbre y provocando el temor de una noche eterna a una generación impía. Aunque en aquel tiempo la tierra y las llanuras del mar y las perras de mal augurio y las siniestras aves daban también pronósticos.
¡Cuántas veces contemplamos el Etna, rebosante de fuego y humo, abiertas sus hornazas, desbordarse hirviente sobre los campos de los Cíclopes, y rodar globos de fuego y rocas derretidas!. La Germania escuchó por todo el ámbito del cielo el ruido de las armas; con sacudidas nunca vistas los Alpes temblaron. Una poderosa voz se dejó también oír por todas partes en el silencio de los bosques y fantasmas de palidez extraña se vieron al acercarse las tinieblas de la noche y, ¡prodigio indecible!, hablaron las bestias. La corriente de los ríos se detiene y el marfil llora en los templos afligido, y los bronces se cubren de sudor. El Erídano, rey de los ríos, arrastra selvas que remueve con furioso torbellino, y a través de toda la llanura arrastró establos y ganados. En la misma época las fibras no cesaron de aparecer, amenazadoras en las vísceras de siniestro presagio, ni de manar sangre los pozos, y las ciudades, edificadas sobre alturas, de resonar durante la noche con el aullido de los lobos. Jamás se vieron caer en mayor número los rayos por un cielo despejado, ni tan frecuentemente brillaron los cometas funestos.
Por eso los campos de Filipos contemplaron por segunda vez el choque mutuo de los ejércitos Romanos con iguales armas y pareció justo a los dioses empapar dos veces con sangre nuestra la Emitía y las vastas llanuras del del Hemo. Sin duda llegará un tiempo en que el labrador, trabajando sobre aquellos campos la tierra con el corvo arado, hallará las armas carcomidas por la herrumbre áspera, o con los pesados rastros golpeará cascos vacíos y contemplará, admirado, sobre las abiertas tumbas gigantescas osamentas”].
(Traducción, con modificaciones, de Tomás de la Ascensión Recio García y Arturo Soler Ruiz)
2 comentarios:
Gracias por seguir ampliando el tema las idus de marzo.
Muy interesante.
winsta,
Seguiré ampliando el temas de Las Idus y también otro tipo de prodigios siniestros.
Gracias por tener la paciencia de leerme.
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